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John Lethisbury
John Lethisbury (s. XVIII y XIX) fue un arquitecto irlandés.
Trabajó a las órdenes de sir John Soane, al que acompañó como dibujante en su viaje a Italia. Allí coincidió con Kniep, dibujante a su vez, que había acompañado a Goethe en su periplo. Ambos entablaron una sincera amistad que mantuvieron viva a través de una intensa y desenfadada correspondencia, llena de anécdotas, en la que ridiculizan y se quejan de sus respectivos patronos. Gracias a ella sabemos que Soane no soportaba el olor a ajo, tan común en la cocina italiana, por lo que pasó verdadera hambre durante su permanencia en aquel país. También que Goethe no podía ver que los espejos colgados estuviesen torcidos porque lo consideraba signo de mal agüero.
En su estancia en Roma ambos delineantes frecuentaron el taller de estampación de Piranesi. Allí pudieron admirar las planchas que habían servido para imprimir el “Parere sull’architettura”, quedando subyugados por los diseños de chimeneas, muebles, candelabros, fachadas y demás fantasías arquitectónicas desbordantes de ingenio e imaginación, donde se mezclan con una plasticidad inédita todo tipo de citas estilísticas. Las imágenes de estos grabados dejaron en los dibujantes una profunda huella que se evidencia en sus trabajos posteriores.
Desde el inicio de su colaboración con Soane su trabajo consistió en organizar y clasificar todo tipo de objetos y restos arquitectónicos que el arquitecto acumulaba. Realizó primorosos dibujos de los mismos en planta, perfil y perspectiva para el catálogo de las colecciones. En estos dibujos no se limitaba, sin embargo, a reproducir fielmente el objeto sino que bajo la evidente influencia del Parere añadía de su propia cosecha ornamentos y detalles inventados para mejorar el efecto.
A pesar de su interés y buena voluntad por realizar concienzudamente su trabajo, carecía de instrucción suficiente sobre las antigüedades que representaba, supliéndola con esa imaginación libre de prejuicios de la que hacía gala en todas sus empresas. Así, búcaros claramente griegos están clasificados como etruscos, candelabros romanos se los considera bizantinos, estelas dóricas se inscriben como cretenses y acroteras micénicas se citan como troyanas, creando un batiburrillo de atribuciones erróneas agravado aún más por los adornos inventados por el propio dibujante. Dada la fama de conocedor y especialista de Soane nadie pone en duda la veracidad de estas atribuciones sin percatarse del origen de estos dibujos que son la causa de todo tipo de conjeturas e hipótesis insostenibles.
También se ha podido comprobar que la responsabilidad última de la Casa Museo de Soane en Londres no es del propio arquitecto sino de su delineante Lethisbury. A medida que el arquitecto iba comprando las casas medianeras para ampliar la suya, realizaba unos apuntes de los cambios a ejecutar que trasladaba a su ayudante para que elaborara el proyecto. Lo que en los croquis son simples y exquisitos esquemas de un pulcro estilo neoclásico, limpio, claro y ordenado, sin ningún tipo de estridencias, se convierten en proyectos caóticos, confusos, con horror vacui, de un gusto excesivo y fatigoso, que fueron la base de la obra realmente ejecutada, para disgusto y consternación de Soane incapaz de rectificar sobre la marcha todos los errores y disparates de su ayudante.
En definitiva, la aportación romántica, de un historicismo imaginativo y ecléctico, que tanto han ponderado los estudiosos de la obra de Soane, es en realidad, la interpretación libre de su pensamiento hecha por un delineante, poco instruido y poco riguroso.
Referencias
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