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Catedral de Santa María de Pamplona
La Catedral de Santa María la Real de Pamplona es un templo gótico construido a lo largo del siglo XV. Está situada en el solar que ocupó la catedral románica y, todavía antes, posiblemente, el capitolio de la ciudad romana, en lo que hoy es el Casco Antiguo de la ciudad. Partes importantes de ella fueron construidas en otras épocas anteriores o posteriores. Entre 1100 y 1127 se había construido la catedral románica, que se vino abajo en su mayor parte en 1390, quedando en pie la fachada y la cabecera. Las obras del nuevo templo comenzaron casi de inmediato y duraron hasta los primeros años del siglo XVI. El Claustro se construyó entre 1290 y 1350 y sustituyó a otro anterior Románico. El sobreclaustro se terminó en 1472. La Capilla Barbazana y el Refectorio se terminaron en 1330. Las sacristías se construyeron en el siglo XVII. Hasta el siglo XVIII subsistió la fachada románica, que fue sustituida por la actual entre 1784 y 1802.
Fachada
Consta de una fachada neoclásica construida sobre planos de Ventura Rodríguez. En el centro queda un gran pórtico aguantado por cuatro pares de columnas que sostienen un frontón. Las dos torres cuadrangulares a los extremos se unen al pórtico por sencillos entrepaños. Detrás de una terraza, el paño central tiene un rosetón y termina en otro frontón, adornado por una cruz que adoran dos ángeles. Las torres son macizas hasta la altura de la nave central y en su parte superior los vanos de las ventanas van flanqueados por columnas corintias. Por medio de un cilindro con Óculos pasan al remate, en forma de campanilla. En el interior de la torre del norte está la campana María, de más de 250 quintales de peso, una de las más grandes de España todavía en uso.
Interior
En su interior se observa una gran unidad de estilo dentro del gótico. Con planta de cruz latina, consta de nave central y crucero de su misma altura, dos naves laterales y girola, más bajas, y dos series de capillas paralelas a la nave central. Las bóvedas son de sencilla crucería, siendo más complicadas las del tramo central del crucero y las del presbiterio. La luz entra por ventanas ojivales con vidrieras, algunas de ellas del siglo XVI y otras más modernas. Destacan por su magnifica ejecución dos rejas del siglo XVI, una gótica en el presbiterio y otra plateresca en el crucero. En el presbiterio bajo un baldaquino gótico moderno, está la imagen de Santa María la Real, talla románica chapeada de plata, ante la cual juraban su cargo los Reyes de Navarra. Al fondo del ábside se encuentra la sillería del coro, obra cumbre del estilo renacentista tallada en torno a 1540.
En medio de la nave central está el mausoleo de los reyes de Navarra, Carlos III y su esposa Leonor, de comienzos del siglo XV, obra maestra de la escultura funeraria gótica. Su autor, Johan Lome, de Tournay, vino de los Países Bajos para hacerse cargo de la obra en la que contó con un grupo de ayudantes de la vecina Francia. Se realizó entre los años 1413 y 1419, según modelos de tradición parisina-neerlandesa contemporánea.
A los pies de la catedral, a la izquierda y después del baptisterio se encuentra la capilla de San Juan Bautista, con retablo renacentista del siglo XVI. A esta le sigue otra con un retablo gótico de pintura sobre tabla, representando profetas y una talla del Crucificado, todo ello del siglo XV tardío. En las dos capillas siguientes están los retablos barrocos de San José y de las Reliquias. En el crucero norte destacan dos grandes retablos barrocos, de 1675, dedicados a San Gregorio y San Jerónimo. Ya en la girola, se puede ver la capilla Sandoval, con un retablo de 1620 y dos tallas barrocas de San Ignacio y San Francisco Javier. Sigue el retablo de San Agustín, del siglo XVII. Al fondo de la girola quedan las dos puertas de la sacristía, góticas del siglo XV. Entre ellas se encuentran dos grandes retablos barrocos, de 1710. El primero se llama del Cristo de los Capellanes y el segundo está dedicado a San Fermín.
