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Observatorio Lick
El Observatorio Lick es un observatorio astronómico dependiente de la Universidad de California y situado en la cima del Monte Hamilton, a 1300 m de altitud y a pocos kilómetros de la ciudad de San José, California. El observatorio se dirige desde un centro de investigación en Santa Cruz donde se desplazó la mayor parte del personal científico a mediados de los 1960|60.
Historia del Observatorio
El observatorio Lick fue fundado en 1888 gracias a una donación del millonario James Lick, quien había llegado a amasar una fortuna con bienes raíces durante la avalancha del oro en California en 1849. En 1874 anunció su intención de donar 700.000 dólares para la fundación de un observatorio astronómico, con el cual perpetuar so nombre. Lick falleció en 1887 antes de ver construido el centro y su cuerpo fue enterrado en el lugar en el que éste se construiría más tarde, existiendo una placa que conmemora tal hecho. El primer director del observatorio fue Edward Singleton Holden.
El telescopio principal del observatorio era un Telescopio refractor de 91 cm de diámetro inaugurado el 3 de enero de 1888, el más grande del mundo hasta la construcción del telescopio refractor del Observatorio Yerkes en 1897: las lentes de ambos instrumentos fueron pulidas por la firma norteamericana Alvan Clark and Sons, concretamente por Alvan Graham Clark. En abril de ese año se iniciaron los trabajos de investigación convirtiéndose en el primer telescopio del mundo situado en una alta montaña y permanentemente ocupado.
Gracias a la potencia de su telescopio Edward Emerson Barnard pudo descubri visualmente, en 1892, la quinta luna de Júpiter; también llegó a avistar cráteres sobre el disco de Marte, pero no se atrevió a publicar este descubrimiento por miedo al ridículo.
En 1895 sería descubierto el satélite oscuro de la estrella Proción, una enana blanca de magnitud 13ª.
En los años 1970 el aumento de la contaminación del área asociado con la actividad industrial del cercano Sillicon Valley y la contaminación lumínica creciente de la ciudad de San José comenzaron a disminuir la calidad de las observaciones de Lick. Aunque se consideró la posibilidad de desplazar la mayor parte de los telescopios a un lugar alternativo, la falta de los fondos necesarios impidieron tal solución. Finalmente en los años 1980 se comenzó un programa de instalación de lámparas de sodio de bajo nivel de contaminación lumínica. El resultado fue que la cima del Monte Hamilton continúa siendo un lugar viable para la mayor parte de las instalaciones del observatorio.