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Palacio Real de Caserta
El Palacio Real de Caserta (en italiano Reggia di Caserta) es un palacio barroco situado en Caserta, en la región italiana de Campania. El edificio fue encargado por el rey Carlos VII para que sirviese de centro administrativo y cortesano del nuevo Reino de Nápoles, al tiempo que símbolo del poder real. El monarca quiso dotar a la dinastía Borbón-Dos Sicilias de una residencia de la talla de Versalles.
El Arquitectura elegido fue Luigi Vanvitelli, en cuya obra predominaba el Barroco racionalista, muy próximo al Neoclasicismo. Vanvitelli se hizo cargo del diseño del parque y los jardines, aparte de dirigir las obras del palacio.
No obstante, Carlos jamás vio su proyecto finalizado, pues hubo de partir de Nápoles para ocupar el trono español a la muerte de su hermano, Fernando VI. El palacio sirvió de residencia veraniega a su hijo Fernando y a los demás monarcas de las Dos Sicilias hasta su incorporación al Reino.
El rey Víctor Manuel III lo donó al pueblo italiano en 1919. El edificio, junto con los jardines y el complejo arquitectónico de San Leucio, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. En la actualidad es un Museo abierto al público.
Historia[editar]
Proyecto[editar]
El ambicioso proyecto del rey no se limitaba a la edificación de un palacio, sino a crear una nueva ciudad que tuviese todos los adelantos urbanísticos de la siglo XVIII|época y fuese la capital más avanzada de toda Europa. Se barajaron muchos nombres de arquitectos para recibir el singular encargo, como Ferdinando Fuga o Nicola Salvi, aunque finalmente se tomó la decisión de contratar a Luigi Vanvitelli.
Este Arquitectura trabajaba en Roma a las órdenes de Benedicto XIV, que le había contratado para preparar el jubileo de 1750. El rey Carlos hizo una visita a los Estados Pontificios, con el fin de pedir permiso al Papa para contratar a su protegido,[1] objetivo que finalmente logró. En 1751, Vanvitelli presentó su proyecto a Don Carlos, que quedó gratamente satisfecho del mismo.
El palacio se propuso como un edificio de enormes dimensiones (una superficie de 44.000 metros cuadrados) de planta rectangular. Del pabellón central arrancarían cuatro galerías alrededor de un patio en forma de plaza, una estructura utilitaria muy similar a la del Palacio de Versalles.[2] Las fachadas presentarían dos plantas principales sobre una doble primera planta de gran altura, siendo diseñadas exteriormente con dos pórticos en los extremos y uno en el centro. De este modo, la estructura y organización interiores podrían ser observadas desde el exterior, al tiempo que los elementos Arquitectura respondiesen a las exigencias funcionales del palacio. Además, otros cuatro patios fueron proyectados para iluminar las 1.200 habitaciones que se construirían, de las cuales sólo 134 serían destinadas a la Familia Real.[2]
Se dispuso una sucesión de planos y espacios concebidos en una perspectiva escénica, que habrían de satisfacer las exigencias ceremoniales y administrativas. El palacio debía albergar un teatro, las oficinas estatales, una capilla y muchas otras dependencias palatinas, por lo que resultó muy difícil armonizar el conjunto.[2] Vanvitelli supo alcanzar el objetivo del rey, emular sus dos palacios favoritos: Versalles y el Buen Retiro madrileño.
Construcción[editar]
El 20 de enero de 1752, coincidiendo con el aniversario del nacimiento del rey,[3] se puso la primera piedra en el Palacio de Caserta. Un enorme cortejo acompañó al monarca durante la ceremonia, entre los que destacaban la reina María Amalia, el primer ministro Tanucci y el Nuncio apostólico.
