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Iglesias de Chiloé

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Iglesias de Chiloé

Las iglesias de Chiloé son templos de madera construidos en el Archipiélago de Chiloé, de acuerdo a un esquema tradicional, desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XX.

Historia[editar]

Desde el siglo XVII, los religiosos encargados de la evangelización de las islas fueron los jesuitas, quienes establecieron un sistema llamado Misión Circular para hacerse cargo de todas las comunidades evangelizadas. La Misión Circular duraba 8 meses y significaba recorrer en total unos 4000 km en Dalca y a pie, pero como debían visitar más de 80 sectores y hacer frente a las adversidades del clima, la estadía en cada capilla duraba sólo un par de días y durante el resto del año la vida religiosa quedaba a cargo del fiscal. En los primeros años de la evangelización las iglesias eran construcciones rústicas con techo de paja.

Por la necesidad de contar con más sacerdotes, la Compañía solicitó al Rey que se permitiera la presencia de jesuitas de nacionalidad diferente a la española. La solicitud fue aceptada y llegaron frailes procedentes de diferentes partes de Europa, sobre todo de Baviera, Hungría y Transilvania. Estos sacerdotes extranjeros fueron los que durante el siglo XVIII dieron impulso a la construcción de iglesias más perdurables que sus antecesoras. Ellos aportaron los diseños, inspirados en las iglesias de sus países, y parte de las técnicas de construcción. Por su parte, los carpinteros chilotes aportaron la mano de obra, los materiales y técnicas propias, muchas de las cuales estaban inspiradas en la construcción de navíos.

Después de la expulsión de los jesuitas, en 1767, la labor misionera quedó a cargo de los franciscanos, pero la construcción de templos siguió manteniendo los modelos iniciales y se creó una tradición arquitectónica mantenida a lo largo de tres siglos, llamada Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera. Esta tradición evolucionó a través de los años, pasando de un estilo inicial muy adornado a otro, a mediados del siglo XIX, mucho más sobrio, que poseen cierta semejanza con el barroco y el Neoclásico europeos.

A esta escuela pertenecen unas 150 de las más de 400 iglesias repartidas por el archipiélago. De estas 150 iglesias, algunas no han resistido el paso del tiempo y han caído o han debido ser demolidas, pero otras se han mantenido en pie por casi 300 años y son algunas de las construcciones en madera más antiguas que quedan en pie en el planeta. La necesidad de preservarlas hizo que 16 de ellas fueran declaradas Monumento Nacional y que el año 1993, la Fundación Cultural Amigos de las Iglesias de Chiloé postulara a estos 16 templos como candidatos para ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Fueron declaradas como tales en el año 2000.

Las iglesias que obtuvieron esta distinción son:

  • Iglesia de Achao
  • Iglesia de Aldachildo
  • Iglesia de Caguach
  • Iglesia de Castro
  • Iglesia de Chelín
  • Iglesia de Chonchi
  • Iglesia de Colo
  • Iglesia de Dalcahue
  • Iglesia de Detif
  • Iglesia de Ichuac
  • Iglesia de Nercón
  • Iglesia de Rilán
  • Iglesia de San Juan
  • Iglesia de Tenaún
  • Iglesia de Vilupulli
  • Iglesia de Quinchao

Después de la expulsión de los jesuitas, en 1767, la labor misionera quedó a cargo de los franciscanos, pero la construcción de templos siguió manteniendo los modelos iniciales y se creó una tradición arquitectónica mantenida a lo largo de tres siglos, llamada Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera. Esta tradición evolucionó a través de los años, pasando de un estilo inicial muy adornado a otro, a mediados del siglo XIX, mucho más sobrio, que poseen cierta semejanza con el barroco y el neoclásico europeos.

A esta escuela pertenecen unas 150 de las más de 400 iglesias repartidas por el archipiélago. De estas 150 iglesias, algunas no han resistido el paso del tiempo y han caído o han debido ser demolidas, pero otras se han mantenido en pie por casi 300 años y son algunas de las construcciones en madera más antiguas que quedan en pie en el planeta. La necesidad de preservarlas hizo que 16 de ellas fueran declaradas Monumento Nacional y que el año 1993, la Fundación Cultural Amigos de las Iglesias de Chiloé postulara a estos 16 templos como candidatos para ser Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Fueron declaradas como tales en el año 2000.

Estructura[editar]

Las iglesias chilotas siguen una estructura básica común con variaciones menores según la zona geográfica o la época de construcción.

El edificio tiene forma rectangular con un techo a dos aguas y ocasionalmente a tres. La fachada usualmente está en el lado este y frente a ella hay una explanada para las procesiones. En los lugares de mayor población esta explanada ha pasado a ser la plaza del pueblo.

La fachada consta de un pórtico con arcos de adorno y una torre con campanario en la parte superior. El número usual de arcos es cinco, pero algunas iglesias no los tienen y otras tienen siete o nueve. Entre el pórtico y las puertas hay un espacio para guarecerse de la lluvia. La torre suele ser de forma octogonal, de dos o tres cuerpos.

El interior está formado por tres naves, separadas por corridas de pilares. Sobre el pórtico hay un espacio para el coro. Usualmente la nave central tiene el techo cóncavo, a semejanza del fondo de un bote. Algunas de las iglesias conservan el púlpito.

Materiales[editar]

La madera que se usó para construir estas iglesias proviene del bosque chilote o de los bosques de la provincia de Palena. Las vigas, los pilares y la madera de revestimiento interno son de maderas duras y resistentes a la humedad, como el ciprés, el mañío o el coigüe. Para unir las porciones más grandes se usaron tarugos de madera de luma, pero no es cierta la creencia difundida en el resto de Chile de que las iglesias chilotas no contienen clavos en su construcción; todas los tienen en sus pisos y revestimiento exterior.

En la parte externa predominan los revestimientos de tejuelas de alerce, pero también se usan tablan machihembradas en los costados y láminas de zinc en los techos.

Materiales[editar]

La madera que se usó para construir estas iglesias proviene del bosque chilote o de los bosques de la provincia de Palena. Las vigas, los pilares y la madera de revestimiento interno son de maderas duras y resistentes a la humedad, como el ciprés, el mañío o el coigüe. Para unir las porciones más grandes se usaron tarugos de madera de luma, pero no es cierta la creencia difundida en el resto de Chile de que las iglesias chilotas no contienen clavos en su construcción; todas los tienen en sus pisos y revestimiento exterior.

En la parte externa predominan los revestimientos de tejuelas de alerce, pero también se usan tablan machihembradas en los costados y láminas de zinc en los techos.

Referencias

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Wikipedia, con licencia CC-by-sa
Conrad von Soest, 'Brillenapostel' (1403).jpg
Guarda, Gabriel (1995), La tradición de la madera, Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile.
Conrad von Soest, 'Brillenapostel' (1403).jpg
Araneda, José y Horta, Haroldo (2001), Chiloé. Un legado universal, Santiago de Chile: Kaktus. ISBN 956-7136-16-5.


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Alberto Mengual

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