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Plan General de Elche de 1973
En 1962, se aprueba el primer Plan General en la historia urbana de la ciudad que contempla sistemática y ordenadamente las previsiones de crecimiento abordados de una manera completa en todo el término municipal. Hasta esos momentos, dicha planificación se había venido dando parcialmente a través de sucesivos planos de ensanche, que iban originando un crecimiento fragmentario de la ciudad.
Sin embargo, seis años después de su aprobación, el Ayuntamiento solicitó la revisión anticipada, a tenor de las discordancias entre los planteamientos del Plan vigente y el desarrollo urbanístico real. La superación del modelo planteado se basa en la incapacidad de integrar en el planeamiento una serie de fenómenos que no se había podido anticipar: la explosión del desarrollo industrial, la densificación excesiva de la edificación residencial sobre todo en el centro histórico y, por último, la necesidad de adaptar el Plan a las numerosas infraestructuras que se estudian o implantan a lo largo de la década de los sesenta (autopista del Mediterráneo, aeropuerto de l'Altet, transvase Tajo-Segura, soterramiento del ferrocarril a su paso por la ciudad, polígono industrial "Las Atalayas")
El desarrollo de la revisión del Plan recayó en el equipo encabezado por Javier García Bellido, comenzando los trabajos a mediados de 1969. El nuevo Plan General entró en vigor el 24 de octubre de 1973.
El equipo redactor acometió su desarrollo desde una primera aproximación territorial que excedía la propia delimitación municipal, justificándose porque Elx pertenece a una comarca-región con unas perspectivas de desarrollo que le exigen una integración en un territorio de referencia mayor para evitar así la irrupción de hechos que impidan el cumplimiento de los objetivos por falta de previsión global.
El modelo de esquema director se va dilucidando a través de un minucioso estudio metodológico de los objetivos del encuadre comarcal de planeamiento, de las condiciones naturales y artificiales existentes y de proyecto o futuras realizaciones; con el planteamiento, la valoración y la selección de alternativas referentes al crecimiento urbano y al sistema de comunicaciones.
Una vez se fijan estos puntos de partida, se procede a la particularización en la definición del modelo especial del subsistema viario, con una propuesta de malla lineal de los trazados y jerarquías viarias, que dan soporte al modelo especial del subsistema de actividades, que se caracteriza por:
1. Situación de las actividades industriales alrededor de las grandes vías de transporte de carácter comarcal (autovía, autopista y ferrocarril) y al pie de las sierras del Norte, que se concreta en dos zonas industriales nuevas: Carrús, al Norte y Altabix al Nordeste. 2. Previsión de actividades industriales ligeras en convivencia con las zonas residenciales. 3. Definición de una zona residencial de baja y media densidad. 4. Modelo de centro urbano lineal sobre el ferrocarril metropolitano, con todas las actividades centrales, comerciales, administrativas, culturales, etc., en alta densidad. 5. Residencial de baja densidad al sur, en contacto con el campo. 6. Actividades agrícolas de la huerta en todo el Campo de Elche, hacia el Sur.
Después de la evaluación de las diferentes alternativas de crecimiento, el Plan pasa a definir su esquema, con un crecimiento lineal, al Este y al Oeste del casco actual, apoyado en los trazados de la autopista, la autovía y el ferrocarril. Como describe Gaspar Jaén, partiendo del núcleo urbano definitivo del año 1962, la ciudad crecía hacia levante y poniente para respetar al máximo el campo. Este crecimiento se basaba en la carretera Alicante-Murcia y es paralelo a la autopista y a la autovía comarcal. Esta configuración de ciudad lineal se desarrolla en torno a un distribuidor central, propuesto como eje lineal de usos cívicos y comerciales de servicio general para toda la ciudad, papel que recaería en la Avenida del Ferrocarril. Esta espina viaria serviría de soporte a unos trazados en cuadrícula desarrollados en una ancha banda que recorre el término municipal a lo ancho, que incorpora el casco urbano existente.
La valoración del Plan General de 1973 no debe dejar de destacar la sólida base teórica sobre la que se formula, donde se evidencia un conocimiento de la cultura urbanística internacional con numerosas conexiones con las generaciones postreras del Movimiento Moderno. Los procedimientos, metodología, encuadres para el desarrollo del Plan se basan en argumentaciones contrastadas y justificadas, intentando aproximarse en un estudio bastante exhaustivo de la realidad física, con una adecuada evaluación y selección de alternativas consideradas.
Por el contrario, y como refleja Gaspar Jaén, la realidad de la ciudad de Elx no se llega a comprender, puesto que no parece muy adecuado que las grandes infraestructuras de comunicación fueran el elemento definitorio del Plan. Las previsiones de población y las reservas de suelo residencial, tanto en el ámbito comarcal como en el municipal, parecen excesivas y esto repercutió negativamente puesto que disparó la construcción de gran número de viviendas, que realmente no satisfacen las necesidades de la población y generan dinámicas especulativas. También, a la hora de gestionar el Plan se ha comprobado que el suelo de reserva era inejecutable, que el Esquema Director era un concepto inútil y que el tratamiento del suelo urbano no se había estudiado convenientemente. La reducción en dos plantas de todas las alturas máximas edificables fue, al final, una las consecuencias más positivas de la revisión de 1973.
Planos
Referencias[editar]
VV.AA. ( David Urios Mondéjar): Registro de Arquitectura del Siglo XX en la Comunidad Valenciana ISBN 84-87233-38-4 |