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Convento de San Agustín "el Nuevo" (Soria)
Las ruinas del convento de San Agustín, se sitúan en la margen derecha del rio Duero en la ciudad de Soria, (España).
Historia
El convento de San Agustín "el Nuevo", que nada tiene que ver con los restos de la antigua parroquia de San Agustín el Viejo, se encuentra junto al puente medieval del Duero.
La fundación de este convento se remonta a 1203 cuando el obispo Don Diego de Acebes lo entregó a la orden cisterciense el cual tomó el nombre de Santi Spíritus. Se situó en torno a la antigua iglesia románica de Santa María de la Puente o Santa María de la Puent que es como aparece en el censo de Alfonso X. En la primera mitad del siglo XIV el convento y la parroquia son abandonados, trasladándose el párroco a la iglesia de El Salvador situada en el barrio del Rabal.
En la segunda mitad XIV y finales del siglo XV fue ocupado por los Mercedarios hasta 1478 cuando lo destruyó un incendio y tuvieron que abandonarlo. Ya en 1522 se hacen cargo de él los agustinos consagrando su iglesia a Nuestra Señora de Gracia. En el residió como lector de Gramática, entre 1555 y 1556, fray Luis de León.
Así mismo posteriormente los doce linajes, protectores de la población, tomaron a su cargo desde tiempo inmemorial, por cuenta de la corporación, el amparo y crianza de los niños expósitos. Al efecto fundaron un hospital, situado en las dependencias del convento de San Agustín que posteriormente se trasladó a la desaparecida casa e iglesia de San Lázaro, que se encontraba a las afueras de la capital.
El general José Joaquín Durán, en marzo de 1812, mandó demoler este convento junto con las murallas de Soria, el castillo, los conventos de San Benito, San Francisco, la Concepción y el Hospicio con el fin de que los franceses no se atrincheraran.
Descripción
Su fachada principal da a la carretera que cruza el puente, junto a la muralla. Se encuentra en estado de ruina avanzada y la fachada se encuentra en su parte inferior parcheada con ventanas y puertas. Probablemente sea del siglo XVI o posterior. En su parte superior hay balcones y ventanas con cabezas de ángeles sobre sus dinteles y en el centro una ventana cegada y mutilada, que es la parte más notable del edificio. Se abre en arco de medio punto sobre el que descansa un frontón recto triangular con pináculos a ambos lados.
Las ruinas de la iglesia que se alzaban en el siglo XIX en la parte de atrás fueron descritas por Nicolás Rabal: "aún se nota en los muros que quedan en pie, en las columnas adosadas a ellos, en los arranques de los arcos formeros y en la portada, la esbeltez y la atrevida ligereza del estilo Ojival; pero aunque así no fuera, estas ruinas son dignas de respeto por los interesantes recuerdos que en sí encierran". Poco después fué derribada y sustituida por la vieja fábrica de luz.