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Mariano Marín Magallán
Mariano Marín Magallán fue un arquitecto asturiano, de los más representativos de finales del S. XIX y principios del S. XX.
Se podría decir que desde 1894 a 1913 monopoliza los encargos de casas en Gijón, dedicándose también a otro tipo de edificios como teatros, cines, hoteles y dentro de esta variedad de funciones se inscribe también el eclecticismo de estilos que le llevaron desde lo italiano novecentista hasta un paramodernismo en el aspecto ornamental de sus fachadas.
Concede al hierro una función primordial como base de la decoración exterior de las casas -en los balcones y en los miradores- logrando modelos de gran complejidad y calidad. En 1897, en la casa para Dionisio Cifuentes en las calles de San Bernardo y Covadonga, en Gijón, ofrece un anticipo de lo que será su versión de "lo moderno" de los años 1899 y 1900. En esta casa se ve la persistencia de una tradición historicista renacentista junto a la búsqueda de una asimetría y variedad, unidas a un recargamiento de las fachadas como elemento distintivo de lo que este tipo de arquitectura perseguía.
La fachada de San Bernardo tiene cinco tramos, los tres primeros a base del tema de dos filas de miradores y en el centro triple balcón y miradores más grandes y decorados que preparan la rotonda de tres vanos con una reja o barandilla común en cada piso y tejado cónico con varios copetes. La fachada a Covadonga toma motivos de la anterior sin repetir la disposición de los tramos. Semejante es la ya desaparecida casa que proyectó en 1899 en las calles Ezcurdia y de La Playa para Vicente Peláez, en la que además de un tradicionalismo frecuente en este autor, la rotonda colgada y con cúpula era sumamente interesante. En ese mismo año realizó dos obras importantes, aunque eclécticas y con muchas referencias italianizantes. La reforma de la casa número 1 de Capua para Alejandro Alvargonzález -terraza con cariátides- y la del número 3 de Corrida (Café Oriental) -con tres cariátides-.
En 1899, en el Teatro Dindurra el estilo arquitectónico es de un renacimiento con elementos italianos y españoles y alguna solución de la escuela belga. En 1901 la fachada de la Compañía Asturiana de Artes Gráficas es mucho más innovadora. Toda la ornamentación se distribuye en el plano, acusando la tendencia bidimensional de la decoración art nouveau.
La casa de Agustín Alvargonzález en Concepción Arenal pertenece a lo que el arquitecto llama la "escuela belga", así como la de Corrida, 53, de 1903. En ese mismo año también hay ecos de art nouveau en la fachada de la casa proyectada en la calle Santa Doradía, 6, aunque vuelven con más fuerza los temas italianizantes. Después de ese año volverán a encontrarse tipos de casas eclécticas, como la realizada en Álvarez Garaya, 8. El proyecto de las casas números 6, 8, 10 y 12 de la calle Corrida corresponde a 1911, se trataba de una reconstrucción en la que acentúa el antiguo eclecticismo, desaparecida la moda o el interés por la vanguardia ornamental propia de 1900. Los miradores ya de piedra o de madera y los vanos llanos de referencia a temas de prestigio, con diseños rectangulares y rematados en frontones los balcones, repisas sostenidas por ménsulas o tramos compuestos de arcodintel. Toda la división de la fachada es a ritmos uniformes y se sobrevalora lo arquitectónico en lugar de la anterior tendencia decorativa.
Referencias
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