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Diferencia entre revisiones de «Casa E-1027»

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La originalidad de Gray se basa en la imitación poética de los mejores sistemas, de los mejores proyectos, de los mejores autores. Ello requiere una capacidad crítica que exige un profundo trabajo. Su originalidad no es aquella que pudiera denominarse "originalismo" y que comúnmente se entiende como no repetición, no copia ni imitación de otras obras, ni siquiera esa otra, aún más banal, de lo "distinto de lo acostumbrado o contrario a lo acostumbrado", sino aquella que podríamos denominar "origenialidad", término utilizado por el inconformista e irónico músico Erik Satie, que remite a la cualidad de lo original, que en su primera acepción es la reducción al origen, a sus datos originales, auténticos y esenciales, al arquetipo sin renunciar a la historia. Reconozcamos que Gray no origina obras que los historiadores de arte pudieran reconocer y clasificar como paradigmas. Al contrario, construye obras que intentan deliberadamente ser vulgares, usando la palabra en su sentido etimológico estricto, que significa "común a todos", común a las mejores obras de la arquitectura. Gray no copia las formas sino la razón de las formas. Gray considera que la originalidad deriva totalmente de la calidad funcional que cada edificio posee. Esto demuestra un talento y un refinamiento enormes que producen una mayor diversidad y una mayor complejidad, resultando su arquitectura la sombra de una duda permanente, como se denuncia en el título del artículo que Gray y Badovici escriben juntos en 1929 con motivo de la publicación de la casa en L´Architecture Vivante, De l´eclectisme au doute (Del Eclecticismo a la duda).
La originalidad de Gray se basa en la imitación poética de los mejores sistemas, de los mejores proyectos, de los mejores autores. Ello requiere una capacidad crítica que exige un profundo trabajo. Su originalidad no es aquella que pudiera denominarse "originalismo" y que comúnmente se entiende como no repetición, no copia ni imitación de otras obras, ni siquiera esa otra, aún más banal, de lo "distinto de lo acostumbrado o contrario a lo acostumbrado", sino aquella que podríamos denominar "origenialidad", término utilizado por el inconformista e irónico músico Erik Satie, que remite a la cualidad de lo original, que en su primera acepción es la reducción al origen, a sus datos originales, auténticos y esenciales, al arquetipo sin renunciar a la historia. Reconozcamos que Gray no origina obras que los historiadores de arte pudieran reconocer y clasificar como paradigmas. Al contrario, construye obras que intentan deliberadamente ser vulgares, usando la palabra en su sentido etimológico estricto, que significa "común a todos", común a las mejores obras de la arquitectura. Gray no copia las formas sino la razón de las formas. Gray considera que la originalidad deriva totalmente de la calidad funcional que cada edificio posee. Esto demuestra un talento y un refinamiento enormes que producen una mayor diversidad y una mayor complejidad, resultando su arquitectura la sombra de una duda permanente, como se denuncia en el título del artículo que Gray y Badovici escriben juntos en 1929 con motivo de la publicación de la casa en L´Architecture Vivante, De l´eclectisme au doute (Del Eclecticismo a la duda).


En el germen de la Maison en bord de mer se conjugan varios modelos previos (la casa inglesa de campo, la villa italiana, la casa vernácula, y la machine à habiter), pero no se produce una arquitectura de amalgama impura sino que al hacer que todos esos conceptos queden enlazados mediante un elemento común, una estructura común, se consigue una unidad poética de rango superior a todas las anteriores, en un nuevo lenguaje y con una nueva forma más moderna. Esa estructura profunda común que subyace en la E.1027 podría denominarse la geometría del arte de habitar. Eileen Gray llega al proyecto de arquitectura por temperamento, por madurez personal y por formación intelectual y científica. Para ella la arquitectura no es más que la búsqueda de la mejor forma que armonice todos los requerimientos del fin al que va a servir. Gray aborda la arquitectura como consecuencia de una concepción estructural de la forma, búsqueda ya manifestada en su aplicación directa a objetos y muebles. Su concepción de la forma no se detiene únicamente ante el hecho plástico o estético, sino que abarca una conciencia fenomenológica de la relación entre ser humano y espacio. La persona que habita una casa moderna es una persona moderna, o por lo menos puede hacerse, al habitarla, una persona moderna, más sana, más higiénica, más libre. El suyo, al igual que algunos grupos de vanguardia, es un compromiso ético. Sus constantes de preocupación en cualquiera de los proyectos con los que se enfrenta son: el hombre moderno, la exactitud, la comprensión de las necesidades humanas, el pensamiento lógico y el lugar.
En el germen de la Maison en bord de mer se conjugan varios modelos previos (la casa inglesa de campo, la villa italiana, la casa vernácula, y la machine à habiter), pero no se produce una arquitectura de amalgama impura sino que al hacer que todos esos conceptos queden enlazados mediante un elemento común, una estructura común, se consigue una unidad poética de rango superior a todas las anteriores, en un nuevo lenguaje y con una nueva forma más moderna. Esa estructura profunda común que subyace en la E.1027 podría denominarse la geometría del arte de habitar. Eileen Gray llega al proyecto de arquitectura por temperamento, por madurez personal y por formación intelectual y científica. Para ella la arquitectura no es más que la búsqueda de la mejor forma que armonice todos los requerimientos del fin al que va a servir. Gray aborda la arquitectura como consecuencia de una concepción estructural de la forma, búsqueda ya manifestada en su aplicación directa a objetos y muebles. Su concepción de la forma no se detiene únicamente ante el hecho plástico o estético, sino que abarca una conciencia fenomenológica de la relación entre ser humano y espacio. La persona que habita una casa moderna es una persona moderna, o por lo menos puede hacerse, al habitarla, una persona moderna, más sana, más higiénica, más libre. El suyo, al igual que algunos grupos de vanguardia, es un compromiso ético. Sus constantes de preocupación en cualquiera de los proyectos con los que se enfrenta son: el hombre moderno, la exactitud, la comprensión de las necesidades humanas, el pensamiento lógico y el lugar.


La E.1027 nos anticipa un funcionalismo que podríamos denominar "inductivo" porque conduce, induce y dirige al conocimiento de la función todavía ignorada, o en palabras de Platón "lo que hay de más excelente en la realidad", trabajando desde lo particular a lo universal, siendo su funcionalismo contrario al funcionalismo "deductivo" o "silogístico" de razonamiento mediato y, por lo tanto, no intuitivo.
La E.1027 nos anticipa un funcionalismo que podríamos denominar "inductivo" porque conduce, induce y dirige al conocimiento de la función todavía ignorada, o en palabras de Platón "lo que hay de más excelente en la realidad", trabajando desde lo particular a lo universal, siendo su funcionalismo contrario al funcionalismo "deductivo" o "silogístico" de razonamiento mediato y, por lo tanto, no intuitivo.
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