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Catedral de Santa María de Tarragona
La Catedral de Santa María es una catedral existente en la ciudad y provincia de Tarragona, en la comunidad autónoma de Cataluña, España. Se encuentra situada en la parte más alta de Tarragona, sobre un lugar que ya ocuparon con anterioridad un templo dedicado al culto imperial romano (el templo de Augusto),[1] una catedral visigótica y una mezquita árabe. Es, en su estado actual, del periodo de transición entre el románico y el gótico.
Antecedentes[editar]
La ciudad de Tarragona, la antigua Tarraco de época romana, que era prácticamente la capital de los territorios hispánicos, había perdido buena parte de su esplendor tras la caída del Imperio Romano como consecuencia de las Invasiones germánicas. Ello se acrecentó con la conquista de la ciudad en el siglo VIII por parte de los Musulmanes, además de por el hecho de convertirse rápidamente en un territorio fronterizo para la defensa de los territorios islámicos, todo ello hasta su reconquista en el siglo XII por los Condes de Barcelona.
En 1154 se instala por primera vez en la ciudad de Tarragona un arzobispo con residencia permanente, llegado desde la Abadía de Saint-Ruf, en la ciudad de Aviñón, hoy en Francia, y que era un territorio que por esas fechas tenía importantes vínculos con los Condes de Barcelona. En las ordenaciones que el nuevo arzobispo dicta para regular la vida interna del reducido Capítulo Catedralicio, hace referencia a la construcción que estaba efectuando de una fortaleza para protegerse de las previsibles incursiones musulmanas, fortaleza asentada sin lugar a dudas entre los restos existentes en esa época de edificios de origen romano. Evidentemente esa pequeña fortaleza incluía una primera iglesia catedralicia, iglesia que estaba consagrada a Santa Tecla.
Carecemos de información exacta sobre el proceso constructivo de la nueva catedral gótica en la ciudad, puesto que los primeros datos conocidos corresponden a la fecha de su consagración, en 1331. Sin embargo, existen documentos anteriores que atestiguan la realización de las obras, como por ejemplo un legado testamentario que fue efectuado por Pere de Queralt en 1166 o el testamento del obispo de Tarragona, Hugo de Cervelló, quien fuera asesinado en 1171.[2]
Parece, pues, que las obras de la nueva catedral se iniciaron en una fecha imprecisa, pero siempre posterior al año 1171, y que dieron inicio por la cabecera del nuevo templo.
Inicios de la construcción[editar]
Parece igualmente que la construcción inicial estaba prevista como una única nave, con un gran ábside, muros robustos y básicamente correspondiente a un estilo correspondiente al existente en su entorno por esas fechas, es decir, se trataría de una catedral románica, pensada además como elemento defensivo y, por ello mismo, provista de matacanes, almenas y Camino de ronda, así como ventanas elevadas, fuera del alcance del enemigo (años después, con la seguridad ya garantizada, se abrirían bajo las anteriores tres nuevas ventanas en el ábside, de mayor tamaño y situadas más cerca del suelo).
A pesar de ello, no hay que suponer que se trataba de una construcción austera, puesto que recogía un buen número de elementos decorativos propios del románico, lo que daba al ábside de la catedral la debida prestancia.
Contemporáneos del ábside son la sacristía y el refectorio. La sacristía, emplazada junto al ábside mayor, es de planta rectangular, y posee Bóveda de Cañón apuntada. La sacristía ha sufrido a lo largo de los años diversas intervenciones que han modificado sustancialmente su aspecto.
El tamaño del refectorio (o comedor) indica que el número de canónigos y otros empleados de la catedral se había incrementado sustancialmente. A partir del siglo XVI, cuando los canónigos comenzaron a dejar de hacer vida en común, el refectorio acabó transformado en una capilla más de la catedral.
Se preveía igualmente la construcción de un campanario, que estaba previsto levantar junto a la sacristía; campanario que poseía igualmente carácter defensivo.
Modificación de los planos a finales del siglo XII[editar]
Hacia el año 1195 se produjo un cambio sustancial en el planteamiento de las obras, magnificándolas, lo que produjo fuertes problemas de tipo social en la ciudad, al quejarse los ciudadanos de Tarragona de los elevados gastos que comportaban las obras, gastos que debían ser sufragados con los correspondientes impuestos, lo que hizo que en 1214 el arzobispo de Tarragona decretase la voluntariedad de las aportaciones a las obras.[3]
Básicamente, el nuevo proyecto pretendía agrandar la catedral, para convertirla en un edificio formado por tres naves en planta basilical, con un crucero y cuatro nuevos ábsides secundarios, cubiertos con Bóveda de Crucería de estilo gótico. Por la disposición espacial anterior, el único lugar en el que era posible efectuar la ampliación era el punto en que se había dejado el patio destinado al futuro claustro, lo que hizo imposible la habitual alineación del crucero y los cinco ábsides. Por ello, los cuatro ábsides menores fueron escalonándose (como es perfectamente aperciable en el plano que se encuentra a la derecha), por lo que la absidiola norte es de menor tamaño que la meridional.
Los espacios de las naves fueron cubiertos con Bóveda de Crucería gótica, de no mucha altura. Parece haber semejanzas constructivas con la iglesia abacial de Santa María, en el Monasterio de Santa Cruz de la Serós, en la Jacetania.[4]
El claustro[editar]
A juzgar por las figuraciones heráldicas existentes en la catedral, consistentes en castillos y torres, se supone que las obras del claustro de la catedral de Tarragona se iniciaron bajo la prelatura de los obispos Ramon de Castellterçol y Ramon de Rocabertí, hacia 1194. Otras teorías, sin embargo, apuntan hacia el canónigo Berenguer de Castellet, y sitúan el inicio de las obras hacia 1214. En cualquier caso, el aludido Ramon de Rocabertí legó en su testamento una importante cantidad para las obras del claustro.
La estructura del claustro consiste en cuatro galerías, cada una de las cuales aparece dividida en ocho tramos, siendo comunes los situados en los ángulos. Las divisiones quedan patentes por medio de pilares cuyos contrafuertes se asientan en el jardín del claustro. Parte de ellos incluyen canalones que vertían las aguas pluviales en dirección a la antigua cloaca romana, que se hallaba todavía en uso.
Bibliografía[editar]
- Liaño Martínez, Emma: La catedral de Tarragona, en L’art gòtic a Catalunya. Catedrals, monestir i altres edificis religiosos, I, Ed. Enciclopèdia Catalana, Barcelona, 2002, páginas 63-74 ISBN 84-412-0887-5 (obra completa) ISBN 84-412-0889-1 (tomo) (en catalán)
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
- ↑ Tarragona busca bajo la catedral el mítico templo de Augusto (en castellano). El Periódico de Catalunya. Consultado el 2007-09-20, 2007.
- ↑ Emma Liaño Martínez, pág. 65
- ↑ Emma Liaño Martínez, pág. 66
- ↑ Emma Liaño Martínez, pág. 69