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Fábrica Duval
El encargo de reconstrucción de la Fábrica Claude y Duval a Le Corbusier lo realiza en 1951 su amigo Jean-Jacques Duval, industrial en géneros de punto, quien ya en 1945 había mediado ante las instituciones políticas de Saint Dié para que se le encargara el proyecto de reconstrucción de la ciudad.
Duval le encarga la reconstrucción de su propia fábrica, parcialmente destruida en los incendios de finales de 1944, durante la liberación de la ciudad por las tropas aliadas, que afectaron básicamente a la parte delantera del conjunto aunque se conservaba el cuerpo posterior. Bajo la premisa del respeto a lo que aún se mantenía en pie, Le Corbusier acomete la construcción de un nuevo edificio sobre las ruinas del antiguo cuerpo frontal, reutiliza materiales de los restos de éste (la piedra natural que cierra los laterales de la nueva obra, de planta rectangular), y cose ambos cuerpos, conectándolos a través del vestíbulo de la planta baja.
La manufactura Duval será su primera obra tras la finalización del conflicto bélico y sobre ella verificará buena parte de sus reflexiones y teorías. Por un lado, es una inmejorable oportunidad para poner en práctica las excelencias arquitectónicas ensalzadas por Le Corbusier sobre la esencialidad de los volúmenes primarios de la tipología fabril.
Paralelamente, la fábrica se desarrolla siguiendo el pautado armónico del Modulor, lo que garantizará el equilibrio y proporción de todos sus componentes, y aplica un cuidadoso tratamiento cromático tanto en los techos (que contrastan vivamente con la áspera textura del hormigón) como en los elementos de carpintería y las instalaciones (azul para la fontanería, verde para los conductos del aire acondicionado y amarillo para la electricidad).
En efecto, los distintos elementos arquitectónicos son tratados y descritos por Le Corbusier como componentes de una sinfonía, un encadenamiento de acontecimientos que, desde las Inmediaciones del acceso de la planta baja hasta las oficinas y la terraza que coronan el edificio, constituyen un todo autosuficiente y armónico que el arquitecto agrupa y enumera.
- "Hay tres conjuntos:
- La columnata de los pilares a la vista;
- El paralelepípedo de los talleres;
- El coronamiento de las oficinas y el jardín de invierno.
- Hay, además, tres cadencias, ritmos diferentes:
- a) La separación del esqueleto que lleva hormigón armado: pilares, vigas y losas;
- b) El entramado (de hormigón) del parasol de la fachada de los talleres;
- c) La redecilla del tabique de vidrio (construcción en roble) que se extiende detrás de los parasoles y delante de los talleres y de las oficinas"
Así, los pilotis que soportan el edificio liberan un espacio cubierto (al Igual que sucede en la unité de Marsella, construida en esos mismos años) que será utilizado en esta ocasión para albergar el aparcamiento de bicicletas; el espacio de los talleres se organizará según un eficaz encadenamiento de funciones, desde la recepción de las materias primas hasta el empaquetado final del producto y su almacenaje en los muelles de carga tras cumplir todo el proceso de elaboración (corte, cosido, planchado); y la rampa, protagonista de la promenade architecturale, deviene aquí tobogán o tolva que transporta los productos de un espacio a otro.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
José Baltanás: Le Corbusier, promenades, Gustavo Gili ISBN 84-252-2002-5 |