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Henry Hobson Richardson

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Henry Hobson Richardson
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Henry Hobson Richardson (Saint-James, 29 de septiembre de 1838 - Brookline, 27 de abril de 1886) fue un arquitecto estadounidense que cambió el curso de la arquitectura norteamericana al introducir novedad en el monótono discurso neogótico-estilo Segundo Imperio, con su sugerente, libre, atrevida y personalísima propuesta neorrománica.

Su particular lenguaje románico de muros macizos de piedra no pulimentada, de pequeños vanos aislados o rítmicamente emparejados, y de ornamentación a base de almohadillado o, más sencillamente, a base de contornos rehundidos enmarcando puertas y ventanas, será copiado hasta la saciedad por sus seguidores y ayudantes, algunos de los cuales serán líderes de la siguiente generación de arquitectos norteamericanos, caso de Mckim, White, Coolidge, Shepley, Bulfinch y Abbott.

Hijo de un acaudalado mercader de las islas Bermudas, pasa su los veranos de su adolescencia en la elegante mansión de estilo neo-griego que le vio nacer, residiendo durante los inviernos en la casa que la familia tenia en Nueva Orleáns. La imposibilidad de seguir estudios militares llevó al joven Richardson a Cambridge, donde un tutor le preparó para el ingreso en Harvard donde cursó ingeniería civil, licenciándose en 1859, si bien nunca sintió gran interés por el lado ingenieril de sus obras. Es más, Richardson se comportará como un “reaccionario” en el uso de los nuevos materiales, desaprovechando en general los beneficios v posibilidades del hierro para su arquitectura.

En Harvard completó Richardson su formación con estudios de Dibujo, que había iniciado a los diez años, y dedicó su tiempo libre a visitar los viejos edificios de Massachussets, que inconscientemente dejarán huella en obras adultas suyas como el edificio Sever, y que animarán su futura vocación de arquitecto. Impresionado por la posición dc que gozaba Richard Morris Hunt como ayudante dc Thomas U. Walter en las obras de reforma y ampliación del Capitolio de Washington (1851-1865), Richardson decidió seguir los pasos del primer arquitecto norteamericano formado en l'Ècole des Beaux-Arts de Paris, y en junio de 1859 dejara Cambridge para visitar Europa y seguir los cursos reglados de arquitectura que se impartían en la capital de Francia.

El verano de 1859 lo pasó Richardson en las Islas Británicas como un turista mas, visitando catedrales y castillos, y el Palacio de Cristal de Paxton. A finales de año intentó entrar en l'Ècole des Beaux-Arts de Paris, pero falló en todos los exámenes a excepción de Álgebra y Geometría, por lo que tuvo que esperar a una segunda convocatoria en noviembre de 1860 para formalizar su matriculan situándose entre los 60 alumnos admitidos, en el puesto 16.

En Paris Richardson se incorporará al taller asociado de Jules Louis André, ganador dcl codiciado Premio de Roma en 1847 y profesor de l’Ècole desde 1855, quien había colaborado con Henry Labrouste en su biblioteca de Santa Genoveva, y en el momento del ingreso de Richardson en su taller trabajaba en los planos para el concurso de la nueva Ópera de Paris. A Richardson le gustó colaborar con André, si bien en su trabajo apenas encontró inspiración. No obstante, de él conoció por primera vez el código de la arquitectura napoleónica.

El estallido de la Guerra Civil norteamericana en 1861 obligará a Richardson a abandonar a André. Al no llegar regularmente desde Nueva Orleáns la paga para su educación y alojamiento en Paris, tendrá necesidad de ponerse a trabajar, aunque no perderá durante sus años en Francia el contacto con el que fuera su maestro y con sus ex-compañeros. El propio André le recomendará a Théodore Labrouste, quien le ofreció empleo en su estudio y con el que colaboró desde julio de 1862 en el Hospital para Incurables de lvry. Un año antes de su vuelta a Norteamérica en 1864, Richardson dejará a Labrouste para incorporarse al estudio de J. I. Hittorff, quien por entonces construía la Estación del Norte.

En Paris frecuentaba a sus compatriotas y ocupaba su ocio en visitas a los grandes monumentos antiguos y modernos que estudiaba con dedicación. De vida regular y metódica sólo en una ocasión se comportará como un joven rebelde, cuando en 1863 con motivo del conflicto surgido por el intento de Viollet-le-Duc de controlar y renovar el plan de estudios de l’Ècole des Beaux-Arts, se manifieste en la calle en contra de tal pretensión, lo que le supondrá la cárcel. Allí compartirá celda con Théophile Gautier, autor de Histoire du romantisme.

Terminada la Guerra Civil en Norteamérica, Richardson abandona Francia en octubre de 1865, no regresando a Europa hasta 1882, momento en que ya enfermo y con la excusa de ser atendido por el médico de la reina Victoria, realizará un amplio periplo por el Reino Unido, donde visitará a William Morris y al circulo prerrafaelista, e igualmente por Francia, Italia y España.

