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Capitel
El capitel (del latín caput, capitis = cabeza) es un elemento arquitectónico que se dispone en el extremo superior de la columna, pilar o pilastra para trasmitir a estas piezas estructurales verticales las cargas que recibe del entablamento horizontal o del arco que apoya en él. Además de esta misión estructural cumple otra de índole compositiva, pues actúa como pieza de transición entre dos partes constructivas tan diferentes como aquellas entre las que se interpone.
Aunque hay una gran variedad de capiteles, el estereotipo estaría formado por: un astrágalo, moldura que corre alrededor del fuste de la columna en la base del capitel; un tambor, que es el cuerpo propiamente dicho del capitel, con forma reducible a un tronco de cono o pirámide invertido; y un ábaco, tablero prismático que remata el capitel y que sostiene directamente el arranque del arco o el dintel. El ejemplo de capitel bizantino más signifivativo son los de santa sofia(Ravena)
Los primeros capiteles conocidos proceden de Egipto. Su aspecto es con preferencia papiriforme o lotiforme, pero también relativo a cualquier otro tema vegetal. En Persia se usaron capiteles formados por dos figuras contrapuestas que dejaban entre ellas un rebajo en el que apoyaba el arquitrabe. Pero el desarrollo y masivo empleo del capitel se debe a la arquitectura griega y romana que hicieron de él un elemento clave de sus órdenes arquitectónicos clásicos. Su diseño se corresponde con los respectivos órdenes. Así: el dórico, carente de astrágalo, sólo tiene equino y ábaco, ambos lisos y muy sencillos; el jónico se caracteriza por las volutas que configuran sus cuatro esquinas; el corintio, más esbelto que el anterior, tiene todo el tambor decorado por hojas de acanto; el toscano es similar al dórico, incluyendo un collarino; el compuesto es una combinación de jónico y corintio, adoptando las volutas de uno y las hojas de acanto del otro.
La arquitectura medieval, tanto la románica y gótica, en occidente, como la bizantina e islámica, en oriente, siguió haciendo uso generalizado del capitel. El capitel bizantino toma por modelo el corintio, logrando una mayor estilización; de forma troncopiramidal invertida, en ocasiones duplica el tambor montando uno sobre otro. El capitel islámico también deriva del corintio con ligeras modificaciones. El capitel románico es muy variado en formas y temas decorativos. Además de las funciones propias de todo capitel, el románico fue asimismo un instrumento didáctico de primer orden, pues se le confió la tarea de trasmitir a los fieles las enseñanzas evangélicas, las del Antiguo Testamento o las de las vidas de los santos, por medio de representaciones figurativas de escenas apropiadas, denominándose capitel historiado. Durante el periodo gótico el capitel fue perdiendo categoría, siendo sustituido por simples molduras, hasta tender a desaparecer en su última fase, a principios del siglo XV.
Con el Renacimiento y el Neoclasicismo se volvió a la utilización de los capiteles clásicos según los cánones de los órdenes arquitectónicos griegos y romanos.
En la época occidental posterior, la del arte ecléctico, se recuperan los modelos de capiteles medievales.
Capiteles egipcios
En el Antiguo Egipto se originan los capiteles, como elementos arquitectónicos de transición entre las columnas y los dinteles.
Referencias
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