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Capilla del Ecce Homo (Noreña)
La Capilla del Ecce Homo está situada en la localidad asturiana de Noreña.
Es la tercera que existió puesto que, en el año 1954, se precisó reconstruir la existente. No gustaba la que había y, pasados algunos años la mala calidad de sus mamposterías y sillares motivó en ella importantes deterioros, acentuados en la anti-estética "marquesina" que protege o quiere proteger su puerta principal. Estas deficiencias obligan ahora a dotar de sólida protección sus muros con amplios pórticos exteriores, refugio, a su vez, par los muchos fieles que acuden, aún en los crudos días de invierno, procurando realzar su expresión con materiales resistentes al estilo de los templos rurales, emplazados muchas veces en lugares casi despoblados.
“ A los pocos días de aquel incendio, Asturias entera se presentó a auxiliar al Condado de Noreña, y por suscripción pública se costearon las obras de una nueva capilla, que fue emplazada en el centro del Castañedo de La Soledad, y ejecutada con arreglo al proyecto del arquitecto Luis Bellido, quien prestó gratuitamente su colaboración técnica, para elevar el nuevo templo de Jesús Nazareno. La nueva capilla está concebida con un criterio totalmente opuesto a la antigua. Lo que en ésta era aplastamiento y horizontalidad es en aquella elevación y verticalidad, resultando un tanto inexpresiva por haber prescindido de, quizás por razones económicas de construir su pórtico que era lo que más podía darle carácter de ermita o de santuario. ”
La segunda capilla fue inaugurada en septiembre de 1903 y, también, fue llamada Capilla de La Soledad. Estaba reubicada, según se ha dicho, veinte metros al sur de la que había sido destruida, para ocupar una situación más elevada, hacia el centro del Castañeu de la Soledad. Éste había sido donado, a tal fin, por Eulalia Busto. Esta nueva capilla era más alta, aunque más pequeña, y su fachada principal estaba presidía por un rosetón, cristalera de colores y en lo alto de la espadaña había dos campanas. La puerta de entrada fue protegida, posteriormente, con una “marquesina”. Tenía un retablo de castaño tallado y de estilo gótico, cubierto de panes de oro que fue construido en los talleres del gran artista Mori, en Oviedo. En el centro del camarín estaba la imagen del Ecce Homo y, en sus hornacinas laterales, a la derecha, la imagen de La Dolorosa (aunque le decían La Verónica), y, a la izquierda, la de San Pedro. El presbiterio, cubierto de mármol y en dibujo de damas, estaba separado del resto de la capilla por una reja, que como el resto del piso era de madera. El edificio no sufrió daños durante la Guerra Civil, pero al ser arrancados el retablo y las imágenes, el templo hubo de ser reformado al finalizar la contienda.
Como la imagen del Ecce Homo había perecido en el incendio, Fray Ramón Rodriguez Vigil, obispo de Oviedo, ofreció donar otra a su querida Noreña. El párroco, haciéndose eco de los deseos de sus feligreses, se atrevió a indicarle que procurara que se pareciese lo más posible a la incendiada. Fray Ramón que era muy espontáneo y campechano, le contestó: "Deje usted Sr. Cura, la imagen quemada, más que imagen y figura de Jesús, parecía un galeote."
Se aceptó finalmente la imagen donada por el Obispo Fray Ramón y fueron muy solemnes los cultos que con motivo de su bendición e inauguración se hicieron en la iglesia en la que el Obispo, P. Vigil, ofició de pontifical en la misa de la fiesta y acompañó la procesión magna, desde el templo parroquial hasta el "Castañeu", donde se erguía la capilla del Nazareno.
Esta segunda imagen llevó la misma suerte que la primera:
“ En el verano del 36 (28-VIII-1936), iconoclastas e incendiarios, llevados por su ardor anticlerical hicieron en el castañeu, delante de la capilla, una enorme hoguera con todo lo que había en ella. Allí ardió el valioso retablo. La venerada imagen donada por el Obispo Fray Ramón y que había sido construida en unos talleres escultóricos de Valencia, fue la primera en ser arrojada a las llamas. La siguieron las de San Pedro y La Dolorosa. Ya habían hecho lo mismo con todo lo que había dentro del templo parroquial. Allí el espectáculo, tan doloroso para muchos, rayó en el sarcasmo; según testimonio de los que lo presenciaron. En fin, tristes episodios que es preciso olvidar. ”
Emilia Cabeza Colunga[1]
Tras el episodio del año 1936, antes citado, hubo que recurrir a una nueva imagen, la tercera, que carecía de valor escultórico, por lo que fue sustituida, en 1955, por la que figura actualmente en el altar mayor de la capilla.
La imagen actual fue realizada por Gregorio Galán del Amo[2] y es una magnífica réplica del Cristo de La Pasión, de Juan Martínez Montañés considerada la más hermosa de la Semana Santa sevillana: La cabeza refleja en su rostro, un contenido, pero lacerante sufrimiento, sin precisar de alardes dramáticos; su talla, muy apurada de modelado, no es menos admirable en manos y pies, ya que hecha la imagen para ser vista al aire libre y de cerca, la exigencia de perfección era mayor que en esculturas de retablo.
Al igual que la imagen, el artístico trono que la soporta, ricamente dorado y también realizado el por Gregorio Galán, fueron adquiridos por la Cofradía de Jesús Nazareno gracias a la subvención popular y noreñenses ausentes.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
- ↑ José Manuel Fanjul Cabeza. Datos históticos del concejo de Noreña (en español). Consultado el 17/05/2007, 2007.
- ↑ Eduardo Lagar. El silencio de los 4.000 (en español). Consultado el 22/05/2007. .