En 1866 Richardson se establecerá en Nueva York, desoyendo la petición familiar para que trabajase en Nueva Orleáns. Ingresará en la Compañía Tiffany´s, y al tiempo abrirá estudio de arquitectura propio, iniciando con ello su activa vida profesional. La soledad de Richardson duró sin embargo poco, pues en octubre de 1867 se asociará con el también arquitecto Charles Dexter Gambrill (1834-1880), con quien fundará una sociedad que durará hasta 1878.

Los primeros edificios de Richardson, los proyectados en la década de los sesenta, apenas se distinguirán de los de sus contemporáneos. No forzó el arquitecto las innovaciones entre sus clientes, aceptando los estilos de moda: el gótico y el Segundo Imperio. Así, empleará el gótico victoriano en los dos primeros importantes encargos que tuvo: la iglesia protestante de la Unidad en Springfield y la iglesia episcopaliana de la Gracia en Medford, ambas en Massachussets. Ganó el proyecto para la Iglesia de la Unidad en noviembre de 1866, y para su diseño se inspiró directamente en la obra del inglés Bassett Keeling (1836-1886). El edificio, destruido en 1961, estaba formado por cuatro elementos dispuestos de forma asimétrica como era tradicional en la arquitectura parroquial inglesa del siglo XIV: al sudoeste la torre rematada por una flecha octogonal, y al oeste el nártex, en el centro la nave, y al este la escuela de la parroquia. Si el edificio mostraba al exterior un aspecto pesado con sus grandes contrafuertes y sus sillares rugosos, el interior por el contrario era diáfano y muy iluminado, dando sensación de ligereza. El vivo color y la textura de la piedra parda sin desbastar procedente del cercano Longmeadow dispuesta en mampostería, y cierta escala masculina en los detalles, llamarán la atención de sus contemporáneos.

En su segunda iglesia, la de la Gracia, Richardson se inspirará de nuevo en fuentes inglesas popularizadas a través de publicaciones periódicas y en particular en William Burges (1827-1881), único arquitecto por el que el artista expresó admiración. Su mayor originalidad estriba en el carácter fuertemente piramidal de la composición asimétrica y, sobre todo, en los grandes cantos rodados con que están construidos los muros, con guarniciones de granito de cara en bruto de gran tamaño. En los años ochenta el arquitecto empleará en numerosas ocasiones los muros de cantos rodados para singularizar sus casas de campo (Ames Gate Lodge, Gurney House, y Paine House).

El éxito de estas dos edificaciones le proporcionó a Richardson en 1868 un nuevo encargo en Springfield: la iglesia congregacional del Norte, en la que se servirá de su experiencia anterior para definir de nuevo una composición audaz, resuelta en alzado en piedra parda sin desbastar procedente de Longmeadow dispuesta en mampostería. Con planta cruciforme y con los espacios entre los brazos ocupados por reducidas estancias, la iglesia daba cabida suficiente a 1000 personas. La cubierta a dos aguas se interrumpirá sólo con un sencillo saliente o buhardilla en la nave longitudinal. Situada en uno de los ángulos que forman los dos brazos de la planta está colocada la torre terminada en forma de aguja y con cuatro agujas más pequeñas que suben desde la propia base cuadrada, y que parece una versión de la proyectada por el inglés Burges para su iglesia de Skelton (Yorkshire). El tejado que desciende muy abajo da al edificio ímpetu ascensional, lo que junto a la aguja puntiaguda de la torre da a las aberturas de las paredes de forma vertical, contribuyen a crear el clima gótico buscado por el arquitecto. El interior decepciona por su escasa decoración a la que no se pudo hacer frente con los escasos 50.000 dólares puestos por la Congregación del Norte. Su única singularidad está en el techo sustentado por sólidas vigas cruzadas.

El trabajar en Springfield le proporcionará a Richardson, además, los contactos necesarios para dedicarse a la arquitectura civil, en la que se moverá dentro del estilo Segundo Imperio. Así Jame Rumrill, presidente de los Ferrocarriles del Oeste, en 1867, le encargará la sede social de su Compañía, edificio que el arquitecto diseñó en un renacimiento propio de las casas de apartamentos francesas de la época de Luis Felipe de Orleáns, y para el que utilizó el granito gris local de Monson. El edificio, destruido en 1926, tendrá fama en su momento por dos características: el tejado francés, emblema de modernidad y el alto sótano, solución muy utilizada en la arquitectura comercial de Nueva York, y símbolo del metropolitanismo del Este. Estos dos recursos permitieron a Richardson proyectar un edificio de cinco plantas con una ordenada fachada de tres plantas.

En 1869 dará Richardson un tratamiento similar a otra de sus construcciones civiles en Springfield: el desaparecido Banco Agawam, diseñado nuevamente con alto sótano, tres plantas de oficinas y una cuarta bajo un tejado en mansarda, si bien con detalles completamente diferentes.

Los encargos de arquitectura privada de este momento serán atendidos por Richardson no en gótico victoriano, sino en un moderado estilo Segundo Imperio. Es el caso de la villa Dorsheimer, construida en ladrillo y piedra en la avenida Delaware de Buffalo, en 1868, y cuya mansarda denuncia su origen estilístico. La casa Crowninshield, en la calle Marlborough de Boston, obra de 1870, más experimental, recuerda por su parte los edificios más excéntricos ingleses de los primeros años de la década. Aunque de madera y de dimensiones muy modestas, la casa más interesante de esta época es la que se hizo para sí mismo en 1868 en Clifton, cerca de Nueva York. En ella se combinaba un pabellón de altas mansardas con una especie de imitación en madera afín al “Shingle Style” americano de la época.

