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Fernando Martínez Sanabria
Fernando Martínez Sanabria (Madrid, 1925 - Bogotá, 26 de diciembre de 1991) fue un arquitecto colombiano nacido en España. Llegó a Colombia en 1938 a causa de la Guerra Civil Española, fue profesor de la Universidad Nacional de Colombia, y es considerado como el pionero de la arquitectura orgánica en Colombia. Dentro de sus obras más representativas se encuentran la renovación urbana de la plaza de Bolívar, la Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional, la plaza de acceso a la Universidad Nacional sobre la avenida NQS y el edificio de la Caja Agraria en Barranquilla.
Martínez Sanabria viajó a Colombia con sus padres, Fernando Martínez Dorrien, publicista fundador de la revista Stampa, e Isabel Sanabria, en 1938, a raíz de la guerra civil española. Ingresó al Gimnasio Moderno de Bogotá y se graduó como arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia.
Fue en la Facultad de Arquitectura, creada en 1937 por varios ingenieros y arquitectos que estudiaron en Europa lo que le imprimió desde un principio una fuerte influencia del racionalismo europeo donde Martínez Sanabria se formó dentro de esa nueva corriente, especialmente al convertirse en asistente de Lecorbusier (seudónimo de Charles Edouard Jeanneret) en 1947. Esta influencia se puede apreciar en sus primeros proyectos profesionales, como la serie de casas económicas para la ciudad de Tumaco, realizado bajo la dirección de Joseph Wienner y José Luis Sert en el Ministerio de Obras Públicas, donde comenzó a trabajar después de graduado en 1948. Paredes lisas que van demarcando la circulación, colores claros (casi siempre blanco), esquemas sencillos, sobrios y funcionales son algunas de las características de su arquitectura de esta época. Martínez participó también en proyectos de casas unifamiliares como las del Banco Central Hipotecario del barrio Veraguas, en 1956, donde la luz y los colores fueron estudiados en busca de la libertad del espacio. En 1951 se asoció con Jaime Ponce de León, y más tarde con Guillermo Avendaño, con quien realizó gran parte de sus proyectos. Desde 1957, en la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, Martínez Sanabria participó ampliamente en las discusiones sobre la función que debía cumplir esta profesión dentro de la dinámica del desarrollo. El proyecto del Colegio Emilio Cifuentes (en Facatativá, Cundinamarca) fue el resultado de sus propias inquietudes al respecto. Esto marcó un cambio sustancial en la historia de la arquitectura colombiana, que dejó atrás el racionalismo para adentrarse en la llamada arquitectura orgánica: Los principios de ubicación del sitio, la importancia del espacio que se circula y se vive, de la naturaleza de los materiales, la distribución del ángulo rector y el cubo [...], decía Martínez. Con este proyecto, que además despertó una gran controversia, se ganó la I Bienal de Arquitectura Colombiana en 1960. Sus trabajos e investigaciones fueron mostrando nuevas influencias, como las de Frank Lloyd Wright, Alvar Aalto y Hans ScharQúm, considerados usualmente disidentes de las grandes corrientes internacionales.
El año de 1960 fue el más significativo en la obra de Martínez Sanabria, pues realizó grandes anteproyectos y proyectos que fueron premiados. En 1959 se convocó un concurso para la remodelación de la Plaza de Bolívar de Bogotá, con el fin de celebrar el sesquicentenario de la Independencia. El proyecto de Fernando Martínez y Guillermo Avendaño fue el ganador. Una de las motivaciones para este proyecto, considerado su obra maestra, fue darle a la Plaza de Bolívar el valor y la función que toda plaza pública debería tener. La sobriedad, imponencia y sencillez en el diseño de la plaza, que concuerda con los edificios que la rodean, así como la objetividad del mismo, marcan una victoria en la búsqueda de un mejor ambiente urbano. La nueva plaza fue inaugurada el 20 de julio de 1960. Las creaciones de Martínez Sanabria fueron adquiriendo más libertad y dinamismo combinadas con formas geométricas. El acoplamiento con el espacio circundante, el diseño de interiores, los muros curvos, la utilización de diferentes niveles, los techos inclinados, las aperturas y, principalmente, la funcionalidad, uno de los sellos indelebles de su obra, se pueden apreciar en muchas de sus realizaciones: las casas Ochoa, Calderón, Santos y Wilkie, un edificio de apartamentos construido en 1961 y el edificio Caja Agraria de Barranquilla (primer premio de concurso en 1961), entre otras.
