Konstantín Mélnikov está considerado la mayor figura del Constructivismo ruso.
Con un estilo difícil de categorizar. En su uso experimental de materiales y formas atendiendo a la funcionalidad, tiene puntos en común con los auto-denominados Expresionistas anteriores a la 1ª Guerra Mundial, como los alemanes Eric Mendelsohn y Bruno Taut, quienes trabajaron brevemente en Rusia en esa época. Es frecuentemente referenciado como Constructivista por la influencia que tuvo de Vladimir Tatlin, y porque el deseo de Mélnikov era que sus edificios pudieran expresar los valores sociales soviéticos revolucionarios, aunque al mismo tiempo defendió públicamente en numerosas ocasiones el derecho y la necesidad de la expresión personal, que reivindicó como única fuente del diseño delicado.
Uno de los mejores ejemplos existentes del trabajo de Melnikov es su propia residencia en Moscú, que consiste en dos torres cilíndricas decoradas con un patrón de ventanas hexagonales y que fue concebida inicialmente como modelo para las casas obreras.
Perdida la confianza de los políticos en 1937, cuando fue señalad por la Unión de Arquitectos Soviéticos como un arquitecto "formalista" fue apartado de la enseñanza y del ejercicio profesional hasta 1954 en que comenzó a participar nuevamente en diversos concursos, no obstante vivir recluido en su casa, donde trabajó como pintor de retratos por encargo hasta su muerte en 1974.
|