La amistad con William Dorsheimer, congresista y teniente-gobernador de Nueva York, fraguada durante los años de estudio en Harvard, tendrá una decisiva importancia para la carrera profesional de Richardson durante los setenta, años de una primera madurez del arquitecto y en los que éste empezó a definir su estilo personal, caracterizado por la búsqueda de composiciones pintorescas y por el gusto por la mampostería tosca y la policromía. Así, durante los años siguientes a la construcción de la villa Dorsheimer, Richardson se hará con dos importantes encargos: el Hospital Psiquiátrico de Buffalo (1869-1880), y la terminación del Capitolio del Estado de Nueva York en Albany (1875-1886).

Funcionalmente el Hospital de Buffalo era el tipo dc encargo para el que mejor le había preparado su formación francesa, pues no debe olvidarse que Richardson colaboró muy estrechamente en Paris con Théodore Labrouste en el Hospital para incurables de Ivry. La planificación es evidentemente francesa, si bien en el proyecto es posible rastrear fuentes en su mayor parte inglesas y sobre todo de Burges. El plano general desarrollado por el doctor Joseph Gray, era similar al de otras construcciones hospitalarias del momento, y estaba formado por un pabellón central dc tres pisos dedicado a administración y singularizado por dos torres de inspiración románica, y por dos alas de pabellones que iban retrocediendo paulatinamente con forma de T de H y que estaban conectados entre si por galerías en cuarto de circulo, completándose el conjunto hacia el norte con una serie de bajos y aislados edificios de servicios que formaban un grupo de construcciones subordinadas. La longitud total del complejo era de unos 800 metros. El pabellón central y los dos laterales fueron construidos en piedra arenisca marrón procedente de las canteras de Quarry en Nueva Orleáns, levantándose el resto de las edificaciones en ladrillo común sobre zócalo de piedra. Aunque los primeros pacientes fueron admitidos en el Hospital de Buffalo en 1880, la apertura oficial de éste no tendría lugar hasta noviembre de 1881.

También gracias a la mediación de William Dorsheimer, Richardson obtendrá en 1875 un nuevo encargo: la continuación dcl Capitolio del Estado de Albany. El edificio que había sido diseñado en 1867 por el inglés Thomas Fuller (1822-1898), en estilo renacentista italiano con tejados amansardados tipo Segundo Imperio y con pórticos académicos derivados de las alas dcl Capitolio de Washington de Walter, había consumido hacia 1875, 7.000.000 de dólares y de él sólo estaban construidos los dos primeros pisos. Será precisamente este hecho lo que motive la ruina de Fuller pasando a ser responsables en adelante de las obras Richardson y dos hombres de fama: el arquitecto Leopold Eidlitz (1823-1908), exponente extranjero del románico tipo “Rundbogenstil» temprano, y el teórico y paisajista Frederick Law Olmsted (1822-1903), diseñador del Parque Central de Nueva York (1858-1880).

Inspirándose en el Capitolio del Estado de Connecticut de Upjohn y en su propio gusto, los tres reformarán completamente el proyecto inicial, dibujando un nuevo edificio de estilo medieval y en el que destacaba una impresionante torre cuadrada terminada en cúpula octogonal románica. No obstante, su propuesta no llegará a realizarse ante la polémica surgida inmediatamente por el cambio de estilo. Al final la contribución de los tres será puramente de compromiso, introduciendo allí donde pudieron detalles románicos, particularmente en el interior, como es el caso de Richardson y su Cámara del Senado (1881), pero manteniendo un genérico estilo renacimiento para todo el conjunto. Richardson mantendrá la colaboración con Olmsted durante la década siguiente. Trabajando junto a él en los puentes del parque Fenwav de Boston (1880-1884), que el arquitecto construyó en piedra Puddingstone buscando efectos de pintoresquismo, rusticidad y tosquedad.

En Boston dejará igualmente Richardson dos de sus mejores trabajos de los años setenta y que le proporcionaron justa fama: la iglesia baptista Brattle (1870-1877) y la iglesia de la Trinidad (1872-1877). La primera, situada en la esquina de la calle Clarendon y la avenida de la Commonwealth, y que transcurre paralela a esta última, será proyectada por Richardson después de ganar el correspondiente concurso en 1870. El templo recuerda algo en su medievalismo de arcos de medio punto a una iglesia parisina de la década de los sesenta, la de Saint Pierre (1864-1870) de J.A. Vaudremer (1829-1914), que el propio Richardson es posible que viera y admirara en las primeras fases de su construcción. Pero la planta en forma de T, sin naves laterales pero con transepto, habría sido tan poco corriente en la época tanto en Francia como en Inglaterra. El material empleado es la piedra pudinga de Roxbury, dc rica textura que se eleva en amplias superficies lisas hasta los hastiales de mediana pendiente. Los detalles tienen una especie de equiIibrio entre el románico francés y el gótico victoriano alto inglés. La variada policromía dc las dovelas de los arcos es más inglesa, pero con el toque personal de la gran variedad de bandas de color. La disposición de esquina de la alta torre, con su hermoso friso obra del escultor Bartholdi, es de carácter inglés en espíritu, pero su forma tiene más aire de campanil que cualquiera de las torres de iglesia inglesas de después de 1840. Este importante encargo obliga a Richardson a buscar un ayudante para su estudio, incorporándose con tal motivo en junio de 1870 el arquitecto Charles Follen McKim (1847-1909).

