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Notre-Dame de la Garde
Notre-Dame de la Garde, más comúnmente conocida como la Bone Mère (la buena madre en idioma francés) es una basílica menor dedicada al culto católico en la ciudad francesa de Marsella (departamento de Bocas del Ródano). Situada a 162 metros de altura al sur del Vieux-Port su silueta de estilo neo-bizantino coronada por una efigie dorada de la Virgen María es una de las estampas más características de la ciudad.
Historia
El nombre de de la Garde se viene aplicando desde tiempos antiguos a la colina donde hoy se encuentra la basílica y donde históricamente había un puesto de observación. En 1525 para proteger junto con el Castillo de If la entrada al puerto de los ejércitos del emperador Carlos V el rey Francisco I ordena la construcción de un fuerte. La actual iglesia, realizada por el arquitecto Henri-Jacques Espérandieu a partir 1853 por deseo de monseñor Eugène de Mazenod, se asienta sobre los cimientos de dicho fortín.
Se trata de una obra de estilo románico-bizantino recubierta de mármol y pórfido proveniente de Italia. Destaca, entre otras cosas, por la monumental estatua de 11m de altura de la Virgen que corona su campanario. Esta imagen de bronce, obra del escultor Eugène-Louis Lequesne, fue recubierta de pan de oro en los talleres del orfebre parisino Christofle. Se instaló definitivamente en 1870 y ha sido restaurada en varias ocasiones (1897, 1936, 1963 y 1989).
Desde 1892 puede accederse a ella en un funicular que trepa a la colina de la Garde. Antiguamente la estatua de la Virgen constituía una atracción turística visitable a través de una escalera que hoy en día se encuentra clausurada.
Culto
El emplazamiento de la basílica es un lugar de culto para los pescadores marselleses desde siglos atrás. La primera construcción religiosa documentada es una capilla levantada el 1214 por el eremita local maestro Pierre. Otras le fueron sucediendo hasta que en 5 de junio de 1864 se consagra la actual basílica. Llama la atención en su interior la presencia de exvotos de todo tipo, desde los dedicados por marineros agradecidos, a otros para pedir ayuda al equipo de fútbol local (el Olympique de Marsella) e incluso los restos colgados de un coche de bomberos que sobrevivió a un incendio forestal.
Todos los 15 de agosto se celebran procesiones en honor de la festividad de la Asunción.