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Facultad de Ciencias Biológicas y Geológicas

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Facultad de Ciencias Biológicas y Geológicas

La Facultad de Ciencias Biológicas y Geológicas de Oviedo, fue proyectada en 1965 por el arquitecto asturiano Ignacio Álvarez Castelao como un conjunto formado dos edificios bien distintos pero complementarios que encaja perfectamente en su entorno; el aulario, en forma de concha, y el reservado a laboratorios, despachos, seminarios y bibliotecas de los departamentos, mucho más vertical.

La colaboración con empresas eléctricas seguramente reveló a Castelao el potencial expresivo de las construcciones industriales y los materiales estructurales vistos, sobre todo del acero y el hormigón. En los años sesenta se adentró entonces en una vía formal cercana al brutalísimo que, sin abandonar raíces orgánicas, usaba la construcción como fuente de recursos formales. Esta obra supone la culminación de esta etapa y de toda su carrera.

Situado en el lado Norte de una manzana sembrada de edificios docentes de composición simétrica, con unas ordenanzas que exigían edificación abierta, se divide en dos piezas formal y funcionalmente diferentes: edificio de departamentos y aulario. El primero, un prisma de base en L, se levanta en altura, cobijando de los temporales al aulario, en su ángulo interior. Este se repliega alrededor de un vestíbulo cilíndrico, con una rampa que va dando acceso a ocho aulas de distinta capacidad. De esta forma, el bloque de departamentos define los límites de la manzana presentando un alzado a la ciudad, mientras el aulario crea dentro de la misma un entorno ajardinado más libre, evitando las simetrías de sus edificios vecinos, frente a cuyas monumentales entradas propone una dividida en varias al aulario y otra, escondida, a los departamentos.

Aunque el autor justificase la altura de uno y la concentración del otro por la imposibilidad de extenderse en horizontal en la limitada parcela y huir de los deshumanizadores pasillos, la claridad de la idea germinal impregna toda la obra con tal fuerza y fortuna que evita pensar en otros esquemas posibles. Se basa ésta en la oposición de lo orgánico y lo mineral, declaradas referencias al destino del edificio, en dos piezas que se acentúan mutuamente, sirviendo la trama de una de fondo a las formas de la otra. Esto se advierte claramente en la propia geometría de cada una, siendo brillante la solución del aulario.

Las aulas, de planta triangular, adosan su hipotenusa al cateto de la siguiente, en un esquema radial octogonal, de apariencia centrífuga, pero sobriamente contenida. Su suelo inclinado y su diferente tamaño hacen que sus alturas vayan cambiando progresivamente. Al mantener todas las cubiertas en una misma cota, van quedando espacios bajo ellas, en los que se sitúan las entradas y otros locales de servicio, adaptándose, en general, a los desniveles del terreno.

Los contrastes continúan en la composición, construcción y materiales de cada parte. Mientras los departamentos, con una distribución flexible y modulada, se soportan en una estructura metálica, el aulario aúna divisiones y estructura en unos ásperos muros de hormigón entre los que se suspenden ligeros cerramientos de vidrio y lamas. En cambio, el cerramiento del bloque consiste en un mecano de tres piezas prefabricadas de piedra artificial que lo en vuelve sin discontinuidades. La cubierta inclinada del aulario y la plana del bloque; el espacio casi cavernario y congregador del vestíbulo frente al repetitivo y claro de los laboratorios, insisten en este juego de contrastes.

La exposición de los elementos constructivos le dan un carácter de artefacto, en profundo diálogo con su expresiva plasticidad. Además, su índole algo objetual y la pragmática aridez con que se resuelve el amueblamiento, compensado por la experiencia vital directa que su variedad espacial y secuencial fomentan, amplían la coherencia conceptual del edificio, más allá de lo puramente formal.

Se trata, en suma, de un buen ejemplo de los muchos basados en la tensión entre dos mundos aparentemente irreconciliables, que hemos heredado de la tradición moderna.

Planos

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Situación


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Referencias

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- Gerardo Arancón:

Conrad von Soest, 'Brillenapostel' (1403).jpg
VV.AA.: Arquitectura Moderna en Asturias, Galicia, Castilla y León. Ortodoxia, Márgenes y Transgresiones, C.García Braña y F. Agrasar Quiroga Ed. ISBN 84-85665-31-7


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Alberto Mengual

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