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Arquitectura de la Antigua Roma
La arquitectura romana es probablemente un testimonio significativo de la Civilización romana. Se caracteriza por lo grandioso de las edificaciones, y su solidez que ha permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días. La organización del Imperio Romano normalizó las técnicas constructivas de forma que se pueden ver construcciones muy semejantes a miles de kilómetros unas de otras.
Características
Los elementos más significativos de la arquitectura romana son la construcción abovedada y el empleo de un primitivo hormigón.
Los romanos emplearon profusamente el arco y la bóveda. Ésta no se forma con dovelas de piedra aparejada (salvo en algunas construcciones asiáticas), como se disponía en la bóveda etrusca, sino de una masa confeccionada con puzolana y Cascajo. Las bóvedas solían tener gruesos arcos de ladrillo, ya paralelos, ya diagonales pero embebidos en la bóveda misma, que servían como sujeción provisional y como refuerzo interior de la bóveda. Un ejemplo soberbio es la cúpula del Panteón de Agripa en Roma.
Los romanos, no sólo construyeron bóvedas de cañón y cúpulas, sino rudimentarias bóvedas de arista y de crucería. Pero estas últimas debieron usarse con poca frecuencia fuera del Imperio de Oriente pues sólo se conocen las de las Termas de Caracalla y las de la Basílica de Majencio en la cual se advierte un sistema de contrarrestos interiores aplicados a la bóveda. También empezaron a aparecer en la arquitectura romana los capiteles historiados que tanto se hicieron en la Edad Media, pues de ellos se han descubierto algunos ejemplares en Pompeya y otros sitios.
Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos. Puentes y acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y palacios son lujosos y monumentales, con un claro fin representativo. Las edificaciones más nobles se revestían de piedra formando órdenes, que no reflejaban la estructura interior real. Se decoraban los muros de los edificios suntuosos con pinturas y los pavimentos con mosaicos.
Órdenes de la arquitectura romana
La arquitectura romana adaptó los tres órdenes griegos y el llamado etrusco modificándolos y añadiéndoles otra forma de capitel que se definió por los arquitectos renacentistas con el nombre de orden compuesto. De esta suerte, se cuentan cinco órdenes, a saber:
- el orden toscano o etrusco que permanece básicamente igual.
- el dórico romano que eleva su columna a dieciséis módulos, adorna su collarino o garganta, añade un talón al ábaco, tiene el astrágalo en forma de junquillo que rodea al fuste y debajo de la corona de la cornisa lleva dentículos o mútulos. Esta última diferencia le constituye respectivamente en las variantes de dórico denticular y dórico modillonar, según los arquitectos del renacimiento.
- el jónico romano, que adorna más su capitel que el griego, reduce la magnitud de sus volutas, suprime en ocasiones el astrágalo y eleva la altura del fuste.
- el corintio romano, se ostenta más florido aún que el griego y en él abunda, sobre todo, la hoja de acanto. De ésta, lleva dos o tres series el capitel, dobladas hacia adelante y además de los dentículos admite series de modillones adornados para sostener la cornisa.
- el orden compuesto, que llegó a ser el predilecto de los romanos no difiere del corintio sino en engarzarse más los adornos y en alguna modificación accidental del capitel: éste se constituye por hojas de acanto sin calículos y con cuatro volutas que salen por encima del cuarto de bocel de modo que parece compuesto de jónico y corintio.
La arquitectura romana adoptó con frecuencia la superposición de un orden arquitectónico a otro diferente en un mismo edificio, quedando el más sencillo y robusto debajo del más elegante y delicado, según es de notar en el grandioso Coliseo romano.
Fueron modelos de dichos órdenes en Roma:
- el Templo del Capitolio y el Foro Romano, del toscano
- el Templo de Marte y el Teatro de Marcelo, para el dórico
- parte del Teatro de Marcelo, el Templo de la Fortuna viril y el de la Concordia para el jónico
- el Panteón de Agripa y el Templo de Antonino y Faustina, en el corintio
- el Arco Triunfal de Tito y Vespasiano y el de Septimio Severo, en el orden compuesto
- el Coliseo de Vespasiano de tres órdenes a la vez: dórico, jónico y corintio
En las colonias romanas se usaron también los mismos órdenes pero, generalmente, con menor perfección y con más alteraciones que en el de la metrópoli. Son muy celebrados entre otros edificios:
- el anfiteatro y el templo de Roma y Augusto en Nimes (Maison Carrée)
- la Puerta negra en Tréveris
- el Templo de Vesta en Tívoli
- el Arco de Trajano en Ancona y en Benevento
- el palacio y el mausoleo de Diocleciano en Spalato (hoy, catedral)
- los templos de Baalbeck y de Palmira en Irak
A ellos, hay que añadir los mucho más numerosos monumentos presentes en la Península Ibérica.
Tipologías arquitectónicas en Roma
Los romanos recibieron diferentes tipologías que modificaron o adaptaron a sus gustos o necesidades, desarrollando algunas gracias a nuevas técnicas. Entre estas podemos señalar la domus, el templo, el teatro y los monumentos funerarios. Además desarrollaron otras nuevas como:
- Basílicas
- Termas
- Anfiteatros
- Circos
- puentes y acueductos
- Calzadas
Referencias
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