322 103
ediciones
(→Restauración: clean up, replaced: infraestructuras → Infraestructuras) |
(→Trabajo en la basílica: clean up, replaced: Jaime Sancho → Jaime Sancho, Palomino → Palomino) |
||
Línea 77: | Línea 77: | ||
[[Archivo:Valenciabasilicabove.jpg|right|300px|thumb|Foto de la cúpula de la Basílica donde se ven claramente los frecos de Palomino.]] | [[Archivo:Valenciabasilicabove.jpg|right|300px|thumb|Foto de la cúpula de la Basílica donde se ven claramente los frecos de Palomino.]] | ||
Pasó entonces a ocuparse de la bóveda de la Basílica de la Virgen, en la que, siguiendo la moda de finales del siglo XVII, se pretendía reformar su aspecto interior. | Pasó entonces a ocuparse de la bóveda de la Basílica de la Virgen, en la que, siguiendo la moda de finales del siglo XVII, se pretendía reformar su aspecto interior. | ||
{{Cita|se trataba de convertir "el cofre cerrado" que era entonces aquel templo elíptico de inspiración renacentista en un "patio abierto".| | {{Cita|se trataba de convertir "el cofre cerrado" que era entonces aquel templo elíptico de inspiración renacentista en un "patio abierto".|Jaime Sancho delegado del Patrimonio del Arzobispado de Valencia.}} | ||
Palomino fue el encargado de poner el cielo a ese claustro (con sus balcones y columnas) que vemos hoy en el interior de la Basílica. Sus capiteles muestran todavía el negro efecto provocado por el humo de los cirios y que hacía prácticamente invisible la obra del pintor cordobés (en especial en la zona superior del altar). | |||
No se conoce con certeza qué tiempo le llevó la cúpula, aunque Sancho considera que no debió gastar más de un año por las exigencias propias del trabajo al fresco: la última capa de enlucido se ha de aplicar la víspera de plasmar el dibujo, pues el temple ha de penetrar en la masa. | No se conoce con certeza qué tiempo le llevó la cúpula, aunque Sancho considera que no debió gastar más de un año por las exigencias propias del trabajo al fresco: la última capa de enlucido se ha de aplicar la víspera de plasmar el dibujo, pues el temple ha de penetrar en la masa. |