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Esclerómetro
El funcionamiento del esclerómetro se basa en la medida del rebote de una masa de acero, impulsada por un percutor, que choca contra el hormigón sobre una superficie de contacto. Se obtiene información a través de la dureza superficial del hormigón (3 o 4 cm más superficiales). Los valores que se obtienen se llaman “índice esclerométrico” o “índice de rebote”. La cantidad de energía recuperada en el rebote, permite obtener un índice de dureza de la superficie ensayada sobre una escala graduada que dispone el aparato, y que relaciona el índice obtenido con la resistencia cúbica del hormigón en función de la posición de trabajo del aparato.
Es una herramienta que ayuda a determinar zonas homogéneas y a estimar la resistencia del hormigón, pero es necesario utilizarla junto con otros métodos no destructivos o con la extracción de testigos. Debe tenerse en cuenta que hay factores que afectan a la superficie del hormigón, como es el grado de saturación, la carbonatación o la textura, y que pueden producir errores en la interpretación de las propiedades del hormigón. La carbonatación afecta al hormigón desde su superficie, presentando mayor dureza y por tanto un índice de rebote falsamente elevado.
Si se toman todas las precauciones, este ensayo puede alcanzar una precisión del 10 al 15%, para un nivel de confianza del 90%.