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Iglesia de San Bartolomé (Espejo)
La iglesia de San Bartolomé, en la localidad de Espejo (Provincia de Córdoba, Andalucía, España) fue construida a finales del siglo XV, siendo un ejemplar de arquitectura gótica que alberga algunas notables obras de arte como el retablo de San Andrés con sus pinturas de los primeros años del siglo XVI y una importante colección de platería.
Descripción
Se trata de un templo de tres naves, la central más ancha, con cinco tramos y coro alto a los pies. Las naves terminan en la cabecera en sendas capillas, comunicadas entre sí por grandes arcos ojivales y cubiertas por bóvedas estrelladas, especialmente rica de nervaduras la de la capilla mayor. Las naves se separan por arcos apuntados de amplia luz sostenidos por pilares compuestos por un machón prismático en cuyas cuatro caras se adosan semicolumnas alternadamente lisas y estriadas o sólo estriadas, en el caso de los seis pilares más próximos a los pies, fruto de la ampliación de 1579.
La nave central se cubre actualmente con bóvedas de arista y las laterales con otras de cañón con lunetos, que sustituyeron en el siglo XVIII a las primitivas armaduras de madera con decoración de lazo.
Diversas capillas se abren a la Iglesia. Tras el ábside del lado del Evangelio, se sitúa una pequeña capilla (antes dedicada a la Purísima y hoy a Nuestra Señora de las Mercedes) con cubierta de nervios decorados con ovas y portada con arco de medio punto flanqueado por pilastras estriadas, sobre el que descansan dos trozos de frontón curvo rizado y un medallón central con un relieve policromado de la Purísima Concepción.
Le sigue la antigua capilla de San Marcos, con portada con frontón curvo partido y enrollado y relieve del Evangelista en el centro y cúpula con florón central del que parten nervios.
Muy importante es la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno (antes dedicada a la Virgen de la Fuensanta, patrona de la localidad, y que tuvo también destino de capilla Sacramental), del tercer cuarto del siglo XVIII, que por sus grandes dimensiones constituye una iglesia completa en sí misma, con su nave de tres tramos articuladas por pilastras entre las que se disponen altares, crucero cubierto por cúpula, camarín tras el retablo mayor, sacristía, etc. A ella se abre la capilla de las Ánimas o del Santo Sepulcro, de mayor tamaño que las que dan al cuerpo de la Iglesia, que también posee tres tramos y sacristía propia.
Aún hay tres capillas más en el lado del Evangelio, entre las que destaca la central, de planta cuadrada con bóveda de terceletes y cerrada por reja de hierro.
En el lado de la Epístola se encuentran la antesacristía -espacio cubierto por dos bóvedas de crucería- y la sacristía, adosada a la estancia anterior, y una serie de capillas. La más próxima al presbiterio, que estuvo dedicada a San Andrés, se fecha en los primeros años del siglo XVI. Se accede a ella por un vano de arco apuntado cerrado con reja gótica y en su interior, de planta cuadrada cubierta con bóveda de terceletes que arrancan de ménsulas con cardina, hay varios elementos a destacar como un rosetón gótico y los azulejos sevillanos del XVI que revisten la mesa del altar sobre el que estuvo situado el retablo de San Andrés que hoy preside el templo.
Después de la capilla dedicada a la Virgen del Carmen está la de San Ildefonso, que, en realidad, era el pórtico de la entrada principal de la Iglesia, pero que se cerró en 1942 para conformar un espacio que actualmente alberga el museo de orfebrería.
El arco de acceso a la nave es carpanel, fasciculado, con capitelillos lisos y la bóveda de terceletes con nervios muy delgados que arrancan de ménsulas en esquina. Consecuencia también de esas obras de 1942 fue la transformación de la que era la última capilla de este lado, dedicada a Jesús Nazareno, fechada en 1765 por una inscripción que figura en su cúpula de forma oval, con un florón central de hojarascas desde el que parten fajas radiales que segmentan espacios entre los que se intercalan símbolos de la pasión. Se abrió para servir de entrada principal al templo colocando hacia el exterior una portada de 1679 procedente de la desaparecida Ermita de Nuestra Señora de las Angustias.
Por último, del exterior cabe mencionar la torre, de época barroca, compuesta de un fuste macizo en el que se alberga la escalera de caracol que permite alcanzar el cuerpo de campanas que se abre en sus cuatro lados por vanos de medio punto muy esbeltos con sendos balcones curvos.
Referencias
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