Al final de la girola por la derecha, están el retablo gótico de Santo Tomás, de 1507 y el de la Piedad, realizado en 1600 por Domingo Bidarte y Juan Claver. En el brazo sur del crucero, convertido en capilla del Santísimo, se instaló el Cristo del trascoro, obra de Juan Bazcardo en 1600. Al exterior de esta capilla y adosada a un pilar, se encuentra una talla de piedra de los primeros años del siglo XV que representa a la Virgen de las Buenas Nuevas. Sigue la capilla de San Juan Evangelista, con un retablo gótico del siglo XVI, y finalmente la capilla de Santa Catalina, con retablo barroco de 1683.
Claustro
El claustro es la mejor muestra en su género del gótico francés. Es admirable su elegante arquitectura en las tracerías y maineles, junto con la riquísima decoración escultórica en arcos, puertas, capiteles, claves de bóvedas y grupos exentos. El claustro forma un cuadrado y las crujías se cubren con tramos de bóvedas de crucería. Los Gabletes se entrelazan con el antepecho del sobreclaustro. Se comunica con el templo por una puerta dividida por mainel, ante el que se halla la Virgen del Amparo, talla gótica del siglo XIV. En el tímpano está esculpida la escena de la dormición de la Virgen. Siguiendo por la izquierda, se ve al fondo el grupo escultórico de la Epifanía y, más adelante, la Barbazana. Al fondo de esta crujía se halla el sepulcro de don Miguel Sánchez de Asiáin (†1364) y, a su derecha, la llamada Puerta Preciosa, bello ejemplar de portada gótica francesa (s. XIV), con la leyenda de la muerte de la Virgen, esculpida en el tímpano. Más adelante, en el ángulo suroeste, las puertas del refectorio y del Arcedianato, ambas esculpidas en sus tímpanos, y la primera, con las dos elegantes esculturas de la iglesia y de la Sinagoga. Frente a ellas, en el rincón del jardín, el templete del lavabo, cerrado por unas verjas románicas, que la tradición asegura forjada con las cadenas de la Batalla de las Navas de Tolosa.
Se ha descubierto ultimamente el lamentable estado de conservación de muchos capiteles.
Historia
Lo primeros datos que se refieren a la Catedral de Pamplona se relacionan con la serie de obispos o delegados que figuran como asistentes a los célebres concilios visigodos de Toledo. Así sucede con Lilio (589), que acudió al III Concilio de Toledo; Juan (633), que suscribió las actas en el IV; Atilano (683), que asistió al XIII, y Marciano (693), que figuró en el Concilio XVI de Toledo. Esto nos indica la existencia de un templo catedralicio en Pamplona, templo que fue destruido por los musulmanes en el año 924.
A comienzos del siglo XI y siendo rey Sancho el Mayor debió restablecerse la diócesis en torno al 1030, lo cual obliga a pensar en un nuevo templo que, bajo la advocación de la Asunción, hizo las veces de catedral hasta que fue demolida, esta vez por los propios cristianos, para dejar paso a un importante edificio románico.
Las excavaciones realizadas en el subsuelo de la catedral en 1990 han permitido conocer mejor aquel templo de tres naves y tres ábsides, con largo crucero, debido a la iniciativa del prelado don Pedro de Roda, cuyas obras debieron iniciarse hacia 1100. La consagración de la nueva catedral contó con la presencia del rey Alfonso el Batallador, el 12 de abril de 1127. Diez años más tarde concluyeron las obras del claustro, uno de los más bellos del arte español a juzgar por sus capiteles.
Un hundimiento parcial, pero importante, del templo románico en 1390, hizo que se pensara en una nueva catedral, esta vez de estilo gótico, cuya primera piedra se colocó en 1394, siendo don Martín de Zalba, cardenal y obispo de Pamplona y rey de Navarra Carlos III el Noble, sin olvidar a su esposa doña Leonor de Castilla.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
Catedrales de España. Pedro Navascués Palacio y Carlos Sarthou Carreres. ESPASA CALPE. Madrid 1997. |
NAVARRA, guía y mapa. CAJA DE AHORROS DE NAVARRA. 1986. |