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Miguel Fisac
Miguel Fisac Serna (Daimiel, Ciudad Real, 29 de septiembre de 1913 - Madrid, 12 de mayo 2006) fue un arquitecto, urbanista y pintor español que se titula en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1942 con la obtención del Premio Superior. Disconforme con la arquitectura de su tiempo, logró un estilo de gran personalidad, en el cual incorporaba originales soluciones estructurales con hormigón pretensado y sus características vigas-hueso.
Desde sus inicios, en que va rechazando el racionalismo de sus maestros al percibir que en ellos la plástica arquitectónica no responde a las exigencias técnicas y a la necesidad humana, se vio influido por la obra del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright, el Neoempirismo del arquitecto Erik Gunnar Asplund y el organicismo nórdico, experimentado en su viaje en 1949 a Suecia. Se interesa también por la arquitectura popular, en la que la realidad del paisaje, de las características humanas, históricas y geográficas del lugar se funden con el valor plástico o incluso técnico. Enseguida recibió el encargo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para ordenar la zona sur de la Colonia Los Chopos en Madrid. Remodeló el antiguo auditorio de la Residencia de Estudiantes para construir la nueva capilla del CSIC. La decena de años en los que trabaja en torno a las nuevas edificaciones de este organismo supone la transición que modela su lenguaje desde un sobrio clasicismo hasta asimilar la influencia del organicismo.
Primeras obras: vivienda social
Con una idea social de la arquitectura y de crear viviendas para gente pobre, el primer concurso al que concurrió fue uno para viviendas mínimas que organizó el COAM. Lo ganó con un proyecto de viviendas en cadena de superficie mínima y precio muy económico; se hacían por equipos que podían trabajar en continuación. Las viviendas tenían 21 metros cuadrados y costaban menos de 20.000 pesetas, pero aun cuando había tres instituciones políticas dedicadas a la vivienda ninguna se lo tomó en serio y el proyecto no cuajó. Sin embargo Fisac siguió buscando soluciones prefabricadas que resolvieran el problema.
Por otra parte revolucionó en los años 50 el aspecto de las iglesias españolas. Fisac, que fue miembro del Opus Dei desde febrero de 1936 hasta 1955 y conoció y trató personalmente a su fundador José María Escrivá de Balaguer y a su plana mayor, siempre ha declarado que la salida de esa institución, en la que -siempre según sus declaraciones- estuvo siempre incómodo, le costó 15 años de paro y una orden de demolición en 1999 del emblemático edificio de Laboratorios Jorba, conocido como La Pagoda, ubicado en la autopista de entrada a Madrid desde Zaragoza; la ruidosa polémica sobre su demolición (dijo que las personas que derribaron la Pagoda no iban "por un buen camino espiritual") terminó con que el ayuntamiento le ofreciera construirlo en otro lugar, lo que el arquitecto desechó. Este talante independiente le hizo, entre otras cosas, renunciar a construir el rascacielos más alto de Europa en Benidorm. En 1954, recibió la Medalla de Oro de la Exposición de arquitectura religiosa de Viena por la realización de la iglesia del Seminario de Arcas Reales, de los padres dominicos, en las afueras de Valladolid.
Experimentación con nuevos materiales
A partir de 1959 inicia su época más inquieta y personal. El material del que se sirve es el Hormigón Pretensado en forma de piezas huecas que parecen huesos y reúnen las condiciones de una gran ligereza y resistencia. Con la independencia que le concede su ya reconocido prestigio profesional, y desde la autonomía de su nuevo enclave en la casa construida en 1957 en el Cerro del Aire, donde se traslada tras contraer matrimonio con Ana María Badell Lapetra, de la que tuvo tres hijos, Anaïck, Miguel y Taciana, se inicia en una fructífera relación experimental con el hormigón armado, material que encuentra adecuado para asumir sus analogías sobre «vigas-hueso», piezas prefabricadas que consiguen resolver el problema de salvar grandes luces, controlar la iluminación cenital y evacuar las aguas de lluvia. Yuxtapuso las formas, deconstruyó los edificios segregándolos en elementos irregulares con una expresividad minimalista de nuevo cuño, precursora de tendencias del futuro, y experimentó con soluciones innovadoras: encofrados flexibles con plásticos y cuerdas, para los muros de hormigón, los vicrios sujetos al hormigón con neopreno y la cubierta postensada. Ejemplos de estas experiencias son los Laboratorios farmacéuticos Made y el Centro de Estudios Hidrográficos, ambos en Madrid, donde la coincidencia tectónica entre estructura y especialidad alcanza su mayor esplendor. Tradujo las nuevas exigencias litúrgicas emanadas del Concilio Vaticano II en la personal caligrafía de muros curvos y superficies tensadas que constituyen su principal aportación a la arquitectura religiosa. Como puede comprobarse en sus proyectos de iglesias en Escaldes (Andorra), Dominicos (Alcobendas), La Coronación (Vitoria), La Asunción y Santa Ana (Madrid), o Santa Cruz (La Coruña). Su método proyectual, basado de manera sintética en las preguntas ¿dónde? ¿qué? y ¿cómo?, nos conduce a un interés tan contemporáneo por las cuestiones sobre el lugar, la técnica y la funcionalidad, como resulta de su obra ahora comprendida como un recorrido unitario, personal y comprometido con el humanismo. Fue este el que le inclinó hacia un pesimismo proverbial, que le llevó a quejarse en sus últimos años de que «los arquitectos ya no buscan la felicidad de la gente» y de que «la sociedad está mal construida y se encamina al abismo», y propuso una fórmula urbanística para combatir estas tendencias, la Ciudad convivencial, en su libro La molécula urbana. Igualmente, estudió la arquitectura popular a causa de su adecuación a los entornos específicos y las culturas humanas asentadas en un modo concreto de entender la vida. Airado con el presente y con la profesión, afirmaba que no le gustaba ningún arquitecto español contemporáneo.
