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Enrico Pontano
Enrico Pontano (s. XVI) fue un arquitecto natural de Génova.
Tallista y entallador especializado en altares, baldaquinos, túmulos funerarios, escenografías y tinglados arquitectónicos, durante los últimos años del s. XVI mantuvo una agria polémica epistolar con la Academia de los Carraci de Bolonia, en torno al significado de los conceptos de “idea”, “invención” y “mímesis”. Defendía que, siguiendo literalmente la Poética de Aristóteles y su Teoría de la Mímesis, el artista, cualquiera que fuese su disciplina, debía guiarse por la Naturaleza. Ahora bien, todas las cosas y criaturas existentes, por el hecho de serlo, forman parte de la Naturaleza. Por lo tanto, cualquier arte, incluidas la arquitectura en piedra y la arquitectura en madera, pueden tomar como modelo a imitar cualquier otro ser que ya exista, incluyendo la propia arquitectura construida en piedra o madera. Por lo tanto, el utilizar los diseños ya realizados o las obras para nuevos proyectos no puede, en sentido estricto, interpretarse como una copia o un plagio, sino que ha de ser considerado como una mímesis de la naturaleza, tal como prescribe Aristóteles. Esto significa que le es lícito al arquitecto usar las arquitecturas ya existentes para sus nuevos proyectos. Pero además, todo esto no es, en absoluto, contradictorio con los valores de la originalidad, la invención o la imaginación. Estos conceptos no son contrarios a la mímesis porque se refieren, siguiendo la argumentación de Pontano, a la capacidad del artista o el arquitecto en saber elegir el modelo a imitar más conveniente en cada caso. Pontano justificaba así su práctica profesional, consistente en hacer meticulosas copias de láminas de Peruzzi, Rafael, Giulio Romano y Palladio. Lo que para los Carracci sólo podía ser considerado como un plagio escandaloso, para Pontano era una muestra de su habilidad, “virtú” e ingenio para encontrar los modelos adecuados en cada caso.
Aunque los Carracci muestran en sus réplicas un fuerte rechazo e indignación ante la pretensión del genovés de hacer pasar como auténticas obras de arte ingeniosas y singulares lo que son simples copias de otros maestros, sin embargo, son incapaces de desmontar los sutiles sofismas argumentales que Pontano emplea. Si bien es cierto que el triunfo dialéctico en la disputa entre Pontano y los Carracci pertenece sin duda al genovés, sin embargo, la razón corresponde a los Carracci, aunque no supieran encontrar los razonamientos apropiados para demostrarla.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
J. Calduch Cervera: 99 ADIS: Diccionario de Arquitectos Desconocidos, Ignorados y Silenciados, Papeles de Arquitectura S.L. ISBN 978-84-86828-42-4 |