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Arquitectura almohade

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Arquitectura almohade

La arquitectura almohade (1130-1269) es una arquitectura que continúa la estela almorávide consolidando y profundizando sus tipologías y motivos ornamentales, construyendo con los mismos materiales: ladrillo, yeso, argamasa y madera; y manteniendo como soporte el pilar y los arcos empleados en el período anterior.

Los almohades fueron un pueblo bereber originario del Norte de África nacido a finales del siglo XII y principios del XIII gracias a Ibn Tudmar; quién en respuesta a los fracasos almorávides en su politica expansiva por la Penísnula Ibérica y, sobre todo, contrario a su relajación en la praxis religiosa, inició un movimiento de carácter rigorista basado en el seguimiento esticto y literal del Corán.

Los almohades se expandieron tras la estela de los almoravides pero, en cierto modo y pese a sus choques ideológicos, heredarían sus costumbres constructivas adaptándolas tanto a sus nuevas necesidades como, principalmente, a sus estrictos y casi ascéticos dictados religiosos. Las principales construcciones almohades se caracterizan por la sencillez y la austeridad a la que les predispone su doctrina.

Territorio


Características

Desde el punto de vista constructivo, recurrieron a la mampostería y al ladrillo, mientras que la columna como elemento decorativo fue perdiendo funcionalidad por el pilar de ladrillo. En cuanto a los arcos, continúan con la tradición almorávide en el uso de los sistemas túmidos (herradura apuntada); recurriendo a las formas lobuladas y mixtilíneas sólo en espacios que pretenden ser realzados jerárquicamente, caso del mirhab o la maxura de la mezquita. Se utilizan los arcos entrelazados, que son una composición de varios arcos sobre columnas cruzados entre sí y que tienen una función decorativa. Usan el arco de herradura apuntado o túmido y decoración polilobulada. También utilizaron el alfiz, como moldura que rodea la parte externa al arco. El alfiz que decora las puertas se corta cubriendo solo la mitad superior del arco.

Emplean bóvedas de finos nervios y con mocárabes que son elementos decorativos realizados con yeso formando prismas yuxtapuestos y colgantes a modo de estalactitas sueltas o arracimadas.

Respecto a otros elementos decorativos destaca la cerámica vidriada, y los llamados paños de sebka, formados por una red de rombos a base de arcos entrelazados lobulados o mixtilíneos.

El retorno a la austeridad más extrema se trocó, aún más rápidamente que en el caso de sus predecesores, en uno de los momentos artísticos de mayor brillantez.

Elementos decorativos

En el terreno decorativo aplicaron un repertorio caracterizado por la sobriedad, el orden y el racionalismo. Ello se tradujo en la aparición de motivos amplios que dejan espacios libres en los que triunfan el entrelazo geométrico, las formas vegetales lisas y el rasgo ornamental más novedoso, la sebqa. Esta composición que decora la Giralda, consiste en una doble trama romboidal en dos planos compuesta por arcos decorativos superpuestos a partir de la clave de los inferiores. Otra decoración arquitectónica que aparece en este mismo alminar y en la Qutubiyya es la cerámica, en la que se aplica la técnica del alicatado; es decir, piezas recortadas que, combinadas entre sí, componen un motivo decorativo.

En otras ocasiones, estas manifestaciones aúnan el carácter ornamental como el funcional. Es el caso de la madera con la que se realizaron techumbres de par y nudillo con tirantes cuyo ejemplar más antiguo cubre la nave axial de la Qutubiyya de Marrakech. Estas armaduras estaban llamadas a adquirir un gran protagonismo en el arte mudéjar.

Las producciones artísticas de este período están peor representadas a causa de su confusión con las de otros períodos artísticos. Así sucede con los tejidos que se distinguen con dificultad de los mudéjares. Acusan una práctica ausencia de motivos figurados así como un aumento de decoración geométrica y epigráfica a base de la repetición insistente de palabras árabes como "bendición" y "felicidad". En la metalistería destacan aguamaniles que representan figuras animales decoradas con incisiones vegetales cinceladas como el león de Monzón de Campos que hasta fecha reciente era considerado una pieza califal.

Arquitectura religiosa

Las mezquitas, casi siempre revocadas en blanco al interior y generalmente tendentes a la espaciosidad y a la simetría de líneas, apenas permiten licencias decorativas, reduciéndose éstas a simples fórmulas florales o geométricas, innovando en este sentido al introducir los paneles de sebqa.

