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Iglesia de Santa María de Taüll
Santa María de Taüll es una iglesia románica de la localidad de Taüll en el término municipal del Valle de Bohí, provincia de Lérida, (España).
Se encuentra a pocos metros de la iglesia de Sant Climent que pertenece a la misma época. Las dos fueron erigidas al mismo tiempo siendo consagrada la de Santa María dos días más tarde que la de San Clemente en el año 1123. Durante todo el siglo XVIII fue la única parroquia del municipio de Taüll.
Descripción del edificio[editar]
El exterior muestra una iglesia románica con decoración lombarda en sus ábsides. La torre se alza incluida en el edificio, a los pies y en la nave sur. Tiene planta basilical con tres naves y tres ábsides, más pequeños los laterales. La decoración es lombarda, de arcos ciegos, muy simple y elegante. Es una construcción que sigue el estilo rural de las iglesias del Valle de Boí.
La torre no es exenta como la de Sant Climent pero es exactamente igual por lo que su descripción será la misma. Es alta y esbelta como todas las torres lombardas levantadas en el valle de Boí. Corresponde al grupo de torres contemporáneas de las italianas edificadas en el siglo XII, que se construyeron mucho más elegantes que las de la etapa anterior.
Consta de cinco pisos asentados sobre un zócalo macizo bastante alto. En las cuatro caras de cada piso se repite la misma decoración y el mismo número de ventanas. En el zócalo hay una sola ventana más los cinco arquillos ciegos. En los restantes pisos varía el número de ventanas, separadas por columnillas cuyos capiteles en forma de zapata están dispuestos perpendicularmente al muro de la torre. Los tres últimos pisos llevan a manera de imposta una decoración de esquinillas como la de los ábsides. Todas las torres del valle de Boí siguen el canon (o proporción de medidas) de los minaretes, que consiste en que la altura es igual al perímetro.
Pinturas murales[editar]
La iglesia estuvo decorada toda ella (en los ábsides, en los muros y en las columnas) con pinturas murales que fueron resistiendo en parte el paso del tiempo. En un momento dado, los eruditos decidieron despegar estas pinturas de su lugar de origen y llevarlas al Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde están bien protegidas. En algunos tramos de pared y en el ábside central se hizo una reproducción de dichas pinturas para que el visitante pueda tener una idea in situ.
Los diversos historiadores de Arte han dedicado bastante tiempo a estudiar el proceso de estas obras, llegando a la conclusión de que (al igual que en Sant Climent) se trata de dos artistas diferentes pero contemporáneos entre sí. Debieron trabajar sobre el año 1123 en que se consagraron ambas iglesias.
Ábside central[editar]
El fondo está compuesto por bandas horizontales que van del verde al azul. Se representa la Epifanía. La Virgen está en un trono adornado con pedrerías, rodeada por una mandorla en rojo, ocre y blanco. Viste toca azulada y túnica rosada que termina sobre los pies en una rica orla. Jesús está sentado en su regazo a manera de trono. Viste túnica y manto rojo y bendice con su mano derecha mientras la izquierda está ocupada por un rollo. Su aureola es roja y en ella se ve dibujada una cruz blanca. A ambos lados de la mandorla hay una estrella de ocho puntas.[1] En la pintura aparecen también los Reyes Magos, bien referenciados con sus nombres en letras mayúsculas:
«MELCHIOR GASPAS BALDASAR»
Llevan túnica corta, Clámide y corona real y ofrecen los regalos en un plato dorado.
En la zona media del ábside están representados los Apóstoles bajo una arquería. Todos llevaban escrito su nombre, aunque algunos se han perdido. La parte de abajo está pintada con una serie de medallones enlazados con decoración vegetal en los que aparecen las imágenes de algunos animales (águila, cigüeña, león, dragón y pez). En el doble arco que precede al ábside se ve el Agnus Dei nimbado más estrellas y una escena de Abel vestido de pastor. Se cree que al otro lado pudiera estar la figura de Melquisedec.
Decoración de las paredes[editar]
Los restos de pinturas de las paredes fueron también rescatados y guardados en el museo. El autor de estas pinturas y de uno de los absidiolos no es el mismo que el del ábside, tal y como ocurre en Sant Climent. Las pinturas que corresponden al muro sur estaban repartidas a ambos lados de la puerta. Las correspondientes a la parte más alta están muy deterioradas y algunas de las figuras han sido detectadas a fuerza de intensos estudios y comparaciones con otras pinturas semejantes. Se supone que eran escenas de la leyenda del papa San Clemente, su ordenación y consagración por el propio San Pedro,[2] sus viajes, la nave y la milagrosa aparición del Cordero. Otra escena se supone que era la investidura como obispo de Roma.
En la parte inferior se presenta el tema de la Adoración de los Reyes y de Herodes sentado en su trono. Los personajes están encuadrados por un pórtico. Hay dos personajes que representan a Zacarías en el momento de recobrar el uso de la palabra,[3] cuando el otro personaje le indica con una cartela el nombre de Juan para imponérselo a su hijo. Al otro lado de la puerta continúan otros pasajes de la vida de Zacarías. El fondo de la nave sur estaba decorado con las escenas de David y Goliat en el momento de la pedrada y posterior caída de éste y el momento en que David le corta la cabeza al gigante bajo la presencia de un cuervo impaciente.
El muro del fondo de la iglesia estaba decorado con las escenas del Juicio Final cuya lectura se ve interrumpida por el hueco de una ventana que se hizo en épocas posteriores. En la parte baja san Miguel está pesando las almas en una balanza.
En el muro norte se conservan fragmentos de pinturas con los tormentos de las almas de los castigados. El artista demostró en estos temas una gran fantasía intentando una demostración de realismo tremendista con una gran variedad de monstruos y cuerpos humanos despedazados. Arriba y cerca de la cubierta expuso el tema tan repetido de los pavos afrontados ante un cáliz.
Las columnas también estuvieron pintadas con franjas helicoidales, a juzgar por los fragmentos que se conservan. El intradós de los arcos formeros estaba pintado con representaciones de los profetas cuyos restos se reducen a
«ISAIE JEREMIA
llevando rollos y libros en las manos tapadas (veladas) por el manto como símbolo de consagración.
Reformas[editar]
Esta iglesia sufrió varias reformas en siglos pasados que la desfiguró totalmente por dentro. Las columnas que soportan los arcos fueron engullidas por unos muros que se levantaron como división para formar las capillas entre contrafuertes, dejando la planta con una sola nave. En la nave transversal se abrió una cúpula y el absidiolo del lado sur se convirtió en sacristía. Los ábsides y las paredes que estaban decorados con pinturas románicas murales, fueron revestidos de blanco. En los años 90 del siglo XX los trabajos de restauración le devolvieron su primitiva estructura dejando libres las columnas que soportan los arcos y dividen las naves y rematando el techo con cubierta de madera a dos aguas. Las pinturas del ábside y de las paredes se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Referencias
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Bibliografía consultada[editar]
- JUNYENT, Eduard. Rutas románicas de Cataluña/I. Editorial Encuentro, Madrid 1995. ISBN 84-7490-390-4
Referencias
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