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Alejandría Bucéfala
Alejandría Bucéfala, o simplemente Bucéfala, fue una de las ciudades fundadas por Alejandro Magno. La ciudad recibió su nombre en honor al caballo favorito de éste, Bucéfalo.
Bucéfalo murió durante, o poco después de la Batalla del Hydaspes, en 326 a. C. Algunas fuentes dicen que murió durante el transcurso de esta batalla (como Arriano, Diodoro Sículo, Justino, etc.), mientras que otras versiones dicen que murió después, ya fuera de sus heridas o por causas naturales, a la edad de 30 años, por lo que para las circunstancias en las que vivió, fue un animal bastante longevo.
Tal fue el dolor de Alejandro ante la pérdida de su caballo que hizo que fundaran una ciudad cerca de la tumba de Bucéfalo. También fundó una segunda ciudad al mismo tiempo, conmemorando la victoria sobre Poros. La ciudad sobrevivió durante al menos 100 años.
El principal problema para los historiadores es que ya nada queda de Bucéfala, y sólo se puede conjeturar su posición geográfica. Según las fuentes, parece claro que se construyó en el banco Oeste del Hydaspes, mientras la segunda ciudad fundada, Alejandría Nicea, fue erigida en el campo de batalla, en el banco Este. Pero con los cambios en el curso del río que ha habido durante siglos, y la casi total falta de evidencias arqueológicas, se ha probado casi imposible localizarla exactamente.
De todas formas, se han descubierto varias monedas griegas en el área de las ciudades actuales de Jhelum y Haranpur, de las que se deduce la presencia de un asentamiento europeo. Un itinerario budista menciona dos ciudades llamadas Bhadrasva (la ciudad del caballo) y Adirajya (la ciudad del rey), en un lugar donde la llamada Uttarapatha, o sea, la carretera que conecta Taxila con el valle del Ganges, cruzaba el río Jhelum. Hasta el s. XVI, este cruce del río estaba a 8 km del sur de la ciudad de Jhelum.
Finalmente, habría que mencionar que la literatura también da cuenta de la fundación de esa gloriosa ciudad. En el Libro de Alexandre se pueden leer las siguientes cuadernas, que dejan en claro la importancia del caballo de Alejandro, con respecto al ansia de gloria del propio conquistador que en su fiel compañero también ve una extensión de sí mismo:
Buçifal conla muerte ovo a recreer,
entendiólo el rey, ovo a deçender; fue leeal el caboso, non se dexó caere, fasta que vio al rey a sus pies tener.
Buçifal cayó muerto a piedes del señor, remaneçió apeado el buen emperador; mintriemos si dixiéssemos que non avié dolor, mandólo soterrar a muy grant onor.
Después fizo el rey, do yazié soterrado, poblar una çibdat de muro bien obrado, dixiéronle Buçifalia, nombre bien señalado,
porque fuera assí el cavallo llamado.[1]
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
- ↑ Libro de Alexandre. Ed. Jesús Cañas. c.2091-2093