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Polis
Polis (en griego πολις, poleis πολεις en plural) era la denominación dada a las ciudades del estado de la Antigua Grecia, surgidas desde la Edad Oscura hasta la dominación romana.
Polis se denominaba a la ciudad y al territorio que ella reclamaba para sí. Tenían un gran nivel de Autocracia, si bien no del todo, lo que les garantizaba libertad, autonomía política y económica. No existía oposición entre lo urbano y lo rural, ni existían relaciones de dependencia; muchos residentes urbanos vivían de las rentas del campo, al igual que la gran mayoría de los aristócratas.
El centro político-administrativo-social de la polis era la Acrópolis, donde se encontraba el templo, la Gerusía, el ágora y los edificos civiles. El ágora era la plaza pública y mercado permanente. Rodeaba a la ciudad un anillo rural, en donde se cultivaba lo necesario para la supervivencia de la polis.
El tamaño de la polis era variado pero generalmente son de poca extensión. Como extremos se podían encontrar a Atenas con 2.600 km², y en isla de Ceos de 173 km² había 4 polis.
Las polis griegas eran ciudades estado totalmente independientes. Tras la desaparición de la civilización micénica los griegos formaron pequeñas comunidades, que evolucionaron en el siglo VIII a. C., y se convirtieron en ciudades. Estas ciudades se conocieron con el nombre de "ciudades estado" o polis. A diferencia de las ciudades de los grandes imperios (Mesopotamia, Egipto, Persia), que estaban organizadas alrededor del palacio real y del templo, el centro de la polis lo constituía el ágora, un espacio abierto donde los ciudadanos acudían para comerciar y para intercambiar ideas. En el ágora tiene lugar la vida política de la polis, y en ella surge también la filosofía griega.
El aspecto orográfico de Grecia hizo que las polis se situaran en su gran mayoría en territorios costeros de difícil acceso y en valles que estaban rodeados por montañas.
Las polis se constituyeron como una unidad política, social y económica de Grecia, pero si bien compartían una lengua, religión común, lazos culturales y una identidad racial e intelectual que exhibían con orgullo, los habitantes de estas ciudades no pudieron fundar un estado unificado. Existía una gran rivalidad entre las diferentes polis, consideraban que el reducido tamaño de cada una era lo más idóneo para practicar una adecuada política.
En el siglo VIII a. C., Jonia se encontraba al frente de la cultura y filosofías griegas y ciudades como Mileto y Éfeso siguieron floreciendo como centros de importancia durante el Imperio Romano.
El poder de la aristocracia[editar]
En sus inicios, las polis estuvieron dominadas por caudillos militares, los basileus βασιλευς (plural basileis βασιλεις). En muchos casos ejercían el poder religioso y judicial. A mediados del siglo VII a. C., el gobierno de tipo oligárquico, fue cobrando impulso sobre el monárquico. De esta manera el poder político pasó a manos de asambleas formadas por representantes de las familias locales más ricas e influyentes, los Eupátridas.
Estas asambleas cada año elegían de entre los eupátridas a un número determinado de magistrados. Los magistrados se encargaban de dirigir el ejército y llevar los asuntos religiosos, entre otras tareas.
Los miembros de la clase dirigente, denominados "de los mejores" detentaban el poder económico y político, monopolizaban además las tierras. Estos miembros eran los únicos que podían intervenir en las guerras, debido al alto coste que suponía la compra de armas y armaduras de metal. El pueblo gobernado, el demos, solamente participaba en la vida pública cuando así era requerido por la asamblea aristocrática.
Este sistema aristocrático o gobierno de los mejores revela la existencia de círculos de parentesco hereditarios. Desde su nacimiento una persona, ya sea un terrateniente o un campesino, quedaba integrada en diferentes tribus o phylai (griego φυλαι). Las tribus estaban divididas en comunidades que se formaban con los descendientes de un héroe o de algún dios ancestral (fratías). La rígida estructura social justificó el predominio y capacidad de liderazgo de la aristocracia griega durante muchas décadas.
Desestabilización de la aristocracia[editar]
Hubo diferentes factores que hicieron que con el tiempo, la aristocracia viera desestabilizado el orden político y social que existía. Estos factores fueron:
1.- La consolidación del comercio y de la artesanía como actividad generadora de riqueza: Ciudadanos que no provenían de las grandes familias prosperaron gradualmente hasta lograr una cierta riqueza pero que carecían de derechos políticos.
2.- Revueltas sociales: El empobrecimiento de los campesinos hizo que no pudieran pagar sus deudas y se convirtieran en esclavos, provocando una gran tensión social en el campo con el consecuente estallido de revueltas.
3.- Necesidad de nuevos soldados: La necesidad de tener más cantidad de soldados requería que fueran reclutados entre el pueblo, con lo que se creó la Falange Hoplita, pero siendo ciudadanos no aristocráticos acabaron pidiendo un reconocimiento de sus derechos políticos.
Reforma de clases[editar]
Con el objeto de resolver la crisis política y social, en algunas polis se decidió dar una respuesta a las exigencias reformistas de las clases inferiores y medias, con lo cual se impulsaron medidas en favor de una mayor justicia social.