Los trabajos comenzaron con gran apoyo económico, por lo que avanzaron con rapidez. No obstante, en 1759, el rey hubo de partir a España para ocupar el trono tras la muerte de su hermano Fernando, lo que supuso un estancamiento en las obras del palacio. Tanucci se convirtió en regente del reino, pues el nuevo rey Fernando de Borbón sólo contaba ocho años de edad, y no mostró un gran interés en el proyecto de Caserta. De hecho se redujo la plantilla de obreros a la mitad[4] y el propio Vanvitelli se lamentó de la marcha del rey Carlos – "Las obras darán un magnífico resultado, pero ¿para qué sirve? El Rey Católico se mostraba muy interesado en el palacio, ahora somos ignorados"[5]
No obstante, el arquitecto se mantuvo ilusionado con la construcción del palacio, a pesar del poco apoyo que recibió por parte del gobierno de la "maligna creatura"[6] En 1766, aunque las obras no habían acabado, el Embajador Galiani quedó extasiado ante la belleza de la construcción, juzgándola aún más bella que Versalles.[7]
Una año más tarde, el Vesubio entró en erupción, por lo que el rey Fernando tuvo que abandonar su residencia de Portici y mudarse a Caserta. Con esto se produjo un incremento del presupuesto de las obras y de la plantilla, que posibilitó la finalización de la mayor parte del proyecto. En 1773 Vanvitelli murió y dejó a su hijo Carlo a cargo del último tramo de la construcción del palacio, aunque su talento artístico era inferior al de su padre.[8]
El palacio que planeó Vanvitelli nunca se culminó, pero las obras se dieron por terminadas en 1847. El capital invertido ascendía a 6.133.547 Ducados,[9] pues se emplearon los más lujosos materiales: toba de San Nicola la Strada, travertino de Bellona, cal de San Leucio del Sannio, puzolana de Bacoli, azulejos de Capua, hierro de Follonica, mármol gris de Mondragón y mármol blanco de Carrara.
Desde entonces, el Palacio Real de Caserta sería una residencia habitual de los soberanos de las Dos Sicilias junto a los palacios de Portici, Nápoles y Capodimonte, aunque nunca llegó a ser la idílica capital con la que había soñado en rey Carlos de Borbón.[10]
Residencia real[editar]
El Rey Fernando IV eligió el Palacio de Caserta como su residencia veraniega y se convirtió en una de las principales cuando tuvo que abandonar su Real Sitio favorito, el Palacio de Portici, tras la erupción del Vesubio de 1767. Su esposa María Carolina se encargó de la decoración del palacio, pues tenía un gusto exquisito que ya había demostrado en diversas ocasiones,[11] reuniendo una importante pinacoteca y una gran colección de porcelana.
La proclamación de la República Partenopea en 1799 quitó el control del palacio y las demás propiedades a la Familia Real, aunque fue derrocada ese mismo año con ayuda internacional. El edificio no sufrió grandes daños pero fue saqueado y gran parte del mobiliario desapareció, aunque las piezas más importantes habían sido puestas a buen recaudo.[12] La reina se afanó en la redecoración de los apartamentos reales, cuyo aspecto es el que principalmente se mantiene en la actualidad.
En 1806, Napoleón conquistó el Reino de Nápoles y le otorgó la corona a su hermano José. La familia real huyó a Sicilia abandonando todas sus propiedades, que quedaron en manos del nuevo rey. Con la conquista en 1808, José fue enviado allí gobernar y su cuñado Murat se convirtió en el nuevo monarca. Murat sentía una especial predilección por el Palacio de Caserta y mandó instalar unos apartamentos de Estilo Imperio.
Tras el Congreso de Viena de 1815, se restauró la monarquía borbónica en el nuevo Reino de las Dos Sicilias. En lo sucesivo, el palacio serviría como residencia veraniega de los reyes aunque entró en un estado de decadencia. En 1860 todo el reino fue incorporado al Reino y el palacio fue utilizado ocasionalmente por algún miembro de la Casa de Saboya, como el duque de Aosta, pero acabó siendo donado al pueblo italiano por Víctor Manuel III en 1919.
