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Kelly Warring
Kelly Warring (1875 Salt Lake City, Utah – 1940 Hollywood, Los Ángeles, California) fue un aescenógrafa de la era dorada del cine (1910-1925), trabajó en Hollywood con varias de las principales productoras, como la Warner, la Metro o la Paramounth, al servicio de algunos de los directores más afamados de la época, como Sennett o Griffith, habiendo declinado su actividad hasta prácticamente desaparecer de ese mundo con la llegada del cine sonoro.
Dotada de una viva imaginación, era capaz de superar con su arquitectura ficticia las edificaciones reales en las que se inspiraba. Sus ambientes y decorados fabulosos y sorprendentes hacían palidecer las arquitecturas históricas que emulaban. Sus recreaciones de la antigua Roma eran más genuinas que las mismas ruinas romanas. Sus pirámides resultaban más grandiosas que las deterioradas pirámides de Gizeh en Egipto. Sus castillos medievales superaban en misterio a las fortalezas góticas. Sus jardines y palacios árabes evocaban el ambiente sensual de “Las mil y una noches” de un modo más profundo que el palacio de la Alhambra de Granada.
Parece que en su trabajo Warring manejó los cuadernos de notas y dibujos de un arqueólogo e historiador francés de mediados del s. XIX. Esto aclararía el dominio que demostraba de formas y estilos tan dispares como el griego, el romano, el persa, el gótico o el hindú. En cualquier caso, estos cuadernos, en el supuesto de que existieran (lo que no se ha podido demostrar), difícilmente podrían explicar la brillantez de las escenografías, mucho más verosímiles que las arquitecturas históricas auténticas que recreaban.
Habituados a los grandiosos escenarios de las películas, se han creado en el público unas expectativas que se ven frustradas cuando se visitan los lugares reales. Los castillos del Rhin son menos pintorescos y románticos, las catedrales menos enigmáticas, los palacios barrocos menos deslumbrantes y los jardines japoneses menos exóticos que las reproducciones y copias de los decorados cinematográficos.
Esto ha dado origen a que las industrias turísticas hayan emprendido una política de maquillaje de las ruinas, arreglándolas y mejorándolas, para satisfacer las esperanzas de los visitantes, siguiendo el modelo de los decorados de Warring. Un primer éxito lo ha conseguido un gran caballo de madera, colocado en medio de las excavaciones arqueológicas de la ciudad de Troya, que llena de satisfacción a las oleadas de turistas que antes no encontraban ningún estímulo a su imaginación entre los restos de cimentaciones de la mítica ciudad. El último ejemplo, por ahora, de la influencia de Warring, es el éxito de los Parques Temáticos, con reproducciones de antigüedades arquitectónicas o lugares exóticos y paradisíacos capaces de evocar las aventuras más estimulantes, sin necesidad de realizar largos y costosos viajes ni tener que asumir riesgos innecesarios, con la ventaja añadida que superan en atractivo y encanto a las construcciones antiguas verdaderas.
Referencias
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