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Sanatorio antituberculoso en Paimio
El Sanatorio antituberculoso situado en Paimio (Finlandia) es una obra de Alvar Aalto desarrollada entre 1929 y 1933, al mismo tiempo que se construye la Biblioteca de Viipuri (1927-1935). Ambos proyectos dieron a conocer al mundo a Alvar Aalto quien, partiendo del Racionalismo o Funcionalismo, muestra ya en estos proyectos una evolución de la arquitectura modernista del primer período hacia una concepción más humana.
Según palabras del arquitecto, "El verdadero funcionalismo de la arquitectura deber reflejarse, principalmente, en su funcionalidad bajo el punto de vista humano". Alvar Aalto concibe el sanatorio como un colaborador más para la curación del enfermo, un "instrumento médico", como a él le gustaba llamarle.
Aunque el edificio sigue muchos de ideas pioneras de la arquitectura modernista de Le Corbusier (por ejemplo la ventana corrida, las terrazas y la estética de la máquina), el movimiento posterior de Aalto evoluciona hacia un enfoque diferente. Tal es el caso de la entrada principal, que queda señalada por una cubierta en forma de nebulosa, muy distinta de lo que había sido diseñado hasta entonces por la vieja generación de arquitectos modernistas. Los voladizos se curvan, la topografía acompaña los gestos del edificio, que queda liberado de la ortogonalidad.
Alvar Aalto explica así su proyecto en 1933: "La forma del sanatorio deriva de manejar por separado cada parte de este tipo de edificación, de esta manera las habitaciones y espacios similares son agrupados formando un ala. Las alas están relacionadas por la parte central, donde las funciones comunes, como escaleras y corredores, se agrupan. Cada ala ha sido ubicada de una forma particular en el paisaje, de acuerdo a las demandas de las habitaciones. En lo posible cada ala contiene 'un solo tipo de habitación' (o grupo de habitaciones con requerimientos de luz solar y vistas, etc. similares). Como consecuencia, la dirección de cada ala ha sido exactamente definida."
El proyecto se articula desviándose de la ortogonalidad en función de la topografía y de la recepción solar, lo cual significa una importante variación respecto de la estética racionalista. Las funciones se distribuyen en las diferentes alas: habitaciones de los enfermos y las galerías, área de quirófanos y salas comunes (comedor y salas de conferencias) y cocina e instalaciones de calefacción. Además se construyen dos edificios exentos, las casas de los médicos y las casas de los empleados.
El ala para los enfermos es un edificio de 114 m de largo por 8,5 m de ancho y 26,5 m de alto, con un módulo estructural de 3,35 m por 6 m más un voladizo de 2,5 m. La cura para la tuberculosis necesitaba de un ambiente con aire puro y sol. Por este motivo se sitúan en cada piso del edificio, al final del ala de los dormitorios, balcones soleados donde los pacientes débiles pueden ser colocados en sus camas. Los pacientes más saludables podían salir a la terraza situada en el piso más alto del edificio.
Aalto y su mujer Aino diseñaron todos los muebles y los detalles del interior, introduciendo importantes novedades, como el uso superficies curvas en el encuentro de paredes y suelos para facilitar la limpieza del sanatorio. Las habitaciones incorporan recursos y muebles diseñados en función de las posiciones corporales de los enfermos. Según explica Aalto, "El cuarto ordinario es un cuarto para gente de pie, un cuarto para pacientes es un cuarto para gente horizontal, y los colores, la iluminación, la calefacción y todos los detalles deben estar diseñados con esto en mente." Los techos bajan y se pintan de un sereno color celeste, la luz se ubica fuera del ángulo de visión del enfermo, utilizándose una lámpara de luz indirecta a fin de evitar el deslumbramiento a los pacientes postrados, se sitúan radiadores en el techo para que el calor enfoque a los pies y no a la cabeza, los chorros de agua se colocan en el baño de tal forma que inciden sobre la porcelana en ángulo agudo evitando el ruido molesto, se elabora una escupidera especial para los enfermos, finalmente no utilizada, y se diseña la célebre silla Paimio, todavía hoy fabricada por Artek, que facilitaba la respiración a los enfermos de tuberculosis.
Como los pacientes pasaban mucho tiempo en el sanatorio, normalmente varios años, había una atmósfera de comunidad entre el personal y los pacientes. El arquitecto tiene esto en cuenta e incluye diferentes instalaciones comunes, una capilla, viviendas para el personal, e incluso rutas de paseo por el paisaje de los bosques de los alrededores.
En la década de 1950 se añadió un ala de cirugía, diseñada también por Aalto, al permitir los avances de la medicina tratar parcialmente de ésta manera la enfermedad. Poco después el uso de los antibióticos disminuyó drásticamente el número de pacientes, por lo que en 1960 el edificio se convirtió en hospital general.
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http://www.bufetetecnico.es/arquitectura/proyectos5/sanatorio_paimio.html |