Últimos años[editar]
Los apartamentos reales del Palacio se abrieron como museo en 1919, mientras que el resto de las estancias acogieron organismos oficiales. Sin embargo, Mussolini cedió todo el edifico como sede la Academia de la Aeronáutica Militar (el equivalente al Ejército del Aire español) que estuvo allí instalada entre 1926 y 1943.[13]
El 14 de diciembre de 1943, tras la Invasión aliada durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el cuartel general de los aliados en la península. Entre sus muros se firmó la rendición incondicional de las tropas alemanas de Italia (27 de abril de 1945), pero el palacio había sufrido grandes daños durante el conflicto.
Tras el fin de la guerra, se iniciaron largos trabajos de restauración en el palacio y en el jardín, especialmente dañado. Los dibujos de boj y el diseño de algunas fuentes tuvieron que ser recuperados de los planos originales que diseñó Vanvitelli. Las piezas más importantes del mobiliario, la biblioteca y la pinacoteca habían sido trasladadas a otros palacios, por lo que se redecoró siguiendo documentos y cuadros que describían las estancias.
Las obras terminaron alrededor de 1958 y se abrió un museo que englobaba los apartamentos reales, el teatro de la corte y los jardines. El resto del espacio fue destinado a diversas asociaciones municipales: La Sociedad Storia Patria, la Intendencia del Patrimonio Cultural de Caserta, la Oficina regional de Turismo y la Escuela superior de Turismo.[14]
En 1994 el presidente de la República Italiana, Oscar Luigi Scalfaro, ofreció una cena a los jefes de estado del G7.[15] Tres años más tarde, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con los jardines, el Acueducto Carolino y el complejo arquitectónico de San Leucio.
El palacio[editar]
El conjunto palatino ocupa una superficie de alrededor de 44.000 metros cuadrados, teniendo dos fachadas principales iguales: una sobre el patio de armas y otra sobre el majestuoso parque. No obstante, el edificio difiere en algunos aspectos del proyecto inicial, pues no se construyó la cúpula central ni los torreones en sus ángulos.[2] Además, en lugar de que las fachadas fueran coronadas por una balaustrada, se había planeado una larga hilera de estatuas alegóricas alusivas a las virtudes del Rey.[16]
La imponente Scala Regia del palacio, ápice del poder absoluto de la monarquía borbónica de Nápoles. Esta nueva Dinastía dotaría al reino de una independencia que no disfrutaba desde tiempos del rey Federico IV.
La estructura del palacio sigue rigurosamente los planos de Vanvitelli, un área rectangular con dos cuerpos cuya Intersección en forma de Cruz da lugar a cuatro patios interiores. La colocación de las ventanas y las columnas es muy precisa, dando la sensación escenográfica tan característica del estilo vanviteliano,[2] a cuya homogeneidad contribuyen los pórticos centrales y los situados en los extremos.
Vestíbulos y escalera[editar]
Del centro del edificio, rodeado por los cuatro patios, arrancan cuatro galerías y en ambas plantas lo ocupa el vestíbulo. Ambas son piezas de forma octogonal que representan perfectamente el barroco equilibrado que prima en el palacio, muy cercano al Neoclasicismo. El vestíbulo inferior consta de ocho columnas de orden dórico que dividen la estancia en ocho nichos en los que se colocaron esculturas romanas de la colección Farnesio, como el famoso Hércules.[17]
A la derecha del vestíbulo, para no entorpecer la perspectiva del parque, se encuentra la escalera de honor que arranca en un sólo tramo y se divide en dos al alcanzar el primer rellano, permitiendo contemplar toda la estructura arquitectónica de los vestíbulos. Sus 117 peldaños y los demás elementos decorativos (balaustrada, frisos...) están tallados en mármoles de diversas tonalidades.
El vestíbulo superior reproduce las proporciones y el esquema del inferior, aunque está dotado de mayor grandiosidad gracias a su mayor tamaño y a la gran bóveda de estilo palladiano que lo cubre.[18] Es destacable la armonía y el equilibrio que consiguió Vanvitelli entre el Barroco y el Clasicismo, evitando la sobrecargada suntuosidad del primero y la repetición de esquemas del segundo.
