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Castillo de la Emperatriz Eugenia de Montijo
El castillo de la Emperatriz Eugenia de Montijo sito en Arteaga (Vizcaya, España) es un palacio neomedieval, un torreón neogótico a modo de torre del homenaje, inspirado en la arquitectura gótica francesa, muy influido por la recuperación que el Romanticismo hace del estilo gótico.
El neogoticismo se plasma en los arcos ojivales, las gárgolas con figuras de animales, los vanos geminados y en la utilización de los elementos característicos de la arquitectura militar gótica: las almenas, los merlones, los matacones, etc.
Descripción
La planta está fundada sobre los mismos cimientos de una antigua torre, mencionada ya en escritos de mediados del siglo XV y que en el siglo XIX se hallaba muy degradada, tras haberse empleado como casa de labranza.
Esta torre se relacionaba con el linaje de Arteaga, enlazado con los Montijo y por tal, con la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III de Francia. Esta dama, relacionada con la Casa de Alba, fue quien promovió la reforma del edificio después de que las Juntas de Vizcaya honrasen a su hijo con el título de "vizcaíno originario".
Los emperadores enviaron a sus arquitectos a la localidad, para que diseñasen los planos del nuevo edificio. Sin embargo, nunca llegaron a habitar en él, y cuando Eugenia, ya en el exilio, quiso instalarse en España, fue alojada por los Alba en Madrid y Sevilla, descartándose este castillo pues no reunía las condiciones adecuadas y caía a desmano de las principales ciudades del país.
La planta de la torre central forma un rectángulo de 17 y 12 metros por cada lado, interrumpida en un ángulo por un polígono o torre octogonal en cuyo interior se encuentra la escalera del Castillo.
Está aparejado en sillería de mármol gris y rojo abujardado, en cada una de sus cuatro fachadas dos elevados arcos ojivales arrancan desde el zócalo o friso exterior hasta la cornisa más elevada, dentro de los que campean, ocho ventanas del mismo gusto, dos para cada piso, ostentando la principal un soberbio escudo de armas, y coronando toda la parte superior de los cuatro lados y de la torrecilla un cuerpo volado y saliente almenado, con pequeños torreones abiertos en sus propios suelos.
El Castillo tiene 5 pisos, sin contar el sótano en el que se encuentra la cocina, la bodega y una sala para uso del servicio. Una amplia escalinata de mármol permite el acceso al primer piso en el que se encuentra un amplio vestíbulo de gran riqueza decorativa. En sus dos salones lucen toda su belleza dos monumentales chimeneas góticas de mármol gris y de roble, con grandes zócalos de la misma madera.
El segundo piso era el destinado a dormitorio de los Emperadores y presenta un pequeño oratorio con dos hermosos vidrios de colores. Los pisos superiores se destinaban a la alta servidumbre y la escalera elíptica existente en el interior de la torrecilla pone en comunicación todos los pisos.
La torre se rodea de un pequeño recinto cuadrado, cerrado con altos muros y cuatro torres angulares de planta cilíndrica. El acceso al recinto se efectúa por una única puerta de gusto gótico.
Toda la propiedad se recuperó recientemente como establecimiento hostelero.
Referencias
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