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Basílica de San Miguel (Pavía)
La basílica de San Miguel el Mayor se encuentra en la ciudad italiana de Pavía. Está considerada como una de las obras cumbres del estilo Románico-lombardo. Tuvo especial importancia en los siglos XI y XII.
Historia
Durante el periodo lombardo se construyó una primitiva iglesia dedicada a San Miguel Arcángel en el lugar donde se encontraba la capilla del palacio real. La iglesia quedó destruida en un incendio en el 1004. La construcción actual se inició a finales del siglo XI (época a la que corresponden la cripta, el coro y el transepto) y fue completada en el 1115. La bóveda de la nave central fue reconstruida en 1489 por Agostino Da Candia.
Arquitectura
La basílica de San Miguel está considerada como el prototipo de numerosas iglesias medievales que se levantaron en Pavía, las más famosa de las cuales son las de San Pietro in Ciel d'Oro (San Pedro en el cielo dorado) y la de San Teodoro. San Miguel, sin embargo, se distingue de las otras iglesias por el uso extensivo, tanto en la estructura como en la decoración, de piedra de arenisca en lugar de barro cocido.
También se diferencia en la particular conformación arquitectónica, con planta de cruz latina y con un transepto excepcionalmente desarrollado, muy ancho en relación con la planta a diferencia, por ejemplo, del de San Pietro en la que el transepto no sobresale de la planta rectangular. Este transepto está dotado de su propia fachada en el lado septentrional, de ábside en el lado opuesto y de bóveda de cañón, diferente de la bóveda de crucería del resto de la iglesia. Por todo ello, constituye casi un cuerpo autónomo, una segunda iglesia compenetrada con la principal: una idea inédita en esa época.
Las dimensiones de la basílica, 55 metros de largo y 38 de ancho en el transepto, demuestran también la importancia de este elemento en la estructura del templo. En el cruce entre la nave y el transepto se alza la cúpula octogonal (asimétrica), sobre penachos de tipo lombardo. La fachada está decorada con un amplio repertorio de esculturas de arenisca, de temas sacros y profanos, que se encuentran deteriorados por la contaminación atmosférica a pesar de los diversos programas de conservación que se han llevado a cabo. En esta basílica se realizaron numerosas ceremonias importantes; una de ellas fue la coronación de Federico I Barbarroja en 1155.
Planta
La planta es de cruz latina. Está dividida en tres naves, cada una con su puerta de entrada. La nave central es el doble de larga que las laterales. El transepto tiene su propia fachada y puerta de acceso, situada a la izquierda según se entra. Esta fachada es muy distinta a la principal, mucho menos rica en detalles, pero con su propia placeta independiente que funciona como lonja.
Alzado y cubierta
Tanto la nave mayor como las menores, están cubiertas por bóveda de crucería sostenida por potentes pilares. Sobre el transepto se eleva una cúpula de dimensiones discretas, con una altura interior de unos 30 metros. Las naves laterales están dominadas por unos balcones, con una función que no es sólo estética: sirven para crear un refuerzo lateral que se contrapone con la presión que ejerce la bóveda de la nave central. Las cuatro capillas laterales se construyeron en una época tardía. En el ábside, en el que se puede ver un fresco del siglo XV, se encuentra el altar y debajo la cripta. Los muros son sólidos, sobre todo el muro exterior, reforzado con contrafuertes que soportan la presión de la bóveda.
En la fachada, cubierta de arenisca, se abren cinco pequeñas ventanas y una cruz situada entre dos ojos de buey. Esta disposición es una reconstrucción del siglo XIX: hasta ese periodo se encontraba un rosetón, que tampoco era original, y que fue eliminado para devolver a la fachada su aspecto primitivo. Hay bandas horizontales talladas en bajorrelieve en la que se pueden ver figuras humanas, de animales y de criaturas monstruosas.
Referencias
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