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Castillo de Marvão
El Castillo de Marvão, en el Alentejo, se encuentra en el pueblo y freguesía de Santa Maria de Marvão, en el municipio de Marvão, Distrito de Portalegre, en Portugal.
El castillo se localiza en el Parque Natural de la Sierra de San Mamede, donde se yergue en la vertiente norte de la sierra, en posición dominante sobre el pueblo y estratégica sobre la frontera, controlando, en el pasado, a paso del río Sever, afluente del Tajo. Este hecho le garantizó la atención de diversos monarcas, expresada en diversas campañas de remodelación, que dieron al monumento su aspecto actual.
Historia
Antecedentes
Poco se sabe sobre la primitiva ocupación humana del sitio, posblemente un castro prehistórico. La época de la ocupación romana de la Península Ibérica, algunos autores defienden ser esta la población romanizada que los Lusitanos denominaban como Medobriga, que, objeto de disputa entre las fuerzas de Pompeyo y de César, fue conquistada por tropas de este último bajo el mando del propretor Caio Longino, a mediados del siglo I. El interés por la población derivaba principalmente por ser vecina de la calzada romana que unía Cáceres a Santarém, a la altura del puente que cruzaba el río Sever (Puente del Portaje).
Aunque no hay más información acerca del periodo de las invasiones de suevos, Visigodos y musulmanes, entre 876 y 877 se instaló Ibn Marwan, siendo el local conocido ya en el siglo X como Amaia de Ibn Marwan o Fortaleza de Amaia.
El castillo medieval
Junto a la conquista de Alcácer do Sal, Alfonso Enríquez (1112-1185) tomó la población 1160 e 1166. En la demarcación del término de Castelo Branco (1214), Marvão ya se incluía en tierras portuguesas. Sancho II (1223-1248) le concedió la Carta Foral (1226), pretendiendo mantener este puesto avanzado de vigilanica poblada y defendida de las repetidas incursiones llegadas de Castilla en esa época.
Alfonso III (1248-1279) dio los dominios de Marvão a los caballeros de la Orden de Malta (1271), posteriormente otorgados a su hijo, Afonso Sanches, juntamente con los señoríos de Arronches, Castelo de Vide y el Portalegre. Por esta razón, al iniciarse el reinado de Dinis (1279-1325), la villa y su castillo se verán envueltos en la disputa entre el soberano y el infante Alfonso, viniendo a ser conquistados por las fuerzas del soberano en 1299. Al final, los domínios de Marvão, Portalegre y Arronches fueron cambiados por los de Sintra y Ourém, permaneciendo los primeiros en posesión del soberano. Este confirmó a Marvão el fuero de 1226 y emprendió obras de ampliación y refuerzo de las defensas, destacando la construcción de la Torre de Homenaje, iniciada en 1300.
En el reinado de Fernando I (1367-1383), se estableció en Marvão el Couto de homiziados (1378). Tras su fallecimiento, al llegar la crisis de 1383-1385, la villa y su castillo se posicionaron junto a él, Maestre de Avis. El nuevo soberano y sus sucesores concedieron diversos privilegios a la villa (1407, 1436 y 1497) con el fin de incrementar su población y defensa. En esa fase, se añadieron también refuerzos en las murallas, lo que se constata por la presencia de torreones de los siglos XV e siglo XVI.
De la Guerra de Restauración hasta nuestros días
En la Guerra de Restauración portuguesa, las defensas de Marvão fueron remodeladas, adaptadas a los avances de la artillería de la época. La primera fase de esas obras se desarrolló entre 1640 y 1662 cuando el abad D. João Dama empezó la reconstrucción de un trozo de la muralla y barbacanas que se encontrabam en ruinas, reparó las puertas del castillo y otros remiendos necesarios para la conservación y defensa del pueblo. Todavía en obras, sufrió el asalto de las fuerzas españolas (1641 e 1648), batiéndose activamente con la vecina plaza de Valencia de Alcántara, hasta la conquista de esta por las fuerzas de D. António Luís de Meneses (1644. Un relato de Nicolau de Langres, à época, informa que a guarnición de infantaria y de caballería portuguesa en esta fortificación eran oriundos de Castelo de Vide, contando Marvão con cerca de 400 habitantes.