En Madrid, en el nuevo barrio de Moratalaz, construyó la parroquia de Santa Ana, donde domina el cemento visto, que cubre una expresión de espiritualidad que, parece trasladarla a las profundidades de una gruta paleocristiana o catacumba. Otra realización destacada es el convento del teologado de dominicios de Alcobendas, muy cerca de Madrid. De él destaca la iglesia, de ladrillo, con vidrieras muy discretas de color y donde la atracción hacia el altar se consigue por medio de la convergencia de sus dos zonas enfrentadas: la destinada a la comunidad religiosa y la de los fieles, ambas estrechándose hacia el. La parroquia de la Coronación, en Vitoria, presenta la misma intención de dirigir hacia el altar la atención de los fieles. Una de las características comunes de todos sus edificios es que no guardan ninguna simetría. Los muros están dispuestos en juego de rectas y curvas; las vidrieras monocromas y multicolores, realizan la desnudez de las paredes, donde todo queda envuelto en la más absoluta sobriedad.
Al final de los años sesenta depura aún más su arquitectura, prescinde de su preocupación por lo popular y centra su atención en las posibilidades de los nuevos materiales, en especial el Hormigón Pretensado, invento que patentó, y postensado, ensayando originales sistemas de prefabricación. El hormigón fue su material predilecto. Una de sus últimas obras fue el polideportivo de Getafe, donde empleó vigas de 51 metros de longitud, «las más largas de Europa», presumía. Utilizó el hormigón pretensado en muchas de las obras que llevan su firma: «El hormigón es el material de nuestro tiempo», proclamó. «Yo pensé que el hormigón pretensado sería muy utilizado por los arquitectos. Pero ni en España ni fuera trabajan con ello. Sin embargo, son los ingenieros de todo el mundo los que lo usan». En 1984 dirigió las obras de restauración y acondicionamiento del sacro convento y castillo de Calatrava la Nueva, en la provincia de Ciudad Real. En la edición de 1991 de la Feria de Arte Contemporáneo (Arco 91), celebrada en Madrid en el mes de febrero, fue el encargado de las Jornadas de Arquitectura. Muchas de sus soluciones en hormigón pretensado están patentadas en España, Estados Unidos y otros países. De algunas de ellas existen ya fábricas que producen estas piezas prefabricadas. Consultor en el extranjero en diversas ocasiones, entre ellas, para el estudio del Santo Sepulcro de Jerusalén y la reconstrucción de la Catedral de Manila, desarrolló una intensa labor cultural en conferencias y cursillos sobre problemas de arquitectura y urbanismo, en artículos de periódicos, diarios y revistas generales, y en revistas profesionales españolas y extranjeras.
Aportación teórica y reconocimientos
Estudioso también del Urbanismo, en su libro La Molécula Urbana (1969) presenta una propuesta rigurosamente original para la ciudad del futuro, que resumió en la fórmula Ciudad convivencial. Es también autor del libro Arquitectura popular española y su valor ante la arquitectura del futuro.
En 1942 recibió el Premio Superior de Arquitectura de Madrid; en 1950 obtuvo el Primer Premio en el concurso del COAM para viviendas mínimas. En 1954, la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Arte Sacro de Viena. El 2 de octubre de 1994 recibió la Medalla de Oro de Arquitectura. En mayo de 1996 presentó en Madrid su primera exposición de pintura, con 60 obras. En 1997 la sala de las Arquerías de los Nuevos Ministerios de Madrid acogió una exposición sobre su obra; el mismo año, el 12 de junio, logró el VII Premio Antonio Camuñas de Arquitectura, el más importante que otorga una entidad privada en España en el campo de la arquitectura y que se concede cada dos años. El 4 de octubre de 1999, y coincidiendo con el Día Mundial de la Arquitectura, recibió un homenaje organizado por el Colegio de Arquitectos de Madrid y el Círculo de Bellas Artes, entidad ésta que le hizo entrega de la Medalla de Honor. En octubre de 2003 recibió el Premio Nacional de Arquitectura. En enero de 2004 la Universidad Europea de Madrid le inviste Doctor Honoris Causa. Fisac también poseía la Gran Cruz del Mérito Civil, Encomienda de Isabel la Católica, y Alfonso X el Sabio y Cruz de los Santos Lugares de Jerusalen.
Obras
Colegio Apostólico de los Padres Dominicos, Valladolid (1952-1957)
Iglesia de San Pedro Mártir, Madrid (1955-1960)
Casa Fisac en el Cerro del Aire, Madrid (1956-1971)
Iglesia de la Coronación, Vitoria (1957-1960)
Casa Fisac en Mazarrón (1964-1968)
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Punta Umbría, Huelva (1964-1969)
Laboratorios Jorba, Madrid (1965-1967)
Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, Canfranc (1965-1969)
Centro parroquial Santa Ana, Madrid (1965-1971)
Listado de obras
Obra escrita
- La arquitectura popular española y su valor ante la del futuro. Madrid: Ateneo, 1952.
- La molécula urbana. Una propuesta para la ciudad del futuro Madrid: Ediciones y Publicaciones Españolas, 1969.
- Mi ética es mi estética. Museo de Ciudad Real, 1982.
- La arquitectura popular manchega. Instituto de Estudios Manchegos. 1985
- España 1999 (Imágenes del futuro). Temas para hoy. Editorial Planeta. 1990.
- Reflexiones sobre mi muerte. Madrid: Nueva Utopía, 2000.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
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Registros de identidad de Miguel Fisac: ISNI: 0000 0000 7823 6444 VIAF: 52636644
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