En julio de 1871, con anterioridad a ganar el Concurso que le permitiría proyectar la iglesia de la Trinidad de Boston, Richardson volverá a trabajar en Springfield, en esta ocasión diseñando el edificio de Juzgados del condado de Hampden (1871-1873), cuya inspiración procede también del inglés y miembro de la hermandad prerrafaelista William Burges, y en particular de su proyecto de 1866 para los Tribunales de Justicia londinenses, publicado por la revista Builder en 1870. Pero la magnífica escala de los muros de mampostería de granito de Monson sin pulir, material ya utilizado por Richardson en las dos iglesias de Springfield, es sin duda nota personal del arquitecto. Primitivamente el edilicio, que tiene forma de I, estaba cubierto a dos aguas y disponía de anchas buhardillas con parteluces de estilo gótico francés, e igualmente de torre del tipo de la del palacio Vecchio de Florencia, pero esta imagen quedó definitivamente alterada en la drástica reforma de 1907 ideada por los seguidores de Richardson, Shepley, Rutan y Cloolidge, que alteró sustancialmente el diseño de 1871.

Con el encargo de la iglesia de la Trinidad de Boston, en mayo de 1872, Richardson alcanzará su madurez profesional, creando al tiempo el estilo propio por el que en adelante se le conocerá. Cuando se termine el templo de la Trinidad, en 1877, esta gran iglesia bostoniana le situará como el nuevo líder de los arquitectos norteamericanos. Incluso antes de que la obra estuviera concluida, ya otros harán imitaciones de ella. Y en los veinte años siguientes muchas construcciones importantes del país, seguirán en mayor o menor grado el singular estilo que ésta había implantado, considerado como el primero genuinamente norteamericano v gracias al cual Estados Unidos logró en gran manera superar la imitación indiscriminada de los historicismos europeos. Si la Trinidad de Nueva York de Upjohn popularizó durante buena parte del XIX el gótico victoriano en Norteamérica, la Trinidad de Richardson creó un novedoso modelo de iglesia, cuyo éxito fue infinitamente mayor.

La iglesia de la Trinidad había de ocupar un destacado solar en el lado este de lo que posteriormente sería la plaza Copley, el único espacio abierto del elegante distrito residencial de Back Bay. La planta del templo será una versión ampliada y modificada de la iglesia Brattle, último edificio religioso construido por el arquitecto, completándose el proyecto con una casa parroquial rectangular cuyos lados serán paralelos a los de la iglesia. Con respecto al cercano templo de la Commonwealth, la Trinidad desarrollará unas cuantas novedades: un profundo presbiterio semicircular que proveerá al edificio de un cuarto brazo, unas naves laterales más anchas y largas, una fachada principal franqueada por torres. una linterna cuadrada sobre el crucero y un singular tratamiento de los muros. Así, la iglesia llamará poderosamente la atención por la inteligente combinación de materiales, granito rosado sin pulir Milford y piedra arenisca parda de Longmeadow, que vinieron en sustitución de la piedra pudinga de Roxbury con la que el arquitecto había construido la iglesia Brattle. El gusto por la policromía lo tomó Richardson de las iglesias francesas de Auvernia, a cuyo conocimiento llegó, según Hitchcock, por el libro de Henri Revoil, Architecture du Midi de la France (1873), texto que consta estuvo en su biblioteca.

Distintas referencias históricas están indudablemente presentes en el edilicio, si bien éste en su pintoresquismo y concepción general dista mucho de las arqueológicas y poco creativas construcciones europeas del momento. El volumen piramidal de la iglesia vista desde el este recordará los templos de Auvernia, y en cuanto al pórtico, construido por los sucesores de Richardson, Sheplev, Rutan y Coolidge entre 1878 y 1886, la inspiración vendrá del románico provenzal de las iglesias de San Gil y San Trófimo de Arlés. La monumental torre del crucero será por su parte una audaz adaptación del cimborrio de la catedral vieja de Salamanca, a cuyo conocimiento llegó Richardson gracias a fotografías suministradas por el pintor de la Trinidad, John La Farge, y por la lectura del libro de Street publicado en Londres en 1865, Some Account of Gothic Architecture in Spain.

Sólo esta última influencia parece haber sido específicamente reconocida por sus contemporáneos, aunque la mayor parte de ellos, que suponían que toda arquitectura del siglo XIX que tuviera un valor había de derivar necesariamente de uno u otro estilo del pasado, creyeron que Richardson iniciaba aquí un neorrománico nacional. Idea ésta que el arquitecto lejos de reprobar, alimentó. Y daba igual que el curioso techo de madera de doble curva con armadura de pendolón de la iglesia derivase de ejemplos publicados de techos similares o proyectados por Burges en el Reino Unido, y que el interior del templo, decorado por el pintor John La Farge, estuviera alhajado con vidrieras prerrafaelistas de William Morris y Burne-Jones, pues hacia 1877 era ya general la creencia que Richardson había creado con la Trinidad de Boston un auténtico estilo norteamericano en arquitectura.

