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Iglesias gótico-mudéjares de Sevilla
Iglesias gótico-mudéjares de Sevilla.
Sevilla llegó a tener una importancia excepcional durante la Edad Media, así como una gran población, pues no en vano la ciudad fue elegida en Al-Andalus como sede de la capital del Imperio Almohade, una poderosa tribu del norte de África que toma el relevo en el mando sobre el territorio islámico en la península Ibérica durante los siglos XII y XIII.
El perímetro urbano de Sevilla era muy extenso en 1248, el año en que se produce su reconquista por las fuerzas cristianas al mando de Fernando III el Santo, quien se encontraría una ciudad con un notable número de mezquitas repartidas por todo su interior; mezquitas que en un primer momento y como medida de urgencia serían consagradas de inmediato al culto cristiano para el uso religioso de la población resultante tras el nuevo marco social y político surgido a partir de la toma de la ciudad.
Más adelante estas mezquitas serían reemplazadas paulatinamente por las nuevas iglesias cristianas, en un momento todavía poco apropiado para acometer costosas empresas constructivas, por lo que se aprovecharía parte de las construcciones anteriores, así como de la abundante mano de obra existente en su población mudéjar (población de origen musulmán que decide convertirse al cristianismo para no ser expulsada de la ciudad). Surge así un nuevo tipo de iglesias, las gótico-mudéjares, que combina la tradición islámica local con el arte gótico que aportan los vencedores llegados desde Castilla. Son iglesias pequeñas y modestas que se levantan desde la segunda mitad del siglo XIII y hasta el siglo XV, y de las que afortunadamente nos han quedado muchos buenos ejemplos, algunos lógicamente muy modificados por distintas transformaciones realizadas a lo largo de los siglos y hasta nuestros días.
Emparentadas con el magnífico grupo de las Iglesias Fernandinas surgido en Córdoba en condiciones similares, las iglesias gótico-mudéjares de Sevilla cuentan con unas características propias que las hacen fácilmente reconocibles.
Planta
La planta de estas iglesias se caracteriza por ser de forma rectangular alargada y suelen presentarse inicialmente aisladas, con sus cuatro fachadas vistas. Cuentan con un total de tres naves, siendo la central más ancha y alta que las laterales, y sobresaliendo en ellas el ábside del cuerpo central, de planta poligonal y generalmente precedido por un tramo recto inicial.
Estructura
Su estructura está constituida siempre por gruesos muros de ladrillo en todo su perímetro, así como en sus pilares centrales, que se organizan en dos hileras paralelas al eje longitudinal de la iglesia, y en los altos arcos apuntados de acuerdo al estilo gótico, que descansan sobre ellos.
Ábside
Ábside poligonal y almenado de la Iglesia de Omnium Sanctorum.
Situados en la cabecera de la nave central, y con planta poligonal, sobresale del resto del cuerpo de la iglesia. Presenta robustos contrafuertes en sus ángulos y altas ventanas ojivales en el centro de sus paños, y como elemento característico, suelen estar almenadas, presentando así un cierto aspecto defensivo y militar.
Cubierta
Las cubiertas se resuelven de forma distinta, intencionadamente, para las naves y para la Capilla Mayor o ábside. Así, las tres naves de la iglesia se cubren con artesonado de estructura de madera, a dos aguas la central a mayor altura, y a una sola pendiente las laterales, a menor altura. En claro contraste con esto, la Capilla Mayor se cubre con una complicada estructura de nervadura ojival en piedra tallada, simbolizando con ello la importancia del recinto y que por cuestiones religiosas se oponía al modesto ladrillo usado en las soluciones islámicas.
Fachada
Las fachadas, realizadas en ladrillo y de muy sencilla composición son especialmente sobrias, sin elementos decorativos, y en ellas sólo rompen su horizontal monotonía las sencillas ventanas y las portadas, estas realizadas en piedra y de pequeñas dimensiones, con arquivoltas de arcos apuntados, generalmente adelantadas sobre el paramento, con algún arco labrado con los clásicos dientes de sierra o puntas de diamante, enmarcadas en alfiz rectangular.
