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Iglesia de Pampulha
La Iglesia de San Francisco de Asis, comúnmente conocida como iglesia de Pampulha fue diseñada por Oscar Niemeyer como parte de un encargo de Juscelino Kubitschek, alcalde de Belo Horizonte, que incluía también otras obras a realizar en el entorno del lago Pampulha: casino, restaurante, sala de baila y club náutico.
Bajo la influencia de Kubitschek, Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais aspiraba a competir con las dos metrópolis hegemónicas en ese momento, Sao Paulo y Río de Janeiro. En 1938 el gobernador sugirió la necesidad de un hotel turistico en la ciudad colonial de Ouro Preto, un proyecto que se llevó a cabo también por Niemeyer (1939). El deseo de Kubitschek de introducir un elemento moderno en una ciudad que aún permanecía provincial y tradicional motivó la urbanización de las tierras de la ribera del lago artificial de Pampulha, a quince kilómetros del centro de la ciudad, y creado para el recreo de la nueva burguesía industrial de Minas Gerais.
Niemeyer invitó a los artistas Alfredo Ceschiarti y Cindido Por-Tinari y al arquitecto paisajista Roberto Burle Marx para colaborar en los proyectos de Pampulha, incluyendo la Iglesia de San Francisco de Asís. En sus diseños Niemeyer abandonó el sistema cartesiano de composición en favor de las formas curvas libres en el espacio.
Construida entre 1942 y 1943 la pequeña iglesia está formada por tres elementos básicos: el campanario vinculado a la marquesina de acceso, la nave cubierta por una bóveda independiente, y las instalaciones adyacentes, cubiertas por tres bóvedas de hormigón armado más pequeñas. La fachada ciega de la capilla, que da a la calle, está adornado por un gran mural de Portinari Cindido de azulejos azules y blancos que representan escenas de la vida de San Francisco de Asís. La nave está diseñada en dos partes: la zona de los fieles, con acceso a través de la plancha horizontal del coro, un elemento bajo que antecede a la sorpresa de la expansión de la bóveda parabólica; y el espacio del altar, iluminado desde la banda de separación entre las dos parábolas la de la nave y la del altar. Desde la oscuridad de la nave, el milagro de la luz ilumina la pared del altar, el cual también está cubierto con una pintura de Portinari.
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