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Plaza Alta de Algeciras
La Plaza Alta de Algeciras es el centro neurálgico de la ciudad, en ella se encuentran alguno e los edificios más emblemáticos de Algeciras, la Iglesia de la Palma, la Capilla de Europa, y de ella parten alguna de las calles más populares como la Calle Ancha o la Calle Convento.
Es el centro de reunión de la ciudad y frecuentemente el escenario de manifestaciones y concentraciones de todo tipo así como de alguna de las fiestas más populares de la ciudad como la Semana santa, Año Nuevo o la fiesta de Tosantos.
El espacio que ocupa la Plaza Alta existe como tal desde el principio de la refundación de la ciudad, como plaza aparece en los primeros planos levantados por el Marqués de Verboom y en ellos es llamado ya plaza Alta en contraposición a la plaza Baja donde hoy se encuentra el mercado. Desde 1783 la plaza tenía una fuente pública surtida por el acueducto de la ciudad, llamado de los arcos.
Las primeras labores de urbanización de la zona con fines ornamentales se produce en 1807 siendo Gobernador militar del Campo de Gibraltar el General Castaños y promovido por él mismo. El proyecto de remodelación de la plaza es llevado a cabo por el coronel Joaquín Dolz, en él la plaza se encuentra elevada en su parte occidental para salvar el desnivel del terreno, los límites con las calles circundantes están marcados con cadenas atadas a pilares pero dejando entrada en los cuatro vértices; en el centro de la plaza se encontraba un obelisco que en un principio debió ser ocupado por un busto de Manuel Godoy a quien se dedicaba la plaza con el nombre de Plaza del Almirante, aunque el busto nunca llegó a colocarse.
La plaza es remodelada en 1925 siendo alcalde Joaquín Bianchi, se destruye obelisco y se pavimenta el lugar que ocupaba, algún tiempo después se colocará una farola sobre una estructura de ladrillos rojos que el pueblo bautiza como la cocina económica aunque quedaron los balaustres con cadenas y los bancos hasta 1929, año en que son ampliadas las calles de alrededor para permitir el tráfico de vehículos.
Un año después 1930 la plaza es de nuevo remodelada siendo alcalde Emilio Morillas Salinas y adquiriendo el aspecto que tiene en la actualidad, en el centro se construyó una fuente monumental, se reparten por la plaza varios bancos circulares con farola y en límite con las calles circundantes lo marcará una balaustrada, todo ello de cerámica sevillana de las empresas Cerámica Santa Ana y Cerámica Triana Casa González. Desde esa remodelación poco ha cambiado en la plaza, se construyeron varios bancos de cerámica con motivos basados en El Quijote de Cervantes, un poco disonantes con el resto de las estructuras cerámicas, también se plantaron varias palmeras y han ido pasando por la plaza toda suerte de macetones y jardineras.