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Pazo de Liñares
El Pazo de Liñares, situado en la parroquia de San Martiño de Prado, en el ayuntamiento pontevedrés de Lalín, cuya historia figura indisolublemente unida a la familia de los Taboada, que lo poseyó durante más de cuatro siglos, constituye, tal vez, el pazo señorial por antonomasia de la Tierra del Deza.
Dejando aparte las referencias documentales sobre la construcción de su zona más antigua con las piedras del Castillo de Vilaboa, destruido por los Irmandiños, el primer dueño del que se conocen datos es Alonso Taboada, clérigo, quien ya en el año 1512, «en su Casal y Torre de Liñares» mantenía caseros de su familia, que se hicieron con la propiedad en el siglo XVI; entre ellos ocupa la mayor parte de esta centuria la figura de Gómez Taboada, que ostentó el cargo de juez y merino de la Tierra del Deza. Su hijo y sucesor, Vasco Taboada Mosquera, recibió varios foros del Monasterio de San Martín de Santiago, entre los que destaca el recibido en 1580 del lugar de Meixomín, en la parroquia de Muimenta, con su ermita.
Ya en el siglo XVIII aumentará la riqueza y posesiones de la Casa de Liñares el matrimonio de su dueño, Alonso Taboada Mosquera, con doña María Andrea Gil Taboada, sucesora de la Casa de Brenzos, en Santa Eulalia de Losón.
En el siglo XIX Liñares se convierte en un auténtico pazo, no solo por lo cuidado de su decoración, sino por la corte de personajes ilustres de las letras, la política y la sociedad que lo visitan.
El último sucesor de la familia Taboada en Liñares fue don Amalio Taboada Bugallo, diputado provincial, y genuino representante de la nobleza gallega, cuyo fallecimiento en el año 1957 provocó la desaparición de la familia que ejerció su señorío en las tierras de Prado desde el siglo XVI.
La consecución de estas diferentes etapas configuró el actual edificio, de grandes proporciones y planta rectangular, con parte de la antigua fábrica adosada, en la que destacaba la gran chimenea que le imprimía su singular carácter.
En la fachada principal de sillería existían cuatro balconadas con balaústres de hierro, sustentadas por ménsulas decoradas con motivos vegetales. La puerta principal, de traza sencilla, daba acceso a un vestíbulo de donde arrancaba una escalinata interior de cantería que conducía a la planta noble del edificio. En la fachada posterior destacaba la galería, compuesta por cinco arcadas sustentadas por columnas. Otro elemento destacable era la escalera de triple rampa quebrada en ángulos, terminada en patín, cuya cubierta estaba sostenida por dos columnas. La balaustrada era maciza y toda la obra estaba realizada en sillería.
El reparto interior se caracterizaba por la amplitud de las dependencias, que lucían ricas cortinas y mobiliario, y entre las que se incluían la sala de biblioteca y archivo así como la armería. La pía bautismal, aún adosada a la pared, estaba decorada con conchas marinas, y fue en ella donde parece que recibió las aguas bautismales el aviador Joaquín Loriga, uno de los hijos ilustres de la comarca. En esta sala existen pinturas murales que representan a la iglesia de Prado.
El majestuoso salón muestra el techo decorado en las cuatro esquinas con escudos tallados en madera policromada, representando las armas familiares, estando adornadas sus paredes con frisos de pintura mural.
El pazo disponía de agua corriente que era conducida hasta la edificación por caños de piedra, y pasaba por dos fuentes. El patio ajardinado, que contaba con diferentes árboles ornamentales y una fuente, daba frente a la fachada principal. Entre los inmuebles anexos figuraba una capilla que limitaba con el cierre de la finca, así como un palomar circular.
Cuatro son las piedras armeras que campan en los distintos muros de la casa, consideradas, en conjunto, el primitivo blasón adoptado por la familia Taboada de Deza. Los dos escudos más antiguos, situados en el antepecho de la galería de la fachada posterior, pudieran corresponder, por sus formas y características, al siglo XVI. En el acceso al salón aparece otro escudo de buenas proporciones, que añade las armas de los Churruchaos. Por último, el más visible es el escudo que ostenta la fachada principal, con las armas de los Taboada, Mosquera, Churruchaos y López de Lemos, bajo corona como timbre de nobleza.
Finalmente, y por imperativo de lo dispuesto en el artículo 11.1.b de la Ley 8/1995, de 30 de octubre, del patrimonio cultural de Galicia, es necesario definir las relaciones del inmueble que se pretende declarar como bien de interés cultural con el área territorial a la que pertenece, así como la protección de los accidentes geográficos y los elementos naturales que conforman su entorno, el cual debe delimitarse gráficamente, en atención a su adecuada protección, contemplación y estudio.
Desde el punto de partida de la constatación de que el conjunto pacego estuvo rodeado de un amplio terreno que no se corresponde con el que delimita la propiedad actualmente, y con la finalidad de dar cumplimiento al antedicho precepto legal, se hace preciso considerar la amplia panorámica de la parroquia de Prado que se ofrece desde el Pazo de Liñares, así como la proximidad física y visual de la iglesia de San Martiño, situada en el núcleo de Eirexe, en el que también se encuentra el pazo del mismo nombre. Debe tenerse en cuenta, además, que enlazando con este núcleo poblacional cara al Norte, discurre la traza de una de las rutas históricas del Camino de Santiago, la «Ruta de la Plata», mientras que la pantalla vegetal existente en el linde sur de la finca del pazo coincide con la línea del ferrocarril. Por otra parte, la diferencia de nivel en la que se emplaza el conjunto con respecto de la carretera secundaria de Barcia a Cristimil, permite divisar desde esta vía las cubiertas del edificio principal, rodeado de prados y arbolado.
Situación
Referencias
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