Durante los años que duraron las obras de la Trinidad, Richardson contará con un nuevo ayudante, Stanford White (1853-1906), al abandonar McKim su estudio para poder viajar por Europa y recibir educación en Paris. Resulta a este respecto curioso comprobar cómo los que estuvieron más cerca de Richardson durante la maduración dc su estilo, McKim y White, rara vez le imitaron e incluso emprendieron con los años una reacción contra lo «richardsoniano», recayendo por el contrario la popularización del arte del maestro en los miembros de menor protagonismo del estudio.

El éxito obtenido en el templo de la Trinidad habrá de servirle a Richardson para obtener nuevos e importantes encargos, en los que continuara experimentando con el leguaje formal definidor de la iglesia bostoniana, caracterizado por un tratamiento libre, individualista y poco arqueológico del románico francés, por un particular gusto por los muros fuertes y macizos, por la utilización de arcos anchos y bajos, y por la combinación del granito rústico Milford y la piedra arenisca parda de Longmeadow. Así, durante sus diez últimos años, Richardson proyectara una serie de bibliotecas públicas para ciudades pequeñas, que resolverá atendiendo principalmente a las conquistas logradas en la iglesia de la Trinidad. Su primera biblioteca será la Winn en la ciudad de Woburn, en Massachussets, encargo de marzo de 1877. En septiembre del mismo año y bajo el patrocinio de la familia Ames proyectara para North Easton su segunda biblioteca, un diseño básicamente rectangular con las tres habitaciones principales, depósito, vestíbulo y sala de lectura dispuestas longitudinalmente.

No obstante, su mejor trabajo bibliotecario lo construirá en 1880 en la ciudad de Quincy, cerca de Boston, obra de sentimiento románico, pero que en modo alguno será copia de arquitecturas antiguas. En planta el edilicio de Quincy continuará la esmerada ordenación, propia por lo demás de una educación parisina, característica de todas sus bibliotecas. De nuevo la planta estará formada por la unión de tres elementos, almacén, vestíbulo y local de lectura colocados longitudinalmente formando un rectángulo. El depósito de libros estará organizado, como ya era costumbre, en un conjunto de pequeñas habitaciones en hilera, pero para el techo Richardson substituirá la peculiar bóveda en forma de barril propia de sus anteriores trabajos por una cubierta plana. Para los muros del edilicio el arquitecto se servirá una vez más del granito Milford y de la piedra marrón de Longmeadow. El diseño exterior de la biblioteca llamará poderosamente la atención por las altas franjas de ventanas de las alas del depósito, versión monumental, en piedra de la ventana corrida (o de cinta) de Shaw, por el muro-ventana con montantes de piedra de los extremos, e igualmente por la torreta que oculta las escaleras y por el cavernoso arco de entrada, motivos éstos de origen paleocristiano sirio y no románico del Mediodía francés. Sin embargo, el elemento que será más copiado en adelante de esta biblioteca será la famosa “buhardilla-párpado”, invención de Richardson que se popularizará con gran éxito en la década de los ochenta.

El mismo año del encargo de la biblioteca de Quincy, Richardson ganará el concurso para construir el ayuntamiento de Albany, ciudad en la que ya tenia otra importante encomienda: el Capitolio del Estado. El edificio construido entre 1881 y 1883 por los hermanos Norcross utilizando el tradicional granito rosa de Milford y la piedra arenisca parda de Longmeadow en sillares dispuestos aleatoriamente vendría a sustituir al primitivo concejo de la población, de 1829, de estilo clásico dórico y con elegante cúpula, destruido por el fuego en 1 880.

El ayuntamiento de Albany estará animado, como el conjunto de bibliotecas proyectadas por Richardson por un sentimiento general románico, pero nuevamente el arquitecto va más allá de la simple imitación de modelos del pasado, por otra parte para este caso inexistentes, para definir un lenguaje propio y original. El edificio se resolverá con una planta rectangular con tres pisos y buhardilla en su frente, y dispondrá de una airosa torre cuadrada de 62 metros destinada a archivo y terminada en cubierta piramidal e igualmente de otra menor cilíndrica ocupada por escaleras en su esquina sudoeste, ambas de singular diseño medieval. La escasez de presupuesto con el que hubo de atender Richardson a las obras le impidió dedicar la atención debida al interior dcl edificio, del que nunca se sintió contento. El arquitecto se comportará así, como “un gran exteriorista”, definición acuñada por Wright para definir la arquitectura de Richardson, y que aquí más que nunca tiene plena justificación. La parte más elaborada del conjunto estará en la fachada principal, en la que sobresale la entrada de triples arcos abocinados románicos de medio punto que sirven de acceso al inmueble y la logia superior de la Cámara del Senado enmarcada por cuatro potentes arcos semicirculares. El ayuntamiento de Albany servirá de modelo para muchos otros edificios públicos de los años siguientes y no sólo en Norteamérica. Su prestigio se dejará sentir también en Canadá, que por estas fechas substituirá la influencia inglesa por la del país vecino. En este sentido, el edificio más significativo será el ayuntamiento de Toronto, obra del arquitecto E. J. Lennox, construido entre 1889 y 1899.

