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Carlos María de Castro
Carlos María de Castro González (Estepa, Sevilla, 24 de septiembre de 1810 - Madrid, 2 de noviembre de 1893) fue un arquitecto, ingeniero y urbanista español, conocido por su plan para el ensanche de Madrid .
En 1833 recibió el título de Arquitecto por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, comenzando a trabajar en la Dirección de Caminos del Ministerio de Fomento, en cuyo cuerpo de Ingeniero de Caminos se integraría en 1835. Durante la década de 1840 se centraría en la construcción de obras públicas por toda España: acondicionamiento de la carretera Madrid-Irún, con la construcción de puentes en Viñuelas, Madrid y Bañuelos, Burgos (1842), o la mejora del Paso de Somosierra (1843), dirección del Canal de Manzanares (1843), trazado del telégrafo óptico (1844), itinerario preliminar de la carretera Ciudad Real-Badajoz (1849).
Al reanudarse las obras del ferrocarril de Aranjuez, en abril de 1850, colaboró, como funcionario del Ministerio de Fomento. Fue nombrado jefe del distrito de Murcia, en el que tomó posesión en agosto de ese año. Permaneció en el puesto hasta finales de 1853. Los trabajos más importantes que realizó en este período fueron los del varadero del arsenal de Cartagena, con la voladura de los fondos rocosos de la entrada del puerto. De vuelta a Madrid, fue encargado de realizar la Carta itineraria de España y de dirigir el Depósito de planos del ministerio de Fomento.
El 6 de junio de 1854 se encargó de las obras de los empedrados de Madrid, pero tras la revolución de Vicálvaro se promulgó un decreto de incompatibilidades que le obligó a dejar estas obras. En octubre se le encargó fijar el paso fronterizo del ferrocarril de Madrid a Lisboa, siendo nombrado miembro de la Academia de Ciencias portuguesa. En 1855 fue nombrado jefe de Obras Públicas de Madrid y en este puesto permaneció hasta agosto de 1856, en que, habiendo ascendido a inspector, pasó a la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos.
En febrero de 1857 se encargó del proyecto de las fachadas de la recién ampliada Puerta del Sol y el proyecto del Ensanche de Madrid. Tras una primera versión, restringida a la zona norte presentó un proyecto que preveía la urbanización de casi mil quinientas hectáreas. El Ensanche, que venía a triplicar la superficie del casco urbano, se extendía por el norte, el este y el sureste de la capital, y se limitaba por una ronda poligonal. Se completó con una memoria descriptiva aprobada en julio de 1860. Durante los años siguientes continuó realizando trabajos complementarios del Ensanche, como la ordenación de los terrenos del Príncipe Pío y entró en el Ayuntamiento de Madrid, en el que organizó los servicios de obras según el modelo de los de París.
Con la caída de Isabel II, Castro perdió su cargo de Director del Ensanche, pasando a trabajar, a comienzos de la década de 1870 en la línea de ferrocarril que construía, entre Madrid y Lisboa, la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid-Cáceres-Portugal.
El 1 de enero de 1872 fue nombrado presidente de la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos y permaneció en este cargo hasta su jubilación, que tuvo lugar el 11 de marzo de 1881.
El Plan Castro
A principios del siglo XIX, Madrid contaba con unos 220.000 habitantes, cifra que llegaría a 300.000 a finales de la década de 1850. Sin embargo, su crecimiento se encontraba constreñido por la cerca de Felipe IV, construida en 1625, que impedía el crecimiento de la ciudad. En 1857, el gobierno publicó un Real Decreto (14 de abril de 1857) por el que se autorizaba al ministro de Fomento, Claudio Moyano, a formular un proyecto de ensanche de la ciudad. El ministro le encargó a Castro el proyecto, que finalizó en mayo de 1859. La reina Isabel II dio su aprobación, el 19 de julio de 1860 al "ante-proyecto de ensanche de Madrid formado por el Ingeniero D. Carlos María de Castro". Castro sería nombrado director del Ensanche.
El Plan Castro, inspirado en el de Cerdá para Barcelona, suponía el paso de la ciudad de 800 a 2.300 hectáreas, basándose en un cálculo sobre el aumento de población de la ciudad. Mediante una retícula ortogonal, el plan suponía añadir una corona de terreno a la ciudad por norte, este y sur, ordenando los usos del suelo (residencial, industrial, militar, esparcimiento, agropecuario). La unidad básica de edificación debía ser la manzana regular, con vértices achaflanados y patios interiores. Las calles serían de tres tipos (principales con 30 metros de ancho, secundarias de 20 y las más estrechas de 15). Una cuarta parte del Ensanche estaría destinada a plazas, arboledas y jardines públicos. Finalmente, la ciudad seguía estando limitada por motivos militares y fiscales, pero ya no por una muralla, sino por un foso.
Sin embargo, la construcción del Ensanche fue notablemente lenta, prolongándose entre las décadas de 1860 y 1930 y siendo muy desvirtuado por intereses especulativos y el propio periodo de tiempo durante el que se ejecutó. Así, por ejemplo, Cánovas del Castillo impulsó un Real Decreto en 1864 por el que se redujeron los espacios verdes al 30 ó 20%, permitiendo que los espacios libres de las manzanas se convirtieran en calles particulares. En 1876 se cambiaron las Ordenanzas en materia de altura y masa de los edificios y en 1893 se suprimieron todos los artículos de las Ordenanzas referentes a la salubridad de los edificios. Asimismo, la anchura de las calles se fue reduciendo y se permitió construir con más de tres y cuatro pisos.
Referencias
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Registros de identidad de Carlos María de Castro: ISNI: 0000 0000 7688 9492 VIAF: 2551969
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