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Dispensario antituberculoso en Alessandria
El Dispensario antituberculoso (Dispensario Antitubercolare) de Alessandria, Italia, construido en la Via Gasparolo 2 con proyecto de Ignazio Gardella entre 1933 y 1938 está considerado como una de las obras maestras del racionalismo italiano.
Los diseñadores de dispensarios tuvieron que seguir severas reglas establecidas por el Ministerio de Salud que pedían la separación de los pacientes por sexo. En el desarrollo de su diseño, Gardella consideró cuidadosamente los problemas asociados con el tratamiento de la tuberculosis y la afección psicológica de los que van a las clínicas para realizarse los análisis -entre los que se encuentran a menudo niños acompañados de padres de distinto sexo. Gardella optó por una sala de espera común, sin tener en cuenta las reglas del ministerio de separar hombres y mujeres que procedían de una creencia extraña que circulaba en ese momento de que el contagio se veía facilitada por la excitación sexual. Gardella rechazó tales nociones, prefiriendo crear un ambiente más tranquilo en el que abordar la enfermedad. Tuvo que admitir el haber hecho sus bocetos de forma que resultaran difíciles de comprender por los funcionarios encargados del control, y poco después el Prefecto de Alessandria impuso las modificaciones necesarias para hacer compatible la sala de espera con los parámetros establecidos. Gardella intentó varias soluciones antes de llegar a su diseño final.
Un intento de diferenciar el tratamiento de superficies ya se observa en algunos bocetos iniciales realizados entre 1933 y 1935 y una segunda versión de febrero de 1935. El diseño refleja el típico racionalismo sobrio de la arquitectura colonial italiana, con algunos signos de funcionalismo como la larga apertura en el techo del porche en el punto donde se une a la fachada exterior. La planta superior del edificio se trata en su cara sur con ladrillo visto, una solución que hace más clara la composición volumétrica. Las ventanas de la planta superior son más largas con el fin de dejar que entre más luz en las zonas con orientación norte y, en este caso, las perforaciones parecen crear una única cinta translúcida. El dispensario real se encuentra en la primera planta, accesible por una escalera que sube desde el porche a una sola sala de espera.
Gardella comenzó a redactar una nueva versión del proyecto en el segundo semestre de 1936 que terminó a principios de 1937. Aquí encontramos profundos cambios en comparación con la solución anterior, desde el punto de vista tanto formales como de distribución. Las mejoras son claras, el edificio se ha transformado en una "máquina de tratamiento" extraordinaria guiado por ese "Esprit nouveau" que ha estado inspirando a las nuevas generaciones desde finales de 1920. El cambio en los patrones de distribución es el resultado de la inserción de una terraza/solarium en el primer piso, una elección, dictada por los requisitos terapéuticos, que le conduce necesariamente a la eliminación del porche y a las mejoras en el tamaño y la situación de los espacios. El dispensario está situado en la primera planta, con la misma y único sala de espera céntrica. Esta solución requiere una planta sótano para almacenamiento y salas de máquinas. Los espacios de la planta superior envuelven la terraza como si fuera un patio. Esta solución aporta más luz a las oficinas, con la excepción de la de director, que es la única completamente expuesta al norte, mientras que todas las demás tienen doble exposición.
En su versión final, el dispensario se convierte en un paralelepípedo perfecto que simplemente insinúa los volúmenes que se han eliminado. Una pared de ladrillo perforado restaura la regularidad de la terraza-patio llenando en su lado abierto. En su conjunto, el edificio mantiene una organización "clásica", con una fachada principal ricamente ornamentada unida a sobrias fachadas laterales perforadas únicamente por aberturas funcionales. Abstracto en su pureza formal, el edificio se apoya en el suelo con una simple escalera de acceso.
La modernidad de su lenguaje revela una pensada organización funcional y transmite sensación de limpieza e higiene. El bloque de vidrio utilizado generalmente para claraboyas o cajas de escaleras, se convierte en un elemento de decoración hábil en un efecto de fachada ahora-se-ve-ahora-no, que culmina con el frente perforado de la terraza/solarium que limita su vista desde el exterior al tiempo que deja pasar la luz y evita sombras pesadas. Esta pantalla de ladrillo es el intento estético de Gardella de desviarse del lenguaje racionalista dogmático. El avant-garde más radical entra en relación dialéctica con las formas y los colores de la tradición local, en particular con la arquitectura rural de la granja, un enfoque extraordinariamente innovador en un momento dominado por un feroz enfrentamiento entre avant-garde y academicismo.
El interior del edificio, por otra parte, está en perfecta armonía con los requisitos racionalistas más canónicos: las paredes de bloques de vidrio que alternan con paredes ciegas subrayando la función de los espacios interiores, la verticalidad de los pilares, y las aberturas en los muros, en contrapunto con largo corte horizontal de iluminación en la fachada principal. La alternancia entre cristal y bloque de vidrio fue diseñada para dotar de mayor iluminación a la gran sala de espera, mientras que, al mismo tiempo, permite una adecuada introspección.
En general, el edificio muestra una cierta sobriedad tanto en su composición volumétrica como en la relación entre estructura y envolvente, que los Racionalistas tendían a forzar en su continua búsqueda de nuevas soluciones formales. La elegancia y la originalidad de la fachada principal ofrece una composición ricamente evocadora atenta a revelar y facilitar las funciones que se llevan a cabo en la clínica.
Planos
Otras imágenes
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Referencias
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http://www.cesar-eur.it/upload/quaderni/Dispensari.pdf |