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Abadía de Cluny
La abadía de Cluny (Cluni o Clugny) fue fundada en una reserva forestal de caza del más tarde municipio francés homónimo el 2 de septiembre del año 909 por Guillermo I de Aquitania, conde de Auvernia, el cual instaló allí al abad Bernón de Baume, y puso la abadía bajo la autoridad inmediata del Papa Sergio III. La abadía y su constelación de dependencias se convirtieron pronto en el ejemplo del tipo de vida religioso del siglo XI.
La localidad de Cluny, situada en el departamento de Saona y Loira, en la región de Borgoña, en el centro-este de Francia, creció alrededor de la antigua abadía.
La orden benedictina fue clave en la estabilidad conseguida por la sociedad europea del siglo XI, y en parte debido a su estricta adhesión al código benedictino reformado, Cluny se convirtió en el monasterio reconocido como ejemplo del estilo de vida monacal en Occidente desde finales del siglo X. Una sucesión de abades competentes fueron también figuras relevantes en el terreno internacional. El mismo monasterio de Cluny se convirtió en el mayor y más prestigioso monasterio, y en la institución monástica mejor preparada de Europa. La influencia de Cluny se extendió desde la segunda mitad del siglo X hasta principios del siglo XII. Siglos más tarde, la abadía fue saqueada y destruida en su mayor parte por una turba de revolucionarios en 1790. Hoy, sólo una pequeña parte del conjunto arquitectónico original sobrevive.
El Hotel de Cluny de París, datado alrededor de 1334, fue antiguamente la residencia de los abades de Cluny. Fue convertido en Museo público en 1833, y aparte de su nombre, nada le relaciona directamente con la abadía.
Fundación
Guillermo I de Aquitania, El piadoso, duque de Aquitania y conde de Auvernia, fundó la abadía benedictina de Cluny, residencia matriz de la Congregación de Cluny, en el año 909. Donando su reserva de caza en los bosques de Borgoña, Guillermo dio a Cluny el nada despreciable privilegio de liberar al monasterio de toda futura obligación hacia él o su familia que no estuviera relacionada con la oración. Otros "vasallos" normalmente conservaban de forma interesada la propiedad sobre los bienes de los monasterios, y esperaban instalar a sus descendientes como abades. Al parecer, Guillermo llegó a este acuerdo con Bernón, el primer abad, para liberar al monasterio de las ataduras seculares.
Las casas cluniacenses en Gran Bretaña
Todas las casas cluniacenses en Inglaterra de más importancia que algunas celdas recibían el nombre de prioratos, simbolizando con ello su subordinación a Cluny. La llegada del siglo XI suspuso la expansión de la influencia de Cluny a las Islas Británicas. Como a la cabeza de la orden se encontraba el abad de Cluny, todos los priores cluniacenses estaban obligados a cruzar a Francia para consultar o ser consultados, a menos que el mismo abad decidiera acudir a Inglaterra, lo que sólo sucedió en cinco ocasiones durante el siglo XIII u en dos ocasiones durante el siglo XIV.
Las artes
En Cluny, las artes estaban centradas en la liturgia, extensa y bella en un entorno inspirador, que reflejaba el nuevo y personal sentimiento de piedad propio del siglo XI. La intercesión monástica aparece indispensable para conseguir un estado de gracia, y los gobernantes seculares competían para ser recordados en las interminables oraciones de Cluny, lo que por un lado aseguraba el sostenimiento del monasterio, y por otro favorecía la creación artística en otros campos.
El rápido crecimiento de la comunidad de Cluny necesitaba edificios cada vez mayores. Las construcciones de Cluny afectaron profundamente a las prácticas arquitectónicas en el occidente europeo desde el siglo X al siglo XII. Las tres iglesias sucesivas son llamadas convencionalmente Cluny I, Cluny II y Cluny III. Al construir la tercera y definitiva iglesia de Cluny, el monasterio consiguió también el mayor edificio de Europa antes de la reconstrucción de la Basílica de San Pedro en Roma en el siglo XVI. La construcción de Cluny II, entre 955 y 981 se inició tras las destructivas incursiones Húngaras de 953, que dieron lugar a la tendencia a construir bóvedas de piedra en las iglesias.
La campaña de construcción fue financiada por el censo anual establecido por Fernando I de León, soberano del reino unido de Castilla y León, entre 1053 y 1965. (Este censo fue restablecido por Alfonso VI en 1077 y confirmado en 1090). La suma se fijó en 1.000 áureos de oro por Fernando, cantidad que fue doblada por Alfonso VI en 1090. Para Cluny, esta cantidad representaba la mayor anualidad recibida nunca por una orden religiosa por parte de un rey o gobernante, y nunca fue superada. Los cien marcos de plata anuales entregados por Enrique I de Inglaterra a partir de 1131 fueron una contribución miserable en comparación. El censo alfonsino permitió al abad Hugh (fallecido en 1109) acometer la construcción de la gigantesca tercera iglesia de la abadía. Cuando los pagos en moneda de oro islámica recaudados por Castilla-León se detuvieron, generó una crisis financiera que lisió económicamente a Cluny durante los mandatos de los abades Pons (1109-1125) y Pedro el Venerable (1122-1156). En Cluny, el importe del oro donado servía para publicitar a los nuevos ricos cristianos de España, y colocó a la España central por primera vez en la órbita europea.
Referencias
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