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Generación del 25
El llamado racionalismo arquitectónico irrumpe en el panorama madrileño en torno a 1925 y conforma una generación de arquitectos que, en paralelo con la generación poética de 1927, intentan una renovación de la arquitectura española. El grupo es una élite culta y cosmopolita que entra en contacto con la arquitectura europea moderna y se mueve entre la tradición y la más pura modernidad.
En 1961, Carlos Flores utilizó por primera vez con gran acierto la expresión Generación del 25 para designar a los jóvenes arquitectos vanguardistas, titulados entre 1918 y 1925 en la Escuela de Arquitectura de Madrid.
Se refería al grupo formado por Rafael Bergamín (1891), Fernando García Mercadal (1896), Casto Fernández Shaw (1896), Luis Blanco Soler (1894), Teodoro de Anasagasti (1880), Miguel de los Santos (1896), Agustín Aguirre (1896), Manuel Sánchez Arcas (1895), Luis Lacasa (1896), Carlos Arniches Moltó (1897), Martín Domínguez Esteban (1897), Luis Gutiérrez Soto (1900), Regino Borobio Ojeda (1895), José Aspiroz (1895), Manuel Muñoz Casayús y Raimon Duran Reynals (1895), los cuales –decía Carlos Flores en su artículo– “por sí solos evocan el clima de rebeldía que se inicia en nuestra arquitectura hacia 1925”. Además, se podía considerar a Secundino Zuazo (1887), que aunque algo mayor que ellos, trabajó con las mismas ideas.
Aunque las obras clave de esta Generación habían empezado a aparecer en Madrid en 1927, lo cual habría justificado que se la denominase Generación del 27, como pedía Oriol Bohigas, para relacionarla con la literaria, la razón del cambio fue la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales de París, de 1925, que causó un gran impacto a los jóvenes arquitectos madrileños.
Como consecuencia de aquella impresión surgieron tres obras esenciales entre 1927 y 1928, que marcaron aquel periodo y definieron a esta Generación: el Rincón de Goya, de Fernando García Mercadal, la gasolinera de Petróleos Porto Pi, de Casto Fernández Shaw y la Casa del Marqués de Villora, de Rafael Bergamín. Son lo que Flores denominó “primeras obras afines al movimiento centroeuropeo renovador de la arquitectura, esto es, vinculadas a lo que ha sido llamado posteriormente Movimiento Moderno”. Además, no hay que olvidar que los Albergues de carretera de Carlos Arniches Moltó y Martín Domínguez, otra gran obra del momento, empezaron a construirse también en 1928.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
(Extracto de C. Diez-Pastor, Carlos Arniches y Martín Domínguez, arquitectos de la Generación del 25, v. bibliografía)
Bibliografía
- MIGUEL ÁNGEL BALDELLOU, “Hacia una arquitectura racional española”, Summa Artis, Tomo XL, Espasa-Calpe, Madrid 1995;
- ORIOL BOHIGAS, Modernidad en la arquitectura española de la Segunda República, Tusquets Ed., Barcelona 1998;
- CONCHA DIEZ-PASTOR, Carlos Arniches y Martín Domínguez, arquitectos de la Generación del 25, Mairea, Madrid 2005;
- CARLOS FLORES, Arquitectura española contemporánea, Aguilar, Madrid 1961;
- CARLOS FLORES, “1927: primera arquitectura moderna en España”, Hogar y Arquitectura, número 70 (1967), página 37;
- CARLOS FLORES y EDUARDO AMANN, Guía de arquitectura de Madrid, Aguilar, Madrid 1967.
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