Al iniciarse el siglo XVIII, la fortaleza de Marvão fue conquistada por el ejército español (1704), para ser retomada en seguida por las tropas portuguesas bajo el mando del Conde de São João (1705). Un nuevo asalto español a la villa se repetiría décadas más tarde, em 1772.
En el siglo XIX, al comienzo de la Guerra Peninsular, fue ocupada por tropas francesas, liberándose en 1808. Posteriormente, en las Guerras Liberais, en el episodio conocido como Guerra de la Patuleia, fue ocupada por las fuerzas liberales (12 de diciembre de 1833), viendo sufrer el asedio de las tropas miguelistas al año siguiente (1834).
El castillo se encuentra clasificado como Monumento Nacional, por Decreto publicado el 4 de julio de 1922. La intervención del poder público, por iniciativa de la Dirección-General de los Edificios y Monumentos Nacionales (DGEMN), se inició en 1938, en forma de reparaciones, renovaciones, reconstrucciones, desinfecciones, limpieza y pintura, repitiéndose hasta hoy en día. Desde entonces, con el apoyo de la Liga de los Amigos del Castelo de Marvão y de la Câmara Municipal, este patrimonio viene siendo mantenido en buen estado de conservación. El visitante se le ofrecen visitas guiadas al núcleo arqueológico de la armería en las dependencias del castillo.
Características
El Castillo de Marvão se yergue sobre una cresta de cuarzo, a 850 metros del nivel del mar, encerrando en sus muros la villa medieval. Sus muros, reforzados por torres, se distribuyen en líneas defensivas concéntricas:
- la línea interna, reforzada por dos torres y un torreón, dominada por la Torre de Homenaje, de planta cuadrada, que le está adosada;
- la línea intermedia, coronada por almenas e reforzada por torres macizas;
- la línea externa, constituida por la barbacana, de donde parte la cerca que envuelve el monte y comprende la villa. La adaptación de esa defensa a finales del siglo XVII, convertió al castillo en ciudadela de la fortaleza abaluartada, con troneras en las azoteas, permitiendo el tiro rasante.
La leyenda de Nuestra Señora de la Estrella
En el siglo VIII, sin conseguir resistir el avance de los musulmanes en la región, los habitantes de Marvão abandonaron sus tierras para buscar refugio en las montañas de Asturias, donde se mantenía viva la resistencia cristiana. Antes de partir, porém, trataron de esconder las imágenes sagradas. En la época de la Reconquista, pasados más de cuatro siglos, se dice que en una noche, un pastor guiado por una estrella, se dirigió a un monte donde encontró, entre las rocas, una imagen de Nuestra Señora. En señal de devoción, en el sitio se erigió un convento franciscano (Convento de Nossa Senhora da Estrela), estableciéndose a la Señora como protectora del castillo. Con relación a esa devoción en particular, se cuenta todavía que, una noche en que fuerzas castellanas, conducidas por dos traidores, se aproximaban astutamente al castillo para asaltarlo, se oyó en la oscuridad una voz feminina que gritaba A las armas!. En cuanto los centinelas avisaron a la guarnición y ocuparon sus puestos, pudieron ser vistos los castellanos en fuga bajando la ladera, asustados.
Curiosidades
- Inscrito en una región de gran diversidad natural, donde se encuentra una gran variedad de especies raras y amenazadas, el castillo fue conocido como Nido de Águilas, debido a que esa especie que nidificava en su cima en otro tiempo.
- En la época de La Inquisición, de la misma manera como Castelo de Vide, Marvão fue utilizada como lugar de refugio por los judíos españoles, los llamados Sefarditas.
Referencias
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