Se eligieron magistrados extraordinarios para redactar nuevas leyes y ocuparse de mediar en los conflictos existentes. Entre estos legisladores estaban Zaleuco de Locri y Carondas, que decidieron distribuir más equitativamente el poder entre los ciudadanos. La legislación del aristócrata ateniense Dracón subordinó el poder de las tribus a la justicia del estado. Los legisladores más importantes del mundo griego arcaico fueron Licurgo de Esparta y Solón quien redactó una constitución para Atenas, a principios del siglo VI a. C.
Gobierno de Solón[editar]
Con el fin de evitar las rebeliones, Solón fijó una serie de cambios para evitar las desigualdades sociales. Algunas de las medidas adoptadas para favorecer a los pequeños agricultores fueron:
- Suprimió los impuestos excesivos.
- Canceló sus hipotecas.
- Abolió la esclavitud por endeudamiento.
- Devolvió la libertad a los campesinos hechos esclavos por deudas.
También impuso medidas que igualaban a los nuevos ricos con los antiguos terratenientes. Algunas fueron:
- Modificó las instituciones políticas de la ciudad.
- Estableció nuevas leyes que serían cumplidas por todos los ciudadanos.
A pesar de medidas adoptadas, los conflictos sociales continuaron en muchas ciudades griegas. Entre los siglos VII y VI a. C., ésta situación fue aprovechada por aristócratas que, actuando de manera aislada, trataron de usurpar el poder y terminar con las oligarquías locales. Estos personajes recibieron el nombre de tiranos (palabra de origen asiático, que significa señor neutral.gili...)
La política de los tiranos[editar]
Los tiranos llevaron a cabo, en sus comienzos, políticas populares, lo que produjo una aceptación por parte del pueblo pero en contra de las familias aristocráticas. Impulsaron la construcción de suntuosos templos, edificios, e invirtieron los impuestos en obras públicas. Estas obras posibilitaron que una gran parte de la población tuviera trabajo.
Su popularidad y prestigio se veía incrementados cuando participaban en guerras contra los estados rivales. Se organizaron, además, fiestas religiosas en las que participaban todos los ciudadanos sin distinción de clases.
El gobierno absolutista ejercido por ellos aportó grandes beneficios a las ciudades; fomentaron la creación y reforma de leyes, mejoraron el sistema jurídico y la convivencia ciudadana, y ampliaron el comercio en forma considerable.
En muchas oportunidades sustituyeron a los magistrados por amigos y familiares, pero respetando la constitución vigente.
Tiranos destacados[editar]
Entre los principales tiranos que favorecieron la situación de las clases inferiores se encuentran:
- Polícrates de Samos
- Eufrón de Sición, en Arcadia
- Fidón, de la polis de Argos, quien introdujo el sistema de pesas babilónico en Grecia y derrotó a los espartanos en la batalla de Hisias (699 a. C.)
- Cípselo, patriarca de Corinto
- Periandro, hijo de Cipselo. Entre ambos gobernaron Corinto durante 77 años.
Pero tanto las medidas reformistas como las políticas de gobierno de los tiranos, no lograron poner fin a la crisis social y política que existía, y una vez más la estructura del estado de Grecia debió seguir evolucionando.
Comercio en las polis[editar]
El contacto marítimo era el vínculo principal que mantenía unido al mundo griego, razón por la cual sus habitantes fueron excelentes marinos. Esta habilidad fue aprovechada tanto en asuntos civiles como militares. Muchas de las ciudades-estado dependían en gran medida del comercio marítimo. Se encontraron, mercancías griegas en Asia y Europa occidental, en lugares muy alejados de su origen. En los siglos VIII y VII a. C., emprendedores comerciales y colonizadores de Grecia establecieron una serie de nuevas ciudades griegas desde el Mar Negro hasta el Mar Mediterráneo occidental, manteniendo contacto con las demás colonias y con su tierra natal por vía marítima.
Época de colonizaciones[editar]
El exceso de población, los disturbios de las polis y los intereses comerciales hicieron que a partir del año 750 a. C., se iniciara un proceso de colonización que se extendería por espacio de dos siglos.
Las principales colonias se establecieron en las costas de Sicilia, sur de Italia, Francia, España, el mar Negro, Egipto y Cirene en el norte de África. Las nuevas ciudades del sur de Italia y de Sicilia recibieron el nombre de Magna Grecia.
En un principio fueron los campesinos en busca de nuevas tierras para labrar, los que afrontaron el riesgo. Las ciudades-madre o metrópolis planeaban los detalles del viaje y equipaban a los colonos, que irían acompañados por un aristócrata al frente de la empresa. Al llegar, el jefe de la expedición buscaba un sitio que fuera fácil de defender y repartía las tierras entre los expedicionarios, en partes iguales. Estos pioneros se convirtieron en importantes terratenientes.
De esta manera, fueron surgiendo nuevas ciudades con un entorno agrícola a lo largo del Mediterráneo, que serían creadas a imagen y semejanza de las polis griegas de donde provenían. Este es el caso de:
- Cumas, (en Italia), fundada por colonos de Calcis
- Bizancio, a orillas del Mar Negro, poblada por ciudadanos de Megara
- Massalia, (actualmente Marsella, Francia), colonizada por gente de Focea
- Tarento, poblada por colonos de Esparta
- Siracusa, (en Sicilia), fundada por el corintio Arquias
Lista de colonias de Corinto, Elis, Esparta, Olimpia[editar]
Referencias
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