Capilla palatina[editar]
La capilla ocupa una de las cuatro alas del palacio que arrancan del vestíbulo superior, con una estructura muy similar a la del Palacio de Versalles, pues se debía adaptar a las exigencias del ceremonial cortesano.[19] Tiene la misma forma que una galería, rematada por un ábside semicircular y flanqueada por una columnata de mármol.
Está consagrada a la Inmaculada Concepción como representa el único cuadro que adorna el sencillo altar, obra de Francesco Solimena, y fue inaugurada en la misa del gallo de 1784, en presencia del rey y toda la corte.
Apartamentos reales[editar]
La sala del otoño es uno de los mejores ejemplos de decoración rococó dentro del palacio. Las paredes están tapizadas con diferentes sedas y en el techo hay pintados unos típicos frescos dieciochescos,[20] la lámpara de Murano y el jarrón de Meissen ponen en evidencia el exquisito gusto de la reina.
Los apartamentos reales eran las habitaciones destinadas a la Familia Real, que ocupaban la mayor parte del piano nobile del palacio. Estas salas no interesan especialmente por su arquitectura, sino por su decoración y mobiliario, que permanecen igual que cuando eran habitadas por los Reyes.[21] En la mayoría de las estancias predomina el estilo imperio, pero un conjunto de cuartos, conocido como Appartamento vecchio,[22] se ha mantenido un aspecto típicamente rococó.
La mayoría del espacio lo ocupan salones Siglo XIX|decimonónicos de gran tamaño, cuyas paredes están cubiertas de paneles decorativos de diversos Minerales[23] y molduras bañadas en pan de oro. Estas salas tienen enormes proporciones, generalmente rectangulares, están decoradas con escasos muebles y Cuadros, lo que acrecienta su imponentes medidas. La sala de los Alabarderos, el salón de Alejandro, la sala de los Guardias de Corps, el gran salón de Marte y el gran salón de Astrea forman parte de este conjunto.[24]
No obstante, la más bella y destacable estancia de este grupo es el salón del trono, que representa perfectamente el prototipo de Palacio Real de la época. Esta sala debía desplegar todo el fasto y riqueza de la Casa de Borbón, como reflejan sus profusos estucos dorados, sus mármoles y sus abundantes molduras: elementos que representan las Armas del Reino de Nápoles y las virtudes del monarca o retratan a los más destacados reyes.
Siguiendo el estilo decorativo de los anteriores cuartos, el Appartamento nuovo[25] consiste de una serie de estancias destinadas a albergar el hogar de la Familia Real. Debido a su función, tienen un menor tamaño, las molduras y paneles decorativos se sustituyen por frescos de estilo pompeyano y no están amuebladas de una manera tan ligera[26] Entre estas se encuentran la habitación de Francisco II, el despacho y la habitación de Murat, el cuarto de baño real y la sala del Consejo Real.
El conjunto de cuartos rococó anteriormente mencionados se caracteriza por su reducido tamaño, sus bóvedas pintadas al fresco y la abundancia de cuadros y espejos que cubren sus paredes, creando una atmósfera muy diferente al resto del palacio. Además, contiene una importante colección de porcelana Siglo XVIII|dieciochesca reunida por la reina María Carolina. Las salas de la Primavera, el Otoño, el invierno y el verano, la habitación y el despacho de Fernando II y el apartamento de la Reina son los ejemplos más notables.
La biblioteca palatina, que puede incluirse en el citado Appartamento vecchio, está compuesta de una serie de salas que custodian un importante archivo referente al Reino de las Dos Sicilias. Aparte de sus colecciones, destaca por la belleza de los muebles que la guardan[27] y un enorme Pesebre napolitano que guarda gran similitud con el que se conserva en el Palacio Real de Madrid.[28]
Teatro de la corte[editar]
El teatro del palacio fue asimismo ideado por Vanvitelli y guarda enormes similitudes con el Teatro de San Carlos de Nápoles, pero su reducido tamaño le confiere una notable Armonía.[29] Consta de cinco logias de palcos, un palco real y una platea; que acogían durante las representaciones a los nobles más encumbrados, a la familia real y a los cortesanos de menor rango respectivamente.
