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Bóveda de crucería
Bóveda de crucería en el Monasterio de Santa María de Retuerta (Valladolid)
La bóveda de crucería es un tipo de bóveda característico de la arquitectura gótica que recibe este nombre porque está conformada por el cruce, o intersección, de dos bóvedas de cañón apuntado. A diferencia de la bóveda de arista, la de crucería se caracteriza por estar reforzada por dos o más nervios diagonales que se cruzan en la clave, generalmente. La bóveda de crucería se considera uno de los tres elementos distintivos de la arquitectura gótica, junto con el Arco Apuntado y el arbotante.
La bóveda de crucería consta de dos elementos: los arcos que constituyen su armazón, o esqueleto, y los paños o plementos que cubren los espacios intermedios entre los arcos. Primero se levantan los arcos, creando una estructura esbelta, resistente y ligera, y posteriormente se rellenan los paños intermedios conformando las bóvedas, quedando enmarcadas transversalmente por los arcos perpiaños, también llamados arcos fajones, y longitudinalmente por los arcos formeros, paralelos al eje de la nave que delimitan los tramos de la bóveda.
Historia
Existen diferentes teorías acerca del origen de la bóveda de crucería. Se ha buscado sus antecedentes en las cúpulas de arcos entrecruzados de algunos edificios del arte islámico, así como en las bóvedas de ciertas iglesias de Georgia y Armenia.
Parece, sin embargo, que la bóveda de crucería gótica evolucionó a partir de la bóveda de arista ya utilizada en el románico. Los antecedentes más directos de las bóvedas de crucería del gótico se encuentran en construcciones tardorrománicas de dos regiones alejadas entre sí: Lombardía, por una parte, y Normandía-Inglaterra por otra.
En Lombardía, se utilizó en al menos cinco templos: San Ambrosio de Milán, San Nazaro de Milán, San Miguel de Pavía, San Sabino de Piacenza y Rivolta d'Adda. Las fechas no son precisas, pero se cree que todas estas obras se realizaron entre 1100 y 1130.
En Inglaterra, uno de los primeros ejemplos de su uso se encuentra en la Catedral de Durham (1093-1004), aunque estas bóvedas de crucería no tienen arcos formeros, y los perpiaños son arcos de medio punto. En Normandía su empleo se generalizó en la primera mitad del siglo XII, aunque los sistemas de soporte seguían siendo los propios del románico.
La difusión de este tipo de bóveda se produjo sobre todo a partir de mediados del siglo XII.
Aunque hay distintos tipos de bóvedas de crucería, la más utilizada en el periodo clásico del gótico fue la cuatripartita, en edificios tan singulares como las Catedrales de Chartres, Reims o Amiens.
Sistema constructivo
La necesidad de crear amplios espacios cubiertos motivó hallar un sistema constructivo que, manteniendo, e incluso reduciendo el grosor de muros y contrafuertes, consiguiera ampliar este volumen interior: es la arquitectura gótica, que permitió aligerar el peso de las cubiertas mediante el equilibrio de las fuerzas verticales y horizontales para que se contrarresten entre si. El peso de la bóveda se trasmitirá a los cimientos a través de los pilares, interviniendo apenas los muros que sólo servirán de cerramiento del espacio arquitectónico.
kakaslaterales, pues es más vertical que el de medio punto. Este arco genera un nuevo tipo de bóveda, la de ojiva o crucería, que ya se había utilizado en la arquitectura normanda, configurada mediante el cruce de dos arcos formeros, llamados nervios, que transmiten el peso de la bóveda y sus plementos a cuatro pilares; Así, entre pilares, el muro apenas soporta peso y puede ser sustituido por luminosos ventanales vidriados.
El edificio gótico se asemeja a un "esqueleto" recubierto de una piel "inmaterial", las vidrieras, que permiten inundar el interior de luz. Los planteamientos de la arquitectura románica, con sus gruesos y pesados muros, habían quedado obsoletos.
Con respecto a la Bóveda de Cañón, predominante en la arquitectura románica, la principal ventaja de la de crucería es que transmite el peso sólo a los pilares. Estos se refuerzan con contrafuertes (ya utilizados en el románico), o con arbotantes, otro elemento característico del gótico. Los muros ya no necesitan ser tan gruesos como en el románico, y pueden ser fácilmente perforados con grandes vanos. De este modo se podía construir grandes edificios con economía de materiales, a la vez que se alcanzaban grandes luces y alturas.
Variantes
Bóveda cuatripartita o de crucería simple
La bóveda cuatripartita, o bóveda de crucería simple, es el diseño más sencillo de bóveda de crucería. Está formada por el cruce de dos arcos apuntados, que dividen la plementería en cuatro segmentos: de ahí el nombre de cuatripartita. Existen diferentes tipos de bóveda de crucería simple. Una de las más utilizadas es la propuesta por Vicente Lampérez[1], quien distingue entre las escuelas francesa, aquitana, normanda y angevina, según la disposición de los arcos y de los plementos. La bóveda cuatripartita es la más común en la arquitectura gótica clásica, y resulta la más adecuada para cubrir tramos cuadrados o rectangulares.
Bóveda sexpartita
La denominada bóveda sexpartita es similar al modelo anterior pero incrementandole un tercer nervio transversal, con lo que la plementería queda dividida en seis partes.
Los principales ejemplos se encuentran en la Abbaye-aux-Hommes y la Abbaye-aux-Dames de Caen, y en las catedrales de París, Bourges, Laon, Noyon, Senlis y Sens.
Bóveda reticulada
En la bóveda reticulada, o reticular (en inglés llamada lierne vault, "bóveda de ligaduras"), los nervios forman una especie de retícula, y la bóveda carece de arcos perpiaños, por lo que no está marcada la división en tramos.
Bóveda estrellada
Las nervaduras de la bóveda estrellada muestran dibujos en forma de estrella. La más antigua bóveda estrellada es la del crucero de la Catedral de Amiens. En España se utilizó, por ejemplo, en la Catedral de Toledo.
Bóveda de abanico
La bóveda de abanico, también llamada bóveda palmeada, se utilizó en el gótico tardío, especialmente en Inglaterra (Gótico Perpendicular, en el siglo XV).
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
- ↑ Lampérez y Romea, Vicente: Historia de la arquitectura cristiana española. Madrid, Espasa Calpe, 1930. Tomo II.