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Monumento a Cuauhtémoc
El monumento a Cuauhtémoc está atribuido a Miguel Noreña. Se inauguró en el año de 1887. Está ubicado en el cruce de la Avenida de los Insurgentes y Paseo de la Reforma. Tal vez esta sea la razón por la cual glorieta y monumento han sido movidos más de una vez de su lugar original y vueltos a colocar en el mismo sitio.
Éste es quizá el monumento más nacionalista de todas las glorietas del paseo. Representa al último Tlatoani (emperador) mexica, Cuauhtémoc, ataviado con traje de gala, un penacho y sosteniendo un a lanza. El pedestal en donde se ubica el monumento está decorado con motivos prehispanicos. A los pies del pedestal se ubican leopardos con penachos. Cabe señalar que a los lados del basamento, se ubican bajorelieves con escenas del tormento a Cuahutémoc. Todas las estatuas están hechas de bronce.
El monumento a Cuauhtémoc fue creado a iniciativa del ministro de Fomento del régimen porfirista, Don Vicente Riva Palacio, quien propuso este monumento para honrar al último de los emperadores mexicas. Para ello convocó en 1877 a un grupo de destacados escultores y arquitectos para que dieran su fallo respecto al mejor de los proyectos que se habían propuesto previamente en un concurso público. De esa manera, el ganador fue el arquitecto Francisco H. Jiménez quien había propuesto para el monumento varios elementos de la arquitectura prehispánica de México inspirándose en las antiguas construcciones de Uxmal, Mitla y Palenque, entre otras.
La primera piedra fue colocada el 5 de mayo de 1878 y el monumento inaugurado 9 años después en 1887.
El monumento se encuentra rematado por una escultura del emperador Cuauhtémoc creado por el destacada escultor mexicano Miguel Noreña, quien también creó los demás elementos escultóricos que integran el monumento destacando especialmente los 8 leopardos de bronce con tocados de plumas y las lápidas que conmemoran eventos importantes de la vida del monarca.
A la glorieta del monumento a Colón le sigue la dedicada a Cuauhtémoc (es la tercera), en el cruce de la avenida Insurgentes.
El ingeniero Francisco M. Jiménez y el escultor Miguel Noreña ganaron el concurso para realizar el monumento en el año 1877. Éste posee dos inscripciones. Una dice: “A la memoria de Cuauhtémoc y de los guerreros que combatieron heroicamente en defensa de su patria. Año de 1521”. La otra explica: “Ordenaron la erección de este monumento Porfirio Díaz, presidente de la República, y Vicente Riva Palacio, secretario de Fomento. Año de 1878”.
Francisco Sosa comentaba del monumento: “El cuerpo medio que se levanta sobre este gran basamento se compone de un zócalo en forma ligeramente piramidal con un tablero en cada cara, llevando en cada uno de ellos inscrito uno de los nombres de los reyes aliados que tan esforzadamente combatieron contra la conquista: Cuitláhuac, Coanacoch, Cacama y Tetepanquetzal… El cornisamiento… está compuesto según los modelos… de los palacios de Uxmal y el de Palenque… y su friso con los escudos, trajes de guerra y armas de combate, que usaron los guerreros del Anáhuac… El tablero del frente lleva en el bajorrelieve el jeroglífico de Cuauhtémoc tal como representaban los aztecas al ‘águila que descendió’.
Los tableros del norte y del sur del pedestal representan La aprehensión de Cuauhtémoc, de Noreña, y El tormento de Cuauhtémoc, de Gabriel Guerra. Los relieves y la estatua exenta del guerrero indígena revelan la bien llevada aplicación de los cánones clasicistas. Jesús F. Contreras realizó la fundición.
El monumento a Cuauhtémoc es una muestra del neoindigenismo o del indigenismo académico altamente promovido por el gobierno de Porfirio Díaz.