Su interior está decorado con damasco azul y sencillas estructuras doradas, alejándose mucho de los suntuosos teatros europeos que emplean terciopelo rojo y profusas estructuras bañadas en oro.[29] El escenario es muy pequeño, pero en su época contaba con la más avanzada tecnología, pues su parte trasera se podía abrir al parque creando un fondo natural. La primera representación fue la ópera L'incoronazione di Poppea de Monteverdi, el 5 de mayo de 1769, pero el teatro quedó prácticamente inactivo tras el reinado de Fernando IV.
El parque[editar]
Fachada norte del palacio y passeggio monumental del parque, ambos fruto del genial diseño de Vanvitelli. El arquitecto los concebía como elementos de igual importancia, necesarios en la misma medida para crear el majestuoso efecto que había proyectado - la figura dominante del palacio queda engrandecida gracias a la perspectiva escénica que le otorgan los escalonados jardines.
El parque del Palacio Real de Caserta es uno de los jardines reales más bellos de Europa, rivalizando con los de Versalles, Aranjuez o Peterhof.[30] No sólo destaca por su diseño paisajístico, realizado por el propio Vanvitelli, ni por la calidad de sus esculturas; sino por ser el marco perfecto para el Real Sitio. El edificio queda engrandecido, se muestra imponente y su dominio arquitectura se expande por un espacio mucho mayor gracias a este decorado.
Vanvitelli decidió introducir dos tipos de jardín en el parque del palacio: uno italiano que rodease al edificio y un passeggio monumental con numerosas fuentes, siguiendo el modelo francés.[31] Para aprovechar el agua de los montes, se proyectó una hilera de fuentes en sus laderas que llegase hasta el palacio, reservando el resto del espacio para el jardín de parterre.
Jardín italiano[editar]
El jardín a la italiana ocupa el espacio inmediatamente posterior al palacio. Este fragmento del parque tiene un diseño paisajístico muy similar al de los Jardines del Bóvoli de Florencia,[32] con una estructura geométrica basada en caminos y dibujos de boj. Las especies Botánicas son las típicas de la flora autóctona de Italia meridional,[33] que debido al descuido que sufrieron en el último siglo, aumentó su espesor haciendo desaparecer parte del diseño original.
En esta zona, también conocida como el viejo bosque, abundan pequeñas construcciones de recreo, como pabellones o casini,[34] que servían para amenizar las jornadas que la corte pasaba en el jardín. Cuenta, asimismo, con un gran estanque en el que se criaban los peces para el suministro del palacio. A pesar de la bella arquitectura de estas edificaciones y la antigüedad de sus arboles, es la parte menos valorada del parque.[35]
Passeggio[editar]
El passeggio[36] representa perfectamente el estilo paisajístico monumental de siglo XVIII, y resalta la función escenográfica del parque. Un camino de más de 3 Kilómetros de longitud que recorre la ladera de uno de los montes circundantes, aprovechando su Inclinación para crear un complicado conjunto de fuentes y cascadas. Aquí Vanvitelli tuvo que poner en práctica su faceta de ingeniero, aunque contó con la ayuda del experimentado Francesco Collicini.[37]
Muy cerca de la cima del monte, el Agua traída por el Acueducto Carolino comienza su descenso a través de la grande cascata[38] cuya acentuada verticalidad hace que alcance una gran Velocidad que le permitirá continuar su recorrido. A partir de aquí, se suceden muchas fuentes con grandes grupos escultóricos y vertiginosos juegos de agua. Entre ellas destacan:
- La fuente de los delfines
- La fuente de Venus y Adonis
- La fuente de eolo
- La fuente de Ceres
- La fuente de Diana y Acteón
La fachada posterior del palacio mira al passeggio, de modo que la mayoría de las habitaciones tenían vistas a esta bella sucesión descendente de fuentes. El torrente de agua llega al jardín italiano con mucha menos Velocidad, pero sirve para alimentar sus numerosos surtidores.[39] El genio de Vanvitelli está especialmente presente en esta obra, en perfecta sintonía con el edificio. No obstante, fue su hijo Carlo quién se encargó de ejecutar los planos y participaron numerosos escultores.
