Diferencia entre revisiones de «Gimnasio Maravillas. "Maravillas" revisado (Miguel Angel Baldellou)»

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No la sección en sí, sino el “modo” en que se tensa. “La sección tensa.”  
No la sección en sí, sino el “modo” en que se tensa. “La sección tensa.”  


==La planta sesgada==
El solar en el que se construyó el Gimnasio tiene una planta trapezoidal con sus lados opuestos entre sí. Los largos en la dirección de la calle Joaquín Costa. Los cortos, por lo tanto, contra la fuerte pendiente que salva el desnivel, de 12 a 14 m, entre la calle y el Colegio. El incluir en esa planta la geometría de las canchas del Gimnasio sugería dividir el solar en tres partes: un rectángulo cuyos lados mayores se apoyaban en los vértices noreste y sureste del solar respectivamente y dos triángulos laterales, rectángulos e isósceles, con el lado mayor coincidente con el menor del rectángulo central, que en principio asumían, para la organización de la planta, un claro carácter residual. La forma del solar tensionaba las diagonales de forma que apoyando la cancha de juego a la izquierda del plano, se primaban las visiones sesgadas hacia las esquinas del juego. Pero también podía aprovecharse un nuevo rectángulo al este, surgido del desplazamiento de la cancha hacia el frente opuesto, de lado menor paralelo a la calle. El gran vacío que precisaba el Gimnasio se veía limitado por el oeste por un muro medianero ciego en fuga hacia la calle, por el sur por la fachada, y al norte y al este por las gradas y el lado mayor de este nuevo cuerpo rectangular que iba a ser potenciado como elemento sirviente del Gimnasio y conector de los distintos niveles del edificio. En él se ubicarían la entrada, en planta baja, y un grupo de aulas en las plantas primera y segunda orientada hacia la calle y el Gimnasio, dejando un pequeño patio en el triángulo residual del oeste.
El solar en el que se construyó el Gimnasio tiene una planta trapezoidal con sus lados opuestos entre sí. Los largos en la dirección de la calle Joaquín Costa. Los cortos, por lo tanto, contra la fuerte pendiente que salva el desnivel, de 12 a 14 m, entre la calle y el Colegio. El incluir en esa planta la geometría de las canchas del Gimnasio sugería dividir el solar en tres partes: un rectángulo cuyos lados mayores se apoyaban en los vértices noreste y sureste del solar respectivamente y dos triángulos laterales, rectángulos e isósceles, con el lado mayor coincidente con el menor del rectángulo central, que en principio asumían, para la organización de la planta, un claro carácter residual. La forma del solar tensionaba las diagonales de forma que apoyando la cancha de juego a la izquierda del plano, se primaban las visiones sesgadas hacia las esquinas del juego. Pero también podía aprovecharse un nuevo rectángulo al este, surgido del desplazamiento de la cancha hacia el frente opuesto, de lado menor paralelo a la calle. El gran vacío que precisaba el Gimnasio se veía limitado por el oeste por un muro medianero ciego en fuga hacia la calle, por el sur por la fachada, y al norte y al este por las gradas y el lado mayor de este nuevo cuerpo rectangular que iba a ser potenciado como elemento sirviente del Gimnasio y conector de los distintos niveles del edificio. En él se ubicarían la entrada, en planta baja, y un grupo de aulas en las plantas primera y segunda orientada hacia la calle y el Gimnasio, dejando un pequeño patio en el triángulo residual del oeste.


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