Presentaban una planta rectangular, con un esquema de planta T. Las naves están colocadas en perpendicular al muro de la quibla, salvo una que discurre en paralelo y que va cubierta por cúpulas en todos los tramos. Los minaretes de las mezquitas son elevados a auténticos símbolos del poder de la religión musulmana, desde los que el muecín llamaba a los fieles a la oración.

Las mezquitas, excepto la inacabada de Rabat, van a seguir el modelo de la mezquita de Tremecén, con naves perpendiculares al muro de la qibla. En ellas, se potencia un esquema en "T" mediante cúpulas que son de mocárabes en la mezquita de Tinmal y en la Mezquita Kutubia de Marrakech.

Alminares

Los alminares son el elemento característico de las mezquitas. Estructuralmente se compone de una torre central rodeada de otra exterior conformando dos prismas paralelepípedos superpuestos, entre los que se disponen las rampas o escaleras de acceso, siendo el componente más enriquecido y decorado del conjunto.

La mezquita de Qutubiyya, la de Hasan y la de Sevilla cuentan con alminares muy semejantes entre sí. Se caracterizan por su planta cuadrada y su alzado compuesto por dos torres, una de las cuales alberga a la otra y entre las que discurre una escalera o una rampa en el caso de la Giralda de Sevilla. La torre interior está formada por estancias abovedadas superpuestas. Esta estructura de alminar almohade arraigó en ciertas zonas de la Península de tal manera que permaneció inmutable durante siglos en Aragón, cuando se comenzaron a construir torres para iglesias cristianas (de estilo mudéjar) desde el siglo XIII.

Arquitectura civil

La arquitectura palatina desarrolla los patios cruceros que ya habían hecho su aparición en Medina al-Zahra aunque es, en estos momentos, cuando adquieren un gran protagonismo. Sus mejores testimonios se hallan en el Alcázar de Sevilla donde se han conservado el patio de la casa de Contratación y otro, actualmente subterráneo, conocido como el Jardín Crucero o los Baños de doña María de Padilla. Estos posiblemente fueron trazados por alarifes que realizaron el patio crucero del Castillejo de Monteagudo, mandado construir por el gobernante beréber del reino independiente de Murcia. Este esquema será retomado en los patios nazaríes y mudéjares. Igual repercusión tendrá otra novedad que aparece en el Patio del Yeso del Alcázar sevillano. Consiste en la colocación de unas pequeñas aberturas o ventanas cubiertas con celosías de estuco sobre el vano de acceso a una estancia para permitir su iluminación y ventilación.

Arquitectura militar

La arquitectura militar experimenta un enriquecimiento tipólogico y un perfeccionamiento de su eficacia defensiva de gran trascendencia, incluso, para el ámbito cristiano. Entre los elementos característicos de la arquitectura militar cabe considerar los acabados superficiales de las construcciones de hormigón de cal ejecutadas con tapiales, las torres representativas y los accesos monumentales. Aparecen complejas puertas en recodo para que los atacantes al avanzar dejen uno de sus flancos al descubierto; torres poligonales para desviar el ángulo de tiro; torres albarranas separadas del recinto murado pero unido a él en la parte superior mediante un arco superior y cuya proyección hace que aumente su eficacia defensiva respecto a una torre normal; muros corachas que discurren perpendiculares al recinto murado al objeto de proteger una toma de agua, una puerta y evitar el cerco completo; así como barbacanas o antemuros.

Destacan de este período los modelos de corachas, se tratan de pequeñas torres separadas de las murallas, ubicadas sobre los ríos y a las que se accede a través de adarves, destinadas a suministrar el agua. Y las albarranas, torres avanzadas generalmente separadas de la muralla exterior, funcionando como atalayas.

Entre las fortificaciones destacan las alcazabas de Cáceres, Badajoz, donde se encuentra la torre albarrana de Espantaperros, y Sevilla; a esta última pertenece la famosa torre albarrana poligonal conocida como la Torre del Oro de planta dodecagonal, con un cuerpo hexagonal en su interior, donde se aloja la escalera que conduce a una plataforma con almenas.

Otras imágenes

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Referencias

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Referencias e información de imágenes pulsando en ellas.

Conrad von Soest, 'Brillenapostel' (1403).jpg
http://www.historiayarqueologia.com/2016/09/la-arquitectura-almohade-por-aitor_19.html
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Wikipedia, con licencia CC-by-sa
HombreVitrubio.jpg
Ver artículo aleatorio en:Historia de la Arquitectura.

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Alberto Mengual, ,, .

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