También para la ciudad dc Albany, Richardson proyectará en marzo de 1883 su catedral, concebida por el arquitecto como un monumental edificio con planta en forma de cruz, larga nave, transepto, coro y un presbiterio semicircular dentro del peculiar estilo románico suyo. No obstante, al considerar los promotores que la propuesta de Richardson era demasiado cara y el plan poco satisfactorio, el encargo recaerá finalmente en el inglés Robert W. Gibson (1854-1927), quien atendió a su ideación en gótico victoriano.

En todas las obras mencionadas Richardson dejará constancia clara de su interés por la piedra. No obstante, su sensibilidad hacia los materiales se pondrá también de manifiesto igualmente en el ladrillo y en las envolturas imperiosamente tensas de sus casas de Estilo de Ripias, que están entre las primeras de su género. Así, en la construcción del edificio Sever (1878-1880), edificio de aulas para la Universidad de Harvard, en Cambridge, Richardson abandonará el granito sin pulir y la piedra arenisca parda, materiales cuyo empleo marcaría el grado de su influencia sobre otros arquitectos, por el ladrillo rojo de los edificios vecinos del siglo XVlll del viejo Harvard Yard. Imitará incluso los sencillos volúmenes oblongos de estos edificios georgianos bajo su gran cubierta a cuatro aguas de teja roja. Dotará a la fachada principal de un frontón bastante shaviano, con intención de integrar el edificio con el resto de las estructuras colindantes de la era colonial, y se dejará influir por la arquitectura coetánea inglesa de Stevenson, Godwin y Shaw en los montantes de ladrillo moldurado de los grupos de ventanas, y en los ricos paños de ladrillo tallado con ornamentación floral. Sin embargo, el conjunto, que es casi tan fuerte y viril de escala como las bibliotecas de granito y piedra parda, se amalgama en una composición tan ordenada que identifica a Richardson, al igual que la fachada principal con su profundo arco sirio y sus dos miradores que parecen torres medievales.

La planta rectangular dcl edificio se resolverá interiormente en forma de cruz, disponiendo el arquitecto de forma ordenada las aulas y demás dependencias. La fachada norte, que carece de ventanas, será ocupada por un gran salón de actos. Precisamente serán las ventanas colocadas en grandes grupos las que centren el interés compositivo de la obra.

La experiencia del edificio Sever permitirá a Richardson atender en un estilo similar, en abril de 1879. la rectoría de la iglesia de la Trinidad, encargo que obtuvo gracias a su amigo el párroco Phillips Brooks. Durante el proceso dc diseño, el arquitecto ideó primeramente una casa en gótico victoriano con vistosos gabletes, pensamiento que irá abandonando al tiempo que dibujaba los planos definitivos para el edificio de Harvard. La rectoría de la Trinidad construida en ladrillo rojo de la fábrica Sands de Cambridge y en piedra marrón de Longmeadow, dispondrá de fachada asimétrica pero de composición equilibrada y de la consabida entrada cavernosa de Richardson cobijada bajo arco sirio. De nuevo el arquitecto se servirá, en este caso en el segundo piso y alineados con las ventanas, de paneles tallados con temas vegetales como únicos asuntos decorativos para singularizar la construcción. Con anterioridad a la reforma de 1893 que aumentó un piso al edificio, la cubierta inclinada quedaba interrumpida en los extremos por dos elementos transversales que acogían a dormitorios de diferente tamaño, lo que parece querer traducirse al exterior por el diferente tratamiento de las ventanas.

Durante la década de los ochenta Richardson construirá no pocas mansiones y residencias privadas en ladrillo rojo en Boston y Washington. (Higginson House, Anderson House, Henry Adams House y la Benjamín H. Warder House, entre otras), pero decidirá retomar su personal estilo románico para los encargos institucionales más ambiciosos. Es el caso del edificio Austin (1881-1884), inmueble construido por el empresario naval Edward Austin en memoria de su hermano Samuel para facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, y en el que éste invirtió 100.000 dólares. El edificio con planta en forma de T estará formado por dos alas laterales destinadas a aulas, un gran volumen central ocupado por habitaciones para diversos servicios de apoyo a la docencia, y un cuerpo posterior cuadrado reservado para paraninfo, organización espacial que se intuye en el exterior por el diferente tratamiento de muros y ventanas. No obstante, lo característico del edificio Austin será su policromía y rica decoración en la que Richardson desborda imaginación. Levantará los muros en piedra arenisca parda dispuesta en sillares rústicos colocados aleatoriamente, que combinará con granito amarillo de Ohio, sirviéndose de ambos materiales para los abundantes detalles ornamentales existentes en la construcción. El resultado será un edilicio muv llamativo y nada académico, cuya acertada composición volumétrica exterior estará animada por una policromía conscientemente buscada con voluntad de romper el carácter tradicional de la arquitectura escolar de Harvard. Ya dentro lo decorativo tendrá un peso menor a excepción de la chimenea del salón de descanso v de las vigas entrelazadas que cubren todo el espacio interior, talladas con cabezas de dragones y jabalíes.

