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Martin Van Ryck
Martin Van Ryck (s. XVI) fue un arquitecto flamenco.
Era experto constructor militar a las órdenes del rey de España Felipe II, y estaba emparentado por matrimonio con la familia de los Antonelli, famosos ingenieros de origen italiano.
Pretendió establecer un tipo de fuerte defensivo que funcionase con la misma precisión, perfección y autonomía que el resto de ingenios y armas defensivas. De todos es sabido que las construcciones militares minuciosamente pensadas y dibujadas en los tratados de fortificación, resultaban defectuosas cuando se levantaban sobre los terrenos concretos debido a la topografía, a las desigualdades del subsuelo, a la calidad de los materiales de construcción del lugar y a la deficiencia de la mano de obra empleada. Lo que en los tratados eran modelos ideales óptimos para los fines bélicos, se convertían en imperfectas y vulnerables construcciones cuando se llevaban a la realidad. Con el fin de superar este problema Van Ryck pretendía levantar unos fuertes, que hoy llamaríamos prefabricados, preparados con todo detalle en los talleres, que sólo tendrían que ser trasladados y colocados en los emplazamientos previstos. Unos fuertes autónomos, por lo tanto, respecto al terreno donde se debían ubicar, y controlados minuciosamente por los ingenieros más expertos sin que tuvieran que desplazarse a los lejanos lugares de las diferentes posesiones de la corona española que abarcaban todo el orbe, desde las Filipinas y América hasta las tierras de Flandes e Italia.
Intentó llevar a la práctica su planteamiento en la estructura defensiva de Cartagena de Indias, creando cerca de la ciudad un complejo fabril donde se preparaban todos los materiales y estructuras antes de trasladarlos a los diferentes emplazamientos del cerco defensivo de la bahía donde se montaban. El intento fracasó por su manifiesta ineficacia, y, finalmente, las defensas de Cartagena de Indias se construyeron siguiendo los métodos tradicionales.
El excesivo coste del experimento frustrado en la construcción de las defensas de la ciudad hizo exclamar al rey Felipe II que “dados los caudales que le costaban las murallas de esa ciudad, sus torres deberían poderse ver desde el Escorial”.
Referencias
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