Otro aporte importante de Martínez, además de la integración del conjunto arquitectónico al lugar creando un paisaje, fue la utilización de materiales de la región. Ejemplos de esto se pueden apreciar en Barranquilla en el edificio de la Caja Agraria, donde utilizó el concreto, y en Bogotá, el ladrillo, que según sus propias palabras es ideal para formar grandes planos lisos, carentes de ornamentación y perforados discretamente por sus aperturas. Con el diseño del Centro Infantil San Antonio, Martínez obtuvo el segundo premio, en 1960; ese mismo año obtuvo el primer premio de concurso con el diseño del Centro Infantil de Sesquilé; y el segundo premio, con el anteproyecto de la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional. Con Rogelio Salmona, Guillermo Avendaño y G. Vidal, obtuvo el primer premio del concurso para un edificio de oficinas en la zona de San Martín, en Bogotá. En 1963, Martínez, Salmona y Avendaño realizaron un anteproyecto de concurso para el edificio de Avianca, que fue muy controvertido. En 1965, con los arquitectos G. Avendaño, E. Sotomayor, I. Gómez y R. Gómez, ganó el primer premio con el proyecto del Edificio de la Caja Agraria de Pasto.
En este mismo año recibió mención de honor por el anteproyecto del centro turístico Euro-Kursaal, en San Sebastián (España). Obtuvo el segundo puesto por el anteproyecto del Edificio de Aduanas de Cúcuta, en 1966, y por el de Bogotá, en 1967, recibió el primer premio. Por el Motel Isla de Salamanca, recibió el segundo premio en 1968. Ocupó el tercer puesto con el anteproyecto del Edificio Nacional de Manizales, en 1969, y con el del edificio del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), en Bogotá, el segundo premio en 1970, en colaboración con G. Avendaño y G. Vidal. Participó con un grupo de arquitectos en el diseño de la Ciudad Universitaria del Valle, y recibieron por ello el Premio Nacional de Arquitectura en 1973, y el segundo premio en el concurso nacional por la sede del Club Manizales. En 1978, en colaboración con G. Avendaño y F. Montenegro, obtuvo los primeros premios de concurso por el complejo bancario en Bucaramanga y por la ampliación y remodelación del Hotel Bucarica. Otras obras de importancia fueron la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá; la estructura del Hotel Hilton, construida inicialmente como edificio residencial y luego adaptada para hotel; el proyecto para la Biblioteca Pahlavi, en Teherán; y el Edificio de Bavaria, en 1990.
Además de su actividad profesional como arquitecto, Fernando Martínez Sanabria fue catedrático de la Universidad Nacional, nombrado profesor emérito de la Facultad de Arquitectura, y catedrático de la Universidad de los Andes, en el departamento de Bellas Artes. Aunque su actividad profesional fue disminuyendo en los últimos años, su influencia en jóvenes generaciones es bastante notoria, especialmente con relación al aprovechamiento del paisaje para incorporarlo al espacio interior, utilizar la luz natural a través de ventanas bien ubicadas, procurar una comunión entre la edificación, el espacio urbano y el paisaje, y satisfacer las necesidades del individuo. El jurado de la XII Bienal Colombiana de Arquitectura, versión 1992, creó un premio al diseño arquitectónico en homenaje a la obra y enseñanza de Fernando Martínez Sanabria. Cuando murió, algunos de sus grandes amigos dijeron: Nuestra arquitectura no sería como es, y es muy buena, sin Chuli (Hernando Santos); Es creador, formador, maestro, tres títulos lo harán inolvidable entre quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y tratarlo (Alberto Zalamea). Martínez también incursionó en las artes plásticas y varias de sus obras se encuentran en colecciones particulares e institucionales. Ilustró los libros Vientos (1965), Crónica (1966) y Pájaros (1985) de Saint-John Perse, en sus versiones en castellano de Jorge Zalamea. Fue experto en música clásica, coleccionista de obras de arte y descubridor de talentos, como los artistas Bernardo Salcedo y Feliza Bursztyn y el fotógrafo Hernán Díaz. Su pasión por las carreras de caballos lo llevó a participar en el nacimiento del Hipódromo de los Andes. En sus últimos años dedicó gran parte de su tiempo a uno de sus mejores pasatiempos: la cría de ejemplares de pura sangre, en su finca de Sopó en las afueras de Bogotá. Falleció en 1991, nueve años después de haber adquirido la nacionalidad colombiana.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/martfern.htm |