En algunos casos, la portada principal, generalmente a los pies, muestra una decoración mudéjar especialmente interesante que combina los elementos decorativos se ladrillo que forman arcos ciegos entrelazados con otros de piedra en los canes superiores con forma animal o fantástica y las figuras de santos sobre peana y con doselete superior, cuyo ejemplo más completo es el de la Iglesia de San Esteban.
En general su aspecto exterior refleja visiblemente la estructura interior de las tres naves interiores de la iglesia, tanto en las alturas como en las pendientes, y suele presentar uno o tres pequeños rosetones góticos para la iluminación interior del templo.
Torre
Situada generalmente a los pies de la fachada principal, las torres de las iglesias gótico-mudéjares de Sevilla suelen aprovechar los alminares de las anteriores mezquitas existentes previamente en el solar para colocar sobre ellas el cuerpo de campanas, al igual que se hizo luego con la gran Mezquita Mayor de la ciudad y La Giralda.
En algunos casos, no obstante, estas torres no fueron objeto de esa frecuente ampliación, como ocurre en las Iglesias de Santa Marina y de Santa Catalina, con lo que su imagen actual será muy similar a la que tendrían todas ellas en su época originariamente.
Realizadas completamente en ladrillo, se presentan con planta cuadrada y notable esbeltez, y muestran en sus sobrios paramentos las clásicas ventanas mudéjares con arcos de herradura enmarcadas en alfiz.
En los casos más interesantes es de admirar la delicada labor decorativa de paños de sebbka que aparecen en algunos de sus paramentos, como ocurre en el caso de la de las Iglesias de San Marcos y de Omnium Sanctorum.
Iglesias
Una relación no exhaustiva de las principales iglesias parroquiales gótico-mudéjares de Sevilla es la siguiente:
- Iglesia de Santa Marina, quizás la más representativa por aparecer como menos modificada, donde destaca su espectacular torre almenada.
- Iglesia de Omnium Sanctorum, de las más antiguas de Sevilla; del siglo XIII, con interesantes portadas, ábside almenado y torre mudéjar.
- Iglesia de Santa Catalina, muy transformada, conserva un tramo de muro curvo de ladrillo con decoración de arquillos polilobulados.
- Iglesia de San Marcos, una de las más completas, con esbelta torre y bella portada decoradas con menudos arquillos entrecruzados polilobulados.
- Iglesia de San Esteban, recientemente rehabilitada, contiene la que posiblemente sea la mejor portada gótico-mudéjar de Sevilla.
- Iglesia de San Pedro. Muy transformada, con una gran torre, la segunda en altura de Sevilla, de elegantes ventanas mudéjares.
- Iglesia de San Andrés, Muy reformada, posee una bella portada gótica a los pies y una interesante bóveda nervada en el ábside.
- Iglesia de San Isidoro. Muy reformada, con bello artesonado y estrecha portada gótico-mudéjar a los pies con interesante alfiz triangular.
- Iglesia de San Julián, muy modificada por las reformas.
- Iglesia de Santiago, muy transformada por numerosas reformas.
- Iglesia de San Juan de la Palma, muy transformada, conserva una interesante portada de los pies con arcos interior y exterior labrados en punta de diamante.
- Iglesia de San Sebastián, situada a extramuros.
- Iglesia de San Román, del siglo XIII, una de las más antiguas de la ciudad.
- Iglesia de San Vicente, muy reformada en intervenciones de siglos posteriores.
- Iglesia de San Lorenzo, de finales del siglo XIII, reformada y ampliada en épocas posteriores.
- Iglesia de San Gil, con una estructura interna original.
También en los conventos de clausura se encuentran iglesias mudéjares, aunque su tipología cambia respecto a las parroquiales.
Bibliografía
- Una arquitectura para el culto. Teodoro Falcón Márquez. En Sevilla Penitente. Tomo I. Editorial Gever, S.A. Sevilla, 1995.
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