Diferencia entre revisiones de «Abadía de Cluny»

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En Cluny, las artes estaban centradas en la liturgia, extensa y bella en un entorno inspirador, que reflejaba el nuevo y personal sentimiento de piedad propio del siglo XI. La intercesión monástica aparece indispensable para conseguir un estado de gracia, y los gobernantes seculares competían para ser recordados en las interminables oraciones de Cluny, lo que por un lado aseguraba el sostenimiento del monasterio, y por otro favorecía la creación artística en otros campos.
En Cluny, las artes estaban centradas en la liturgia, extensa y bella en un entorno inspirador, que reflejaba el nuevo y personal sentimiento de piedad propio del siglo XI. La intercesión monástica aparece indispensable para conseguir un estado de gracia, y los gobernantes seculares competían para ser recordados en las interminables oraciones de Cluny, lo que por un lado aseguraba el sostenimiento del monasterio, y por otro favorecía la creación artística en otros campos.


El rápido crecimiento de la comunidad de Cluny necesitaba edificios cada vez mayores. Las construcciones de Cluny afectaron profundamente a las prácticas arquitectónicas en el occidente europeo desde el siglo X al siglo XII|XII. Las tres iglesias sucesivas son llamadas convencionalmente Cluny I, Cluny II y Cluny III. Al construir la tercera y definitiva iglesia de Cluny, el monasterio consiguió también el mayor edificio de Europa antes de la reconstrucción de la Basílica de San Pedro en Roma en el siglo XVI. La construcción de Cluny II, entre 955 y 981 se inició tras las destructivas incursiones Húngaras de 953, que dieron lugar a la tendencia a construir bóvedas de piedra en las iglesias.
El rápido crecimiento de la comunidad de Cluny necesitaba edificios cada vez mayores. Las construcciones de Cluny afectaron profundamente a las prácticas arquitectónicas en el occidente europeo desde el siglo X al siglo XII. Las tres iglesias sucesivas son llamadas convencionalmente Cluny I, Cluny II y Cluny III. Al construir la tercera y definitiva iglesia de Cluny, el monasterio consiguió también el mayor edificio de Europa antes de la reconstrucción de la Basílica de San Pedro en Roma en el siglo XVI. La construcción de Cluny II, entre 955 y 981 se inició tras las destructivas incursiones Húngaras de 953, que dieron lugar a la tendencia a construir bóvedas de piedra en las iglesias.


La campaña de construcción fue financiada por el censo anual establecido por Fernando I de León, soberano del reino unido de Castilla y León, entre 1053 y 1965. (Este censo fue restablecido por Alfonso VI en 1077 y confirmado en 1090). La suma se fijó en 1.000 áureos de oro por Fernando, cantidad que fue doblada por Alfonso VI en 1090. Para Cluny, esta cantidad representaba la mayor anualidad recibida nunca por una orden religiosa por parte de un rey o gobernante, y nunca fue superada. Los cien marcos de plata anuales entregados por Enrique I de Inglaterra a partir de 1131 fueron una contribución miserable en comparación. El censo alfonsino permitió al abad Hugh (fallecido en 1109) acometer la construcción de la gigantesca tercera iglesia de la abadía. Cuando los pagos en moneda de oro islámica recaudados por Castilla-León se detuvieron, generó una crisis financiera que lisió económicamente a Cluny durante los mandatos de los abades Pons (1109-1125) y Pedro el Venerable (1122-1156). En Cluny, el importe del oro donado servía para publicitar a los nuevos ricos cristianos de España, y colocó a la España central por primera vez en la órbita europea.
La campaña de construcción fue financiada por el censo anual establecido por Fernando I de León, soberano del reino unido de Castilla y León, entre 1053 y 1965. (Este censo fue restablecido por Alfonso VI en 1077 y confirmado en 1090). La suma se fijó en 1.000 áureos de oro por Fernando, cantidad que fue doblada por Alfonso VI en 1090. Para Cluny, esta cantidad representaba la mayor anualidad recibida nunca por una orden religiosa por parte de un rey o gobernante, y nunca fue superada. Los cien marcos de plata anuales entregados por Enrique I de Inglaterra a partir de 1131 fueron una contribución miserable en comparación. El censo alfonsino permitió al abad Hugh (fallecido en 1109) acometer la construcción de la gigantesca tercera iglesia de la abadía. Cuando los pagos en moneda de oro islámica recaudados por Castilla-León se detuvieron, generó una crisis financiera que lisió económicamente a Cluny durante los mandatos de los abades Pons (1109-1125) y Pedro el Venerable (1122-1156). En Cluny, el importe del oro donado servía para publicitar a los nuevos ricos cristianos de España, y colocó a la España central por primera vez en la órbita europea.
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