Aunque la arquitectura pública e institucional como queda demostrado fue la principal y más sentida de las preocupaciones de Richardson a lo largo de sus veinte años de vida profesional, el arquitecto firmará igualmente numerosos proyectos de viviendas unifamiliares para gente acomodada, que dibujó bien en el estilo vernacular local al que tanto contribuiría, el «Shingle Style», bien dentro del vocabulario románico propio. El “Shingle Style” norteamericano había de basar su identidad en el estilo pintoresco inglés popularizado por Richard Norman Shaw (1831-1912) en Surrev, al sudeste del Reino Unido, y conocido como estilo Reina Ana, si bien sustituirá el revestimiento de tejas inglés de los muros por ripias, material de revestimiento usado durante mucho tiempo en el país para las cubiertas, y que acabó adueñándose de la totalidad de los exteriores de los edificios campestres. La arquitectura de ripias no será en modo alguno un invento de Richardson, pero después de adoptar éste a partir de 1 872 para la mayoría de sus casas de campo, ciertamente la hará muy suya, de tal forma que su popularización como estilo característicamente norteamericano para las casas aisladas, se confundirá con su obra y la de sus discípulos, McKim y White. Con sus casas de ripias que cubrían lodos los muros acentuando la continuidad de la superficie exterior como una piel extendida sobre la estructura interna de montantes de madera del edificio, Richardson retomará el pasado colonial del país con la intención de definir una arquitectura doméstica nacional antimonumental y antiurbana y orgullosa de su apariencia honesta y democrática. Volverá así el arquitecto de nuevo a mirar hacia atrás, pero en este caso no hacia la historia lejana del mundo medieval sino, al igual que Morris, hacia aquellos días más sencillos de antes de que la industria hubiese cambiado el mundo.

De entre los edificios de ripias pioneros de Richardson el único que permanecerá en pie será la villa del banquero William Sherman, casa que el arquitecto construyó en 1874 en el elegante pueblo de veraneo de Newport (Rhode lsland). Primitivamente la residencia Sherman que obedecía a una planta rectangular con las habitaciones de diversas formas y dimensiones dispuestas en composición asimétrica y comunicadas libremente entre si en torno al vestíbulo, mudó su apariencia en 1879, año en que Stanfhrd White extendió la casa hacia el este cambiando la planta original por una L. El edificio será levantado sobre un primer cuerpo dc mampostería richardsoniana de granito rosa de Milford con guarniciones en arenisca parda, cubriéndose los muros y los altos tejados con ripias cortadas en formas decorativas inspiradas en las tejas colgantes de Shaw. Recuerdo de la arquitectura dc Shaw son igualmente el hastial de la tachada principal, medio enmaderado, con decoración pintada sobre el enlucido intermedio, la ornamentación esculpida sobre las tablas de la cercha del hastial y la colocación de la biblioteca en el ángulo de la parte posterior terminada en un resalto redondeado, motivo éste que Wright copiará más tarde.

No obstante, la mejor contribución de Richardson a la arquitectura de ripias, según la mayoría de los autores, será la casa de la señora Mary Fisk Stoughton (1882-1883), en la calle Brattle de Cambridge, edificio en el que el arquitecto eliminó cualquier rastro de la obra de Burges y de Shaw, y para el que buscó inspiración en el aspecto natural, despreocupado y sencillo de las viejas casas coloniales norteamericanas. Tal será el éxito de esta residencia que acabará definiendo el tipo de vivienda media norteamericana, caracterizada por su revestimiento exterior de tejas de madera, cuyo principal valor será la amplitud y comodidad de los espacios interiores, como en la casa Sherman, el vestíbulo de la residencia Stoughton se extenderá desde la fachada principal a la posterior, y las escaleras se elevarán en un cuadrante sobre la entrada, a la que se accede a través de una logia retranqueada en el bloque principal del edificio. En el exterior las superficies de ripias de un gris lavado por el tiempo, interrumpidas solamente por grupos de ventanas, modelarán el complejo volumen dentro de una L unificada. Una casi oculta torre de escalera unirá con su forma redondeada los tejados a dos aguas de las dos alas del edificio en ángulo recto.

La planta de la casa Stouhton será de nuevo utilizada por Richardson para su última vivienda unifamiliar importante: la casa Glessner de Chicago, edificio de diseño muy cuidado que el arquitecto construirá con sillería de granito sin pulir de Wellesley en sus muros exteriores colocada en líneas horizontales dc variada anchura, y ladrillo rosado con embellecedores de piedra caliza gris en los alzados del patio interior de la vivienda. El promotor John Jacob Glessner dio a Richardson total libertad en cuanto al estilo y decoración interior de la casa, brindándole con ello una oportunidad única para desarrollar su talento. Pero si para la “imagen” del edificio Richardson impuso su personal románico, en los interiores los comunes intereses de arquitecto y propietario harán de la Glessner uno de los ejemplos más representativos, sino el mejor, en Norteamérica del Movimiento inglés de las “Arts and Crafs”. La admiración del señor Glessner por William Morris y los prerrafaelistas ingleses, como lo demuestra su bien nutrida biblioteca, y la amistad que Richardson mantuvo con el diseñador y teórico Morris, explican la atención que ambos dedicaron a la decoración interior de las diferentes habitaciones de la casa. Así los papeles pintados, los entelados y las alfombras son en su totalidad de la Compañía de Morris, estando firmados igualmente todos los demás trabajos por diseñadores importantes: los muebles serán de Francis Bacon, las lámparas de W. A. S. Benson, las cerámicas de William De Morgan, y las pinturas de E. Burne-Jones.

