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Megarón
El Megarón es una estancia cerrada, de planta rectangular, precedida de un vestíbulo y pórtico abierto a un patio que subraya su monumentalidad y enfatiza la fachada. La estancia principal del megarón, que puede disponer de dos pisos, tiene un hogar en el centro, rodeado de cuatro columnas que soportan el techo, en el que debía abrirse un lucernario cubierto para la iluminación del interior y la salida de humos.
Los megarones se caracterizan por su planta de proporciones normalizadas en las que si bien varían los tamaños, la longitud y la anchura guardan una relación prácticamente constante.
El origen del megarón se sitúa en el Neolítico de la Grecia continental, siendo su característica proporción fruto de la propensión griega a someter a normas y cánones todas sus obras. A partir del megarón, sus proporciones influyen en muchos otros elementos que componen el conjunto de los palacios micénicos, verdaderos ejemplos de arquitectura modular y puede considerarse como el antecedente del templo griego.
Palacios micénicos
En la arquitectura micénica el megarón es la base de los palacios, a partir del cual se ordena y jerarquiza el resto de espacios.
Situado en la planta baja (los palacios micénicos suelen tener dos pisos), el megarón, que era también salón del trono y lugar de culto, constituía el centro de la vida social de la aristocracia aquea (audiencias, ceremonias religiosas, banquetes, etc). Sus dimensiones son variables, según los palacios (el de la ciudadela de Troya II, por ejemplo, medía 45 por 13 metros), y en el centro del mismo había siempre un hogar o fogón, rodeado de cuatro columnas (de modelo cretense) que sustentaban el piso superior. El suelo de este gran salón, de tierra apisonada, muy compacta, se adornaba a veces con motivos geométricos en forma de retícula, a modo de terrazo, y el humo del fuego encendido sobre el hogar salía por la amplia abertura situada en el techo del segundo piso o piso superior, que era también por donde entraba principalmente la luz exterior; en este segundo piso solía estar la habitación de la reina y las de las demás mujeres de la familia real. El tejado o azotea podía estar recubierto de tejas de arcilla y de placas de pizarra.
El megarón estaba precedido a veces por un vestíbulo o una rotonda, que -a su vez- daba a un gran patio exterior porticado (algunos palacios podían tener más de un patio), en torno al cual se distribuían las diversas estancias, dependencias y almacenes, incluida la sala de baño, provista de una o más bañeras de terracota (este refinado utensilio de aseo fue tomado de la civilización cretense -el propio término para designarla, asáminthos, es de origen prehelénico-, y aunque es indudable que los cretenses las utilizaban para baños, ya hemos visto cuál pudo ser originariamente la función de estas "bañeras" en los palacios de Creta).
En lo relativo a la decoración interior, las paredes del megarón se decoraban con pinturas murales inspiradas parcialmente en las cretenses (aunque predominan las escenas de caza y de combates), y completaban su adorno otros elementos de un gusto más "bárbaro" (o más nórdico, si se prefiere), tales como cráneos de buey, armas y panoplias guerreras colgadas en las paredes,etc. Los techos, que no se han conservado, se adornarían con artesonados finamente trabajados.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
http://www.estudiogeneraldehumanidades.es/grecia/palacios_micenicos.html |