Jardín inglés[editar]
El templo del jardín a la inglesa fue construido utilizando restos hallados en las excavaciones de Pompeya, que se funden perfectamente en su entorno natural.[40] La reina María Carolina implantó el gusto por la naturaleza en la corte, al igual que había hecho su hermana María Antonieta en Versalles.
Este jardín no fue diseñado por Vanvitelli, pues la reina María Carolina lo encargó poco después de la muerte del arquitecto. De nuevo, su hijo Carlo se encargó del proyecto, asistido por el botánico inglés John Graefer, pupilo de sir Joseph Banks.[41] Situado en la parte oriental del parque, reúne en sus 2.500 metros cuadrados una gran variedad de especies exóticas que, sin embargo, se aclimataron muy bien a las suaves condiciones meteorológicas napolitanas.
De un estilo completamente diferente al resto, el jardín inglés se introduce perfectamente en el conjunto del parque. Hay varios lagos artificiales, un riachuelo y las plantas crecen en aparente libertad entremezcladas con estatuas, creando un efecto evocador muy del gusto romántico. Aquí no se busca crear un bello decorado con plantas y fuentes, sino acercarse lo más posible a un estado natural, como un Bosque en el que se ocultasen pabellones y estatuas.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
- ↑ Esta no fue la principal razón de su viaje, pues otros factores fueron más importantes como el reconocimiento de Carlos como rey de Nápoles por la Santa Sede, tras su conquista durante la Guerra de Sucesión polaca
- ↑ 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 Bongäser: El Barroco págs. 64-65
- ↑ Cioffi: Casa di Re - Un secolo di storia alla Reggia di Caserta 1752 - 1860, pág. 15
- ↑ Cioffi: Casa di Re - Un secolo di storia alla Reggia di Caserta 1752 - 1860, pág. 17
- ↑ Jacobitti: Il Palazzo Reale di Caserta, pág. 8
- ↑ Jacobitti: Il Palazzo Reale di Caserta, pág. 8."it:maligna criatura", nombre que utilizaba Vanvitelli para referirse al regente Tanucci
- ↑ Jacobitti: Il Palazzo Reale di Caserta, pág. 12
- ↑ Jacobitti: Il Palazzo Reale di Caserta, pág. 14
- ↑ Cioffi: Casa di Re - Un secolo di storia alla Reggia di Caserta 1752 - 1860, pág. 154
- ↑ Cioffi: Casa di Re - Un secolo di storia alla Reggia di Caserta 1752 - 1860, pág. 154. Aparte de que no se construyó completamente la estructura diseñada, se abandonó el proyecto urbanístico que se pretendía realizar alrededor del palacio
- ↑ Defilippis: Il Palazzo reale di Caserta e i Borboni di Napoli, pág. 32. La reina había redecorado con maestría sus apartamentos privados en los palacios de Capodimonte y Portici
- ↑ Defilippis: Il Palazzo reale di Caserta e i Borboni di Napoli, pág. 32
- ↑ Scuola Sottufficiali Aeronautica Militare (italiano) Esta escuela militar sigue estando sita en el municipio casertano bajo el nombre de Accademia Mario Anelli
- ↑ Turismo en Caserta
- ↑ Caserta Palace Blog (Inglés) Extracto del informe realizado por Gian Marco Jiacobitti, superintendente de la reunión del G7 celebrada en Caserta
- ↑ Bongäser: El Barroco págs. 64-65. Cera del pórtico, aúno son visibles los pedestales dedicados a las estatuas de la Justicia, la Majestad, la Clemencia y la paz
