Diferencia entre revisiones de «Adolf Loos: contra el proyecto (Alejandro Crispiani Enríquez)»

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En este contexto de ideas, la arquitectura es, o debería ser, para Loos, como un oficio más, sin prerrogativas sobre los otros. Como bien ha señalado Aldo Rossi la lógica del pensamiento loosiano termina por quitarle a la arquitectura su status de profesión, para regenerarla en el fértil suelo de los oficios. Así como el fontanero no interfiere con el ebanista, de la misma manera la arquitectura tampoco debería interferir con los restantes oficios, sino que debería buscar cuidadosamente su propia especificidad y convertirse en oficio. Por esto Loos rechaza el título de arquitecto y prefiere llamarse, simplemente,  Baumeister,  maestro  constructor.  El maestro constructor no crea sino que repite o innova mínimamente sobre lo que recibe de la tradición; no tiene una teoría sobre cómo debe ser la casa, pero conoce a su cliente; sabe pensar en términos de espacio pero no sabe dibujar; piensa primero en los materiales y luego en la forma; no puede proponer nuevas formas de vida, solamente aplicar los nuevos avances técnicos donde sean absolutamente necesarios; ama las formas simples pero no profesa la simplicidad; puede incluso colocar ornamentos si su cliente así se lo exige. Trabaja inocentemente, no forma parte de ningún proyecto. Como cualquier oficio. La imbricación de la arquitectura, considerada como oficio, con los otros saberes y prácticas que intervienen en la construcción del entorno humano se vuelve, justamente, natural.  Al volverse oficio la arquitectura se naturaliza, se vincula orgánicamente con las restantes fuerzas de la cultura, sus tiempos y sus productos: los automóviles, los zapatos, las estufas y los saleros del hombre moderno. Se restablece de esta forma la armonía de la cultura.
En este contexto de ideas, la arquitectura es, o debería ser, para Loos, como un oficio más, sin prerrogativas sobre los otros. Como bien ha señalado Aldo Rossi la lógica del pensamiento loosiano termina por quitarle a la arquitectura su status de profesión, para regenerarla en el fértil suelo de los oficios. Así como el fontanero no interfiere con el ebanista, de la misma manera la arquitectura tampoco debería interferir con los restantes oficios, sino que debería buscar cuidadosamente su propia especificidad y convertirse en oficio. Por esto Loos rechaza el título de arquitecto y prefiere llamarse, simplemente,  Baumeister,  maestro  constructor.  El maestro constructor no crea sino que repite o innova mínimamente sobre lo que recibe de la tradición; no tiene una teoría sobre cómo debe ser la casa, pero conoce a su cliente; sabe pensar en términos de espacio pero no sabe dibujar; piensa primero en los materiales y luego en la forma; no puede proponer nuevas formas de vida, solamente aplicar los nuevos avances técnicos donde sean absolutamente necesarios; ama las formas simples pero no profesa la simplicidad; puede incluso colocar ornamentos si su cliente así se lo exige. Trabaja inocentemente, no forma parte de ningún proyecto. Como cualquier oficio. La imbricación de la arquitectura, considerada como oficio, con los otros saberes y prácticas que intervienen en la construcción del entorno humano se vuelve, justamente, natural.  Al volverse oficio la arquitectura se naturaliza, se vincula orgánicamente con las restantes fuerzas de la cultura, sus tiempos y sus productos: los automóviles, los zapatos, las estufas y los saleros del hombre moderno. Se restablece de esta forma la armonía de la cultura.
==Escritura, materia==
==Escritura, materia==
Oficio, naturaleza, cultura: cada una de estas categorías se apoya, para Loos, la una en la otra. La  manifestación más característica de esta concordia sería la unidad del entorno físico humano. La idea de proyecto, entendido como programa, como acción transformadora con aspiraciones a la totalidad y, en última instancia, como cauce para el desarrollo de la cultura y la sociedad en un determinado sentido, tal cual lo entendieron las vanguardias de la arquitectura de los años veinte, implicaría para Loos la disolución de esta concordia, rompería su tejido de relaciones. Contra esta noción de proyecto general, como ya hemos visto, Loos propone la vuelta al oficio que desagregaría al proyecto, y de la cual su propia  obra  const ruida  pretende  ser  una ejemplificación.


==Referencias==
==Referencias==
* Alejandro Crispiani Enríque http://www.scielo.cl/pdf/arq/n48/art17.pdf
* Alejandro Crispiani Enríque http://www.scielo.cl/pdf/arq/n48/art17.pdf
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