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Casa Miller
La casa Miller, construida en Palm Springs durante 1937 para Grace Lewis Miller, una profesora de ejercicio físico según el método Mensendieck y apasionada de la arquitectura moderna y proyectada por Richard Neutra, está organizada en torno a un amplísimo estudio-living room, donde impartía sus clases y que constituye la mayor parte de la casa. Es la aparición de un porche con posibilidad de cerrarse y una pequeña piscina de reflejos lo que la dota de su imagen característica y la convierte en un ejercicio espléndido de arquitectura moderna en el paisaje del desierto de California.
La casa queda dividida en dos mitades, una que contiene las piezas de servicio, es decir garaje, cocina, baños y dormitorios principal y de servicio, y otra el gran espacio que acoge las funciones sociales. Éste a su vez se cualifica en tres zonas, distribuidas en bandas paralelas. La primera, el estudio, es la menor, y alberga un acceso desde el exterior, del que lo separan unos grandes ventanales de vidrio opalino y un espejo. La siguiente, separada y unida por un mueble alto que incluye un sofá (que tiene un atractivo aire de familia con algunos objetos de Eileen Gray) y por una cortina de tela oscura, alberga el living más público y la chimenea, y la última y ya semiexterior, el porche antes comentado.
Una corriente de transparencia atraviesa todo el espacio en sentido transversal, lo que queda enfatizado por los caminos empedrados exteriores que comunican el acceso posterior y el porche. Aquí, el espacio intermedio del porche se ensancha para convertirse en un espacio de estancia totalmente autónomo, con la posibilidad de disponer de un cerramiento propio que lo proteja pero a la vez sin perder su cualidad exterior-natural: un umbral extenso que adquiere su propio valor no sólo como paso sino al mismo tiempo como estancia. Aparece una nueva hoja de cerramiento, que es una pantalla móvil y muy ligera de vidrio traslúcido, que puede recogerse totalmente en un extremo o incluso desmontarse. Al interior, un cerramiento más convencional constituido por correderas en este caso de vidrio trasparente y un sistema de cortinas separa este espacio del principal. Unos finísimos soportes circulares metálicos soportan el porche, limitado en su extremo más exterior por la pequeña piscina, un estanque de agua que cierra el espacio porticado.
Las posibilidades de transparencia del sistema son múltiples, desde el máximo cerramiento, que aisla como habitación el porche, hasta la máxima transparencia desde el interior, la máxima libertad, y la casi infinita gradación de sensaciones entre el espacio natural salvaje del exterior y de las montañas lejanas, hasta el elegante y geométrico mueble-sofá que cualifica el espacio interior con una libertad máxima, pero humana. La vista desde el jardín, con las sillas cantilever en tubo cromado del propio Neutra tomando posesión del cuidadísimo césped, nos deja entrever el juego de transparencias y reflejos, las capas superpuestas, que cierran la vivienda, en un alarde de deseada desmaterialización que se esfuerza por ofrecer, de modo simultáneo, todas las claves de su presencia. La perfecta estructuración de las distintas capas convierte el tránsito a través de todas ellas en una experiencia que nos hace conscientes de nuestro tránsito real desde el desierto y metafóricamente nos incluye en esa corriente que es en el fondo el mundo natural.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
[http://oa.upm.es/634/1/03199915.pdf José Vela Castillo: Richard Neutra, un lugar para el orden] |