Los últimos años de la vida de Richardson serán de un trabajo abrumador. Nunca hasta entonces su estudio había tenido tantos encargos, ni tampoco tan variados ni de procedencia geográfica tan diversa. De estos trabajos finales destacan por su interés las pequeñas estaciones suburbanas que el arquitecto proyectó para la línea férrea Boston & Albany, y dos edificios monumentales, la cárcel y el Palacio de Justicia de Pittsburg y los almacenes Marshall Field de Chicago, obras que están entre sus proyectos más logrados. El conjunto de estaciones de la línea Boston & Albanv le será encargado a Richardson entre febrero de 1881 y julio de 1885 por su viejo compañero de estudios de Harvard, James Rumrill. Para él, Richardson diseñó las estaciones en su mayoría de pequeñas dimensiones y dentro del lenguaje pintoresco con la finalidad de dar que le caracterizaba, protección a quienes diariamente abandonaban los suburbios para ir a trabajar a las ciudades, personas comúnmente llamadas “commuters”, vocablo expresamente inventado en 1870 para definir a quienes ocupaban buena parte del día en ir de su lugar de residencia a su oficina o centro laboral. Uno de los méritos de Richardson será el de integrar sus rústicas estaciones dentro de un entorno paisajístico cuidado y respirable, para lo que contó de nuevo con la colaboración del teórico, jardinero y urbanista Frederick Law Olmsted.

La muerte sobrevendrá a Richardson antes de estar concluidas las obras de la cárcel y el Palacio de Justicia de Pittsburg, edificios independientes pero conectados por un gran puente de inspiración veneciana: el conocido como el de los Suspiros, popularizado por el director de cine Gilliam Armstrong en su película de 1984, “Mrs. Soffel”. Ambos edificios de escala piranesiana levantados en granito rosa de Milford en sillares dispuestos en bandas anchas v estrechas en alternancia, estarán trabajados genéricamente dentro de la particular sensibilidad románica del arquitecto, y en conjunto mostrarán el sumario de habilidades y recursos compositivos maduros de Richardson.

Igual de audaz y casi tan piranesiano de escala y fuerza como la cárcel de Pittsburg, será la última obra importante de Richardson: los almacenes Marshall Field de Chicago. edificio destruido en 1930 pero que dejará una importante huella en la ciudad y en particular en la obra temprana de Louis Sullivan (1856-1924). Richardson aceptará el encargo de los almacenes Marshall Field en abril de 1885, elaborando con tal motivo un primer esquema rectangular con un gran patio central de luces. No obstante, pronto abandonará esta solución y dibujará la planta definitiva en forma de U con una dársena de descarga en su centro a la que se accedería desde la calle Quincy. Además, según su propuesta final de octubre de 1885, esta dársena estaría cubierta por un techo acristalado soportado por una estructura de hierro, finalmente no construido por sus sucesores Shepley, Rutan y Cloolidge. El edificio será diseñado con sótano y siete pisos, cada uno de los cuales estará dividido en tres secciones rectangulares por muros contra incendios en dirección norte-sur. Las diversas plantas, por lo demás abiertas, serán sostenidas por una rejilla de columnas, desde el sótano hasta el tercer piso de hierro protegido con terracota, y desde la cuarta a la séptima planta de madera de construcción pesada. Los paramentos exteriores serán en su totalidad de piedra sin pulir colocada en tiras por petición expresa del promotor, el comerciante Marshall Field. De acuerdo con su exigencia la planta baja se levantará con granito rojo de Missouri y las restantes con piedra arenisca parda de Longmeadow, con la particularidad de que las dimensiones de los sillares decrecerán a medida que los muros se eleven, al igual que lo que ocurrirá con las dimensiones de las ventanas. Estas marcarán fuertemente la composición general, de forma que el arquitecto se servirá de ellas para singularizar el edificio. Así, agrupará Richardson las ventanas de encima de la primera planta bajo grandes arcos de inspiración románica, cuyo ritmo doblará luego y cuadriplicará en los pisos más altos.

Con los almacenes Marshall Field, Richardson creará el primer prototipo de edificio comercial en Norteamérica. Difícilmente podría llegarse más lejos con muros portantes de sillería. Pero W. Holabird (1854-l923) y M. Roche (1853-1927) demostrarán poco tiempo más tarde con su edificio Tacoma (1889), también en Chicago, que era posible superar la obra de Richardson, mostrando a todos qué el futuro seria de aquellas construcciones que permitieran que las estructuras portantes metálicas internas soportasen los revestimientos exteriores de fábrica, revolución ésta que el arquitecto no llegará a conocer al morir el 27 de abril de 1886. A la Escuela de Chicago le estará reservado este privilegio.

Referencias

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Xosé Fernández Fernández: LA ARQUITECTURA DE H. H. RICHARDSON
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Alberto Mengual

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