- ↑ Santini: Caserta págs. 10-11. Estas esculturas fueron sustituidas por copias en el siglo XIX, siendo trasladados los originales al Museo Arqueológico de Nápoles donde se conservan en la actualidad
- ↑ Santini: Caserta págs. 10-11
- ↑ Santini: Caserta págs. 12-13
- ↑ Arte Rococó La pintura rococó italiana mezcla el estilo Mitológico del barroco con el recién introducido refinamiento francés. Giovanni Battista Tiepolo es el máximo representante de esta tendencia pictórica
- ↑ Defilippis: Il Palazzo reale di Caserta e i Borboni di Napoli, pág. 86. Los muebles de los apartamentos se habían trasladado a otros palacios durante la Segunda Guerra Mundial, pero fueron restituidos al fin de la misma
- ↑ Santini: Caserta págs. 4-5. "it:Apartamentos antiguos"
- ↑ Santini: Caserta págs. 14-15. Se emplearon distintos materiales en estos espacios, desde el granito a la malaquita, acompañados por muchas clases de mármoles
- ↑ Santini: Caserta págs. 16-17
- ↑ Santini: Caserta págs. 18-19. "it:Apartamentos nuevos"
- ↑ Santini: Caserta págs. 18-19. De hecho, el mobiliario de estas estancias es de gran interés pues fue encargado por Joaquín Murat en el más puro estilo imperio, entonces muy cercano al estilo Directorio
- ↑ Santini: Caserta págs. 26-27. En una de las cámaras se custodia la curiosa estantería oval ideada para ocupar el centro de una las estancias de la biblioteca
- ↑ Cioffi: Casa di Re - Un secolo di storia alla Reggia di Caserta 1752 - 1860, pág. 218. Ambos nacimientos fueron encargados por el Rey Carlos de Borbón a los artesanos napolitanos Fratelli Capuano hacia el año 1757
- ↑ 29,0 29,1 Santini: Caserta págs. 28-29
- ↑ Santini: Caserta págs. 30-31
- ↑ Santini: Caserta págs. 30-31. Durante el desarrollo de las obras, la reina María Carolina mostró gran interés en que se añadiese un jardín a la inglesa sobre el que le había hablado su amigo Lord Hamilton, embajador del Reino Unido en la corte de las Dos Sicilias
- ↑ Santini: Caserta págs. 31-32
- ↑ Flora della Campania (italiano) Esta región cuenta con una Vegetación típicamente mediterránea, con olivos, pinos y palmeras entre las especies más comunes. No obstante, en el parque se introdujeron árboles de mayor envergadura provenientes de América
- ↑ Santini: Caserta págs 31-32. "it:pequeñas casas"
- ↑ Santini: Caserta págs 31-32. Al contrario que el resto del jardín, no tiene ninguna singularidad, pues es muy similar al del Palacio de Capodimonte y al de Nápoles
- ↑ Santini: Caserta págs 32-33. "it:paseo"
- ↑ Santini: Caserta págs 32-33. Collicini se encargó principalmente de las obras de fontanería, creando un Circuito que comprendía todas las fuentes. No obstante, Vanvitelli fue el artífice del decorado y el que desarrolló la idea original
- ↑ Santini: Caserta págs 32-33. "it:gran cascada"
- ↑ Santini: Caserta págs. 35-36. En cada intersección de caminos hay una pequeña plazoleta coronada por una sencilla fuente circular, como la fontana marguerita
- ↑ Santini: Caserta págs 46-47
- ↑ Santini: Caserta págs 46-47. Graefer vino a la corte de Nápoles acompañando a Lord Hamilton, embajador británico y gran amigo de la Reina. Allí recibió numerosos encargos que culminaron con el proyecto del giardino inglese en el Palacio Real
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