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Pedro Martínez Inclán
Pedro Martínez Inclán (Cienfuegos, 1883- La Habana, 1957) fue un arquitecto y primer urbanista cubano. Proyectó los Planes Directores de La Habana y de otras ciudades de Cuba: Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba.
A los trece años de edad era bachiller graduado en el instituto de la mencionada ciudad, y a los diecinueve impartía matemáticas en el colegio Cristóbal Colón.
Se trasladó a La Habana, donde hizo oposiciones para una plaza de maestro, que ganó; comenzó a estudiar Arquitectura, y se graduó en la Escuela de Ingenieros, Electricistas y Arquitectos en 1910.
Por espacio de veinte años (1913-1933) fue arquitecto municipal de La Habana. Durante el gobierno de Mario García Menocal (1913-1921), en momentos de bonanza económica, diseñó el primer Plan Director de La Habana, el cual se perfeccionó posteriormente entre 1925 y 1926, hasta convertirse en el Plano Regulador de La Habana o Plan General del Sistema de Parques y Avenidas de La Habana, que proponía la articulación del núcleo histórico de la ciudad y su puerto con la nueva urbe, mediante avenidas, plazas, rotondas y espacios verdes.
El centro del proyecto fue la Plaza Cívica o Plaza de la República, cuya ubicación en la Loma de los Catalanes fue seleccionada por Martínez Inclán, con viales que irradiaban de ella hacia el Castillo de Atarés, el río Almendares -hasta terminar en el bosque de La Habana-, un acceso hacia el Parque de la Fraternidad, así como el ensanchamiento de otras arterias ya existentes.
Martínez Inclán hizo aportes de consideración a la arquitectura habanera, como su propuesta para ventilar los edificios en clima tropical con las «Cuatro P»: puntal, persianas, portal y patio.
Sus criterios sobre edificios construidos en la capital fueron de referencia obligada. En 1917, en la Revista de la Sociedad Cubana de Ingenieros, un comentario suyo acerca del Centro Gallego de La Habana (hoy Gran Teatro de La Habana) reconocía que por su fachada constituía el más notable palacio de La Habana y, quizás, el único que mereciera el nombre de tal, pero los grupos escultóricos de las fachadas eran los más desairados que se hubieran visto jamás y, en su criterio, la escalera del edificio era la más suntuosa de la capital. En 1920, acerca del Palacio Presidencial afirmó que, a pesar de sus defectos, cualquier arquitecto moderno podría vanagloriarse de haber sido el autor de esa obra, una de las mejores de La Habana.
En 1925 proyectó los edificios de Ciencias Comerciales, Farmacia y Ciencias de la Universidad de La Habana, además de hacer algunas sugerencias para modificar el Capitolio Nacional.
En 1932 proyectó el edificio de apartamentos de las calles 23 y 16, en El Vedado, considerado el primer edificio del racionalismo canónico de La Habana.
En 1941 participó, conjuntamente con los arquitectos Eugenio Batista, Miguel Gastón, {in:Nicolás Arroyo, Gabriela Menéndez, Manuel de la Tapia y Ruano, Carlos Alzugaray, Beatriz Maso, Rita Gutierrez, Emilio del Junco y Eduardo Montolieu, en la fundación del grupo ATEC (Agrupación Tectónica de Expresión Contemporánea), que organizó encuentros nacionales para lograr conciencia de los problemas urbanísticos y difundir los postulados del movimiento moderno en la arquitectura, frente al